También es clave el cumplimiento de las guías terapéuticas nacionales e internacionales

Diagnóstico precoz y control del peso, retos principales en diabetes 2
Javier Salvador.


27 abr. 2016 12:50H
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POR REDACCIÓN
El diagnóstico precoz, el control del peso y el cumplimiento de las guías terapéuticas nacionales e internacionales son los retos principales a los que se enfrentan los expertos en el abordaje de la diabetes tipo 2. “Cumplirlos ayudaría a evitar lo que se conoce como inercia terapéutica: una actitud que provoca la resistencia al cambio de principios terapéuticos para mejorar el control global de la diabetes”. Así lo ha explicado el doctor Javier Salvador, especialista en Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra en el simposio “No solo de glucosa vive el hombre”, celebrado, con la colaboración de Janssen, en Bilbao en el XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes (SED).
 
La diabetes tipo 2 es la más prevalente. Afecta fundamentalmente a personas adultas y está muy relacionada con el exceso de peso y el sedentarismo. Según revelan los resultados del Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (Enrica), publicado recientemente, la tasa de obesidad en España es del 23 por ciento en la población adulta y la de sobrepeso del 39 por ciento. “Si sumamos ambas cifras, tenemos que seis cada diez adultos españoles presentan un exceso de peso. Eso explicaría el aumento de prevalencia de la diabetes. De ahí que el control y la prevención de la obesidad y el sedentarismo constituyan ejes esenciales en el abordaje de esta alteración”, explica el doctor Salvador.
 
Varios estudios sobre la prevalencia de la diabetes en España desvelan que un 14 por ciento de la población general mayor de 18 años padece esta enfermedad. Sin embargo, cerca del 50 por ciento lo desconoce. El diagnóstico precoz constituye, por tanto, otro de los desafíos a los que se enfrentan los profesionales sanitarios en el abordaje de la diabetes ya que, tal y como explica este experto, “por término medio, cuando una persona es diagnosticada lleva entre seis y siete años de evolución de la enfermedad. La asistencia sanitaria ha evolucionado mucho gracias a nuevas técnicas analíticas para su detección en personas asintomáticas, pero no debemos olvidar que cuanto antes tratemos la diabetes, más posibilidades tendremos de conseguir que el control glucémico y las potenciales comorbilidades asociadas tengan menor impacto en la calidad de vida del paciente”.
 
Hacia un abordaje integral de la diabetes
 
Hoy en día se sabe que el abordaje de la diabetes va más allá del control de la glucosa en sangre. “Es errónea la idea instaurada durante años que marcaba como objetivo único la reducción y control de la hemoglobina glucosilada (parámetro metabólico más significativo que expresa el control glucémico en la sangre). Existen otros elementos que deben ser tratados y vigilados en el tratamiento integral de la diabetes, como la hipertensión arterial, la dislipemia, el tabaquismo, el sedentarismo o la obesidad y que son absolutamente claves para garantizar el mayor bienestar posible al paciente”.
 
Desde el año 2000, los estudios publicados demuestran que cuando se controla la hemoglobina glucosilada, se ajusta la presión arterial y se controla el perfil lipídico se consigue una reducción clara y significativa en la tasa de mortalidad o en la comorbilidad cardiovascular. “Significa que el abordaje terapéutico de la diabetes no puede estar circunscrito al control de la glucosa, sino que debe ser mucho más amplio y abarcar todos los factores de riesgo cardiovascular que, conjuntamente con la glucosa, resultan más dañinos”, añade Salvador 
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