El investigador Emili Ros subraya los beneficios del aceite de oliva y detalla las últimas recomendaciones de la SEA

Emili Ros, investigador emérito del Grupo de Investigación de Riesgo Cardiovascular, Nutrición y Envejecimiento del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps).


15 jun. 2024 16:30H
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El aceite de oliva virgen extra, el consumo de verduras y frutas, así como el de frutos secos revalidan su título como alimentos óptimos para la salud. En definitiva, los productos que componen la dieta mediterránea, pero la clásica, la que comían nuestros abuelos. Es una de las principales conclusiones que se recoge en el documento de recomendaciones científicas de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) 2024 sobre la dieta en la prevención cardiovascular, que pone al día unas recomendaciones de hace seis años.

Se trata de la revisión de toda la información que se tiene de las grasas y aceites, siguiendo por las frutas, las verduras, las legumbres, los cereales, el cacao, el té, el café, etc. "Lo que es bueno para la salud cardiovascular es bueno para el cerebro y contra el cáncer", ha subrayado Emili Ros, investigador emérito del Grupo de Investigación de Riesgo Cardiovascular, Nutrición y Envejecimiento del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), en una entrevista para Redacción Médica.

Ros ha apuntado que ahora hay evidencias que ponen al mismo nivel beber un zumo puro de fruta y comer una fruta entera.


Durante su ponencia en el XXXVI Congreso de la SEA, también ha hablado de una de las novedades "más controvertidas" de esta guía. Tal y como ha especificado el experto, hasta hace poco los zumos de fruta se consideraban "nocivos", al igual que las bebidas azucaradas. "Ahora hay evidencias de que el zumo puro de fruta, es decir, el que es 100 por cien zumo de fruta, sin azúcar añadido, equivale a la fruta entera", ha asegurado. Por lo tanto, sirve para cumplir con la recomendación de tomar cinco piezas de verdura y fruta al día.

Ultraprocesados y dieta mediterránea 'de los abuelos'


Por otro lado, Ros también ha puesto el foco en los ultraprocesados, alimentos que no son naturales y han sido transformados por la industria, a los que se les ha añadido componentes como preservantes, antioxidantes, o colorantes, etc. En ellos se incluyen las bebidas azucaradas, la bollería, los postres con lácteos, etc. Sin embargo, un trabajo científico reciente arroja resultados muy interesantes.

"Analizaban el consumo de ultraprocesados en una gran cohorte, haciendo un metaanálisis en relación al riesgo de diabetes tipo 2. Vieron que si consideraban globalmente a todos los ultraprocesados, sí aumentaban el riesgo. Pero si los separaban en categorías, se encontraron con que había tres grupos que no aumentaban el riesgo, sino lo contrario, lo reducían y eran: los cereales integrales, los yogures de fruta y otros postres lácteos", ha especificado el experto, quien ha afirmado que el problema radica en la mala clasificación de algunos ultraprocesados. Por ello, también ha mencionado la etiqueta Nutri-Score, que califica los alimentos en función de su calidad nutricional con un código de letras y colores: de la 'A' verde (la mejor puntuación) a la 'E' roja (la peor). "No considera el grado de procesamiento, por lo que no es correcto del todo", ha indicado Ros.

En esta misma línea, de nuevo se ha dado valor a la dieta mediterránea, ya que disminuye el riesgo de tener demencia, infarto o cáncer, entre otros. A lo que se suma una mayor esperanza de vida. Sin embargo, Ros ha comentado que hay que seguirla en su versión más tradicional, "la de los abuelos", con alimentos de temporada, productos naturales, nada de procesados, con aceite de oliva virgen "en la cocina y en la mesa", con fruta fresca y de temporada. A todo esto se suma también el impacto que tienen en el medioambiente lo que comemos, según Ros, comer menos carne beneficia tanto a la salud de la persona como a la del planeta.

Un momento de la ponencia de Emili Ros en el Congreso de la SEA.

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