Internistas resumen las novedades farmacológicas y científicas para disminuir la morbimortalidad cardiovascular

Dos expertos repasan las novedades en el tratamiento de obesidad, diabetes y dislipemia dentro de la XX Reunión de Riesgo Vascular de la SEMI
Miguel Ángel Sánchez, Alfredo Michán y Marta Casañas.


4 may. 2024 14:10H
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El abordaje terapéutico de los factores de riesgo relacionados con la enfermedad cardiovascular está sometido a un constante afán investigador e innovador. Del hecho de atender a los últimos avances al respecto depende buena parte de su adecuada aplicación a la práctica clínica para, en última instancia, reducir los índices de mortalidad de la patología cardiovascular, que continúa siendo la primera causa de muerte en el mundo. En ese sentido, 2023 trajo consigo una serie de novedades farmacológicas y terapéuticas en torno al abordaje de la diabetes, la obesidad y la dislipemia.

“El año pasado fue el año de la obesidad: ha cambiado por completo el paradigma de su tratamiento”, ha destacado Alfredo Michán Doña, facultativo del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Jerez, en Cádiz. La suya, junto a Marta Casañas Martínez, especialista en Medicina Interna del Hospital de San Pedro, de Logroño, ha sido una de las dos voces expertas que, moderadas por Miguel Ángel Sánchez Chaparro, internista del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, de Málaga, ha repasado las novedades al respecto en 2023 en la XX Reunión de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se celebra en Málaga.

Michán se ha referido a la “avalancha” de nuevos fármacos para tratar la obesidad, entre estos, la retatrutida, nuevo agonista triple que ha definido como “fundamental”. En el caso de la diabetes, ha resaltado las novedades más recientes de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA), con especial hincapié en aspectos relevantes para los interistas como la valoración de morbilidades, la enfermedad arterial periférica y la insuficiencia cardiaca.

A ello ha sumado “aspectos menos frecuentes que suelen quedarse en segundo plano” como la valoración de la salud ósea. También ha mencionado la necesidad de impulsar una “detección proactiva” de la diabetes implicando a los pacientes y, a partir de una selección de posibles afectados, practicar pruebas de índice tobillo-brazo y densitometrías, así como valorar si es necesario hacer una NT-proBNP y, si el resultado es positivo, también un ecocardiograma.

En lo referente a nuevos fármacos, Michán ha destacado dos “que van a cambiar el futuro de pacientes diabéticos”, a saber, la finerenona en cuanto a la enfermedad renal -incluyendo recomendaciones sobre cómo manejar los índices de potasio y evitar un exceso de morbimortalidad-, y la tirzepatida en lo referente a la propia diabetes, aunque, respecto a esta última, ha dicho que aún no se sabe con seguridad si se utilizará contra la obesidad.

Al margen de ello, “el gran cambio” en torno a la diabetes, según el experto, se halla en el hecho de que fármacos inicialmente pensados para personas diabéticas se están aplicando en pacientes que no padecen esta enfermedad para paliar daños renales y disminuir la morbimortalidad de la insuficiencia cardiaca. El experto se ha referido, además, a un estudio en el que él mismo participó sobre la hemoglobina glicada lábil de cara a impulsar, “más que un diagnóstico precoz, un manejo precoz para comprobar previamente los cambios inducidos de fármacos y que, así, no haya que esperar para eso dos o tres meses”.

Pero, por encima de ello, “la clave” terapéutica para la diabetes y la obesidad de aquí al futuro, según Michán, será la aparición del Select, el estudio de eventos de morbimortalidad de la semaglutida desde la prevención secundaria, esto es, en personas que ya han sufrido un evento vascular, algo que ya ha demostrado su efecto sobre la disminución de la mortalidad. De acuerdo al internista, ello supondrá un “cambio de paradigma” similar al que tuvo lugar en 1992 con la sinvastatina y la cardiopatía isquémica.

Más eficacia y acceso equitativo a las terapias de dislipemia


Casañas, por su parte, ha hecho un resumen sobre las publicaciones más relevantes de 2023 en torno al estudio de lípidos, desde artículos sobre eventos, hasta acerca de terapia combinada, fármacos y enfermedad arterial periférica.

“Tenemos que ser más eficientes en el tratamiento, tratar de mejorar su intensidad utilizando terapias combinadas y otras herramientas que tenemos a nuestro alcance para llegar antes a los objetivos que se nos proponen en las guías”, ha indicado la internista a modo de reto. En este sentido, ha valorado que haya “prometedores fármacos en estudio” e “investigaciones interesantes” en desarrollo, especialmente centradas en personas mayores, “que siempre están menores representadas en los estudios”.

En cuanto a las novedades en la práctica clínica habitual de los especialistas en Medicina Interna, ha destacado la financiación de tres nuevos fármacos a disposición de los facultativos del ramo, si bien ha dicho que esa financiación se limita a las personas con mayor riesgo de sufrir un evento vascular: los que ya lo han padecido previamente y los que tienen hipercolesterolemia familiar.

Casañas, en la misma línea, ha lamentado las diferencias de uso de estos medicamentos que existe entre los internistas según la comunidad autónoma en la que trabaje, lo cual no redunda sino en un “acceso desequilibrado” de los pacientes a estas nuevas terapias.
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