Antonio Pose.
Antonio Pose acaba de entrar en la Real Academia de Medicina de Galicia en condición de
académico electo, tras toda una carrera profesional dedicada a la Medicina Interna. Este facultativo gallego intenta
contribuir a la mejora y avance de la especialidad tanto desde la primera línea sanitaria en su labor de médico en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), como desde la docencia, impartiendo clase en la Universidad de Santiago de Compostela (USC). En una conversación con
Redacción Médica, Pose ha repasado los últimos años de la Medicina Interna gallega, su paso por ella y los factores que han llevado a la sanidad española a una "situación crítica".
Pose achaca a la
falta de recursos humanos el actual estado de la atención sanitaria en España. Una sanidad que, en opinión del internista, está yendo hacia una
calidad inferior de la que ha gozado en las últimas décadas y que uno de los factores que ha acentuado esa tendencia es la
falta de comunicación entre el personal de primera línea y la gerencia de los centros hospitalarios. Es por ello que ha pedido dotar de más recursos a la especialidad de Medicina Interna, para que vuelva a hacerse con ese "papel protagonista" con el que han contado los internistas.
Acaba de ingresar en la Real Academia de Medicina de Galicia. ¿Qué supone esto para usted?
Entrar en la Real Academia de Medicina de Galicia es entrar en una institución del más alto nivel de la medicina gallega. Siento
orgullo y satisfacción por poder estar en la Academia, en un lugar donde otros profesionales han estado y lo han dado todo por la Medicina. Hoy el hecho de poder estar en esta institución siendo un miembro más es para mí un orgullo. Pero, sobre todo, es algo que de cierto modo culmina un poco una carrera profesional, que es el
reconocimiento también al esfuerzo hecho todos estos años. Parece que de alguna manera es una recompensa y por ello estoy muy agradecido.
¿Qué diagnóstico hace de la situación de la Medicina Interna en España?
La Medicina Interna en España está un poco como la sanidad española. La situación es
muy delicada y necesita ayuda porque el esfuerzo de los profesionales ha estado supliendo mucho déficit que había a nivel de otro tipo de cuestiones, fundamentalmente en los recursos humanos. Nos hemos dejado llevar porque estábamos en una situación muy buena, y no hemos sido capaces de renovar el personal de recursos humanos. Esto ha supuesto que hayamos pasado de estar muy bien o bastante bien a pasar a una situación bastante delicada, y eso hace que cada vez la demanda asistencial sea mayor, haya más pacientes mayores, más pacientes crónicos y, por lo tanto, haya
más demanda sanitaria. Si a eso le sumamos que el sistema sanitario no es eficaz para atender al paciente crónico, pues evidentemente la situación no es buena. Y
es difícil que mejore en los próximos años. Yo creo que
hay que hacer cambios radicales, ente ellos cambios que aumenten el número de facultativos, de enfermeras, incluso de auxiliares. Es algo que creo que se está haciendo ahora, pero
se está haciendo tarde y mal, porque nos ha cogido de improviso y hemos tenido que aumentar las plazas MIR en nuestro hospital, hemos tenido que triplicar prácticamente las plazas de residentes de Familia porque nos hacía falta cubrir esas vacantes. Esto tenía que estar previsto y tenía que haberse hecho de una forma progresiva.
"La visión integral que ofrece el internista hace que la especialidad tenga el poder que tiene dentro del sistema hospitalario"
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¿Cómo ha cambiado en los últimos años?
La Medicina Interna ha sido protagonista en los hospitales hasta hace unos cuantos años. Se ha ido dejando a Interna como pasa un poco con los hijos cuando se hacen independientes y autónomos, que se van olvidando de los padres. Con la Medicina Interna ha pasado un poco lo mismo, hasta que las demás especialidades médicas y quirúrgicas se han dado cuenta que hace falta la
conexión y la valoración integral que hace el internista. Esto es lo que le ha dado ahora el poder a la especialidad, gracias a esta visión integral del paciente que ofrece. Es de alguna manera lo que está haciendo resurgir a la Medicina Interna. Pero realmente ha costado mucho
hacer ver la importancia que el tratamiento integral del paciente tiene y que es una de las facetas que el internista ofrece.
¿Qué se puede hacer para mejorarla?
Yo creo que hay que hacer varias cosas. En primer lugar, hay que
darle el valor que tiene a la Medicina Interna, a la valoración y al abordaje integral del paciente que lleva a cabo. En segundo lugar, al revalorizarla habrá una visión y
mayor interés por parte de los jóvenes. Ahora mismo se ve que no es una especialidad muy querida por los alumnos que acaban Medicina y que se presentan al MIR. No son los primeros números quienes eligen Medicina Interna. Por lo tanto, creo que hay que situar a la especialidad donde estaba; es decir,
en una posición de gran valor y de gran reconocimiento e interés para el manejo del paciente agudo y del paciente crónico. Siempre he defendido que uno de los aspectos más relevantes de la Medicina Interna es el
manejo del paciente crónico en general y los internistas hemos escapado de lo que es la cronicidad porque la cronicidad no se cura. Y como no la curas, no interesa. Es muy importante seguir manejando a estos pacientes. El protagonismo que tiene que tener el internista también tiene que tenerlo en la cronicidad. Debe ser
una figura clave en la cronicidad y también en las enfermedades raras y en otro tipo de patologías. Pero, quizás, el abordaje integral en las enfermedades agudas con su diagnóstico y el manejo del crónico es fundamental.
¿Cuál es su futuro?
El futuro de la Medicina Interna pasa sobre todo por mantener el interés en el
diagnóstico de las enfermedades complejas y también en el manejo del abordaje del paciente crónico. La figura del internista del hospital, del médico generalista o del médico hospitalista, es el del médico al que cualquier paciente de otra especialidad pueda recurrir. Los internistas son muy bien valorados porque ayudan mucho para tratar a estos pacientes y es por ello que revalorizan su figura.
"Tras dos años duros de pandemia vi que no había voluntad para buscar soluciones a problemas urgentes"
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El verano pasado dimitió de la Jefatura de Servicio de Medicina Interna en el Complejo Hospitalario de Santiago. ¿Cuáles fueron los motivos?
He estado cuatro años y medio de jefe de Servicio. Tenía mucho interés por estar ahí para cambiar el Servicio e impulsar cosas nuevas, como
fomentar el contacto con Primaria. La Medicina Interna estaba quedándose aislada en el hospital y quisimos hacerla contactar con la Medicina de Familia. En realidad, somos el médico de Familia en el hospital,
el que hace la valoración más integral. Me moví en ese sentido, para impulsar cambios en nuestra realidad. Luego apareció el Covid-19 y pasamos dos años muy duros en el que todos estuvimos trabajando y dando lo mejor de nosotros. Pero cuando acabó esa presión del Covid-19, vi que las cosas no mejoraban, que
seguíamos teniendo muchos problemas de recursos humanos, que
no podía conseguir gente, que no tenía el apoyo suficiente, por lo que no pude seguir. Una cosa es cuando tienes una situación de pandemia y otra cuando ves que no hay una respuesta adecuada para solventar los problemas reales que necesitan respuestas.
En la Medicina Interna gallega ha habido otras dimisiones además de la suya. También en otras especialidades. ¿Es un problema de Interna o de toda la sanidad?
No es un problema de la Medicina Interna ni es un problema de la sanidad gallega. Es un problema de muchas especialidades porque
es un problema de la sanidad en general. Ahora lo estamos viendo en la Medicina de Familia sobre todo, pero pronto se va a ver todavía más en la Medicina Interna y también en otras especialidades. En nuestro hospital han dimitido jefes del Servicio de Oftalmología, de Radiología, de Ginecología... Por lo que
no es algo que esté ocurriendo solo en la Medicina Interna, sino que es un problema que afecta a toda la sanidad pública. Y además es un problema que
afecta a muchas comunidades autónomas, estén gobernadas por un partido político o por otro. No es algo que afecte a un partido político concreto. Eso es lo difícil de solucionar y lo que realmente preocupa, que
es algo bastante generalizado.
En los últimos meses han dimitido unos seis jefes de Servicio, lo que es realmente
una situación que se ve crítica. Yo creo que es muy importante la comunicación y eso significa no solo que te escuchen, sino que se actúe. Hay que intervenir más y mojarse más en el hospital, hay que ayudar más y ser más activo,
no dejar que la situación llegue al extremo como en nuestra ocasión, porque luego es difícil solucionar el problema. Hay que verlo desde el principio y tratar que las cosas no vayan a más. Aquí lo que parece es que
la sanidad empieza a ir hacia abajo, y es una pena. Tenemos una sanidad pública muy buena, pero en los últimos años la situación ha ido a peor. Se ve en las listas de espera, en los profesionales que se marchan de la sanidad pública, en los jefes de Servicio que dimitimos… La comunicación y la interrelación entre cargos intermedios y altos no es la más adecuada.
Con la perspectiva que da el paso del tiempo, ¿volvería a tomar la misma decisión?, ¿ha cambiado algo en el centro hospitalario tras su dimisión?
Tal y como están las cosas en este momento
volvería a tomar la misma decisión. La situación es similar y si ahora no se hace tan aparente es porque la situación no es tan demandante como en el momento en el que dimití. La situación no ha mejorado en absoluto en nuestro Servicio de Medicina Interna. Puede mejorar y a lo mejor ahora hay más disposición de hacerla mejor, pero de momento no he visto cambios que me hicieran a mí cambiar de idea con la decisión que tomé hace unos meses.
"Es la Medicina Interna la que está asumiendo la falta de personal geriátrico, por lo que hace falta más internistas"
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Según recogió EuropaPress, en su dimisión subrayó lo tensionada que se encontraba la sanidad pública y pidió un refuerzo de recursos humanos. ¿Se han producido?, ¿hay déficit de internistas en Galicia?, ¿y en España?
Hay unos ratios establecidos por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que son bastante claros y que ponen de manifiesto el
déficit de internistas que hay en Galicia y en España. En concreto en Galicia, si atendemos al número de población que tenemos. Pero introduciría un factor corrector: hay autonomías, como la nuestra, en el que el Servicio de Geriatría es mínimo y
es la Medicina Interna la que está asumiendo también el paciente complejo, crónico y mayor. Quizá esos ratios de internistas debían ser algo mayores también en autonomías como la nuestra, por el hecho de que en los hospitales grandes no tenemos ese Servicio de Geriatría y está recayendo en la Medicina Interna. Por lo que harían falta todavía
más internistas, sin duda.
¿Cómo se podría revertir ese déficit?
Hay que empezar por la base, por
estimular y hacer la especialidad más atractiva para los alumnos de Medicina, para los nuevos graduados y los que harán el MIR. Y, después, darle a la Medicina Interna
un papel más protagonista en el hospital. Interna debe ser una espacialidad que comparta pacientes con las demás especialidades y que ayude y que sea clave para manejarlos. Yo creo que eso es un punto muy importante y ayudaría mucho a la especialidad.
¿Cómo ve a la sanidad gallega? ¿Comparte los mismos problemas que otras CCAA?
No veo muy bien a la sanidad gallega como tampoco veo bien a la sanidad española en general. Veo que tenemos muchos problemas y
no estamos yendo todo lo rápido que deberíamos ir para mejorar la situación de la sanidad. Hay muchos frentes que habría que controlar. El manejo del paciente crónico hace que el sistema sanitario atienda mejor al propio paciente, haciendo que el crónico deje de ocupar camas en el hospital, que no son la solución para muchos de ellos, sino que a veces se deterioran más.
Buscar alternativas para el manejo de estos pacientes creo que es algo que sería muy importante y que podría mejorar. Dentro de la española, la sanidad gallega está en los primeros puestos, por la
historia clínica electrónica compartida de Primaria a hospitales, con la
prescripción electrónica en farmacia… Hay muchas cosas en las que somos casi pioneros y que vamos por delante, pero es una pena que nos quedemos rezagados ahora, y nos estamos quedando atrás por
no dar un impulso a los recursos humanos.
¿Se podrían extrapolar al resto del Sistema Nacional de Salud?
Cada CCAA tiene su problemática puntual e individual. Hay comunidades que tienen un
problema de envejecimiento muy importante y que tienen problemas sanitarios similares, como por ejemplo las del norte, Asturias, Cantabria y País Vasco. Hay otras comunidades autónomas donde la población es más joven y la problemática es diferente; tienen más gente extranjera, más juventud, que hacen que esos sistemas sanitarios tengan connotaciones diferente. Sin embargo, hay un problema que es común en todas las regiones, y no es otra que el
déficit del personal sanitario. Es un problema que nos atañe a todos, a todas las personas y a todos los partidos. Es un problema a solucionar entre todos. Si no lo vemos como tal, difícilmente tendrá solución a corto plazo.
El momento es crítico, muy malo, por cuestiones de pandemia, de guerra, pero en los momentos malos y difíciles es cuando la Medicina Interna ha destacado. Aquí tenemos nosotros nuestra oportunidad. Hacer de las situaciones límites oportunidades. En esto somos especialistas los internistas.
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