Cuatro facultativos residentes en Suecia, Noruega y Dinamarca reflexionan sobre la situación de la especialidad

Prestigio y sueldo en el idilio nórdico con Familia que España ni sueña
Laura Martínez (arriba izquierda); Ismael Maldonado (arriba derecha); Esperanza Díaz (abajo izquierda); Belén Redal (abajo derecha).


15 abr. 2023 18:00H
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Los países nórdicos se han convertido en uno de los principales lugares de migración de los médicos de Familia españoles. Pese a estar alejados de sus familias y amigos, las ventajas y facilidades que les brinda el sistema sanitario de países como Suecia, Dinamarca y Noruega ha supuesto un verdadero atractivo para desarrollar sus vidas laborales allí, donde la Atención Primaria es uno de los puestos mejor valorados tanto por la población como por los propios profesionales sanitarios. Una situación que contrasta con la que se vive en España, donde los sueldos medios suelen ser más bajos que el resto de especialidades, y con una valoración social menor a la de los países nórdicos.

Esta infravaloración a la que está sometida la especialidad de Familia se debe, han explicado a Redacción Médica cuatro facultativos españoles que están en tierras escandivas ejerciendo, a la forma y el tiempo de atención de los pacientes, la experiencia propia de profesionales con otras especialidades y la libertad que tienen para hacer pruebas y diagnosticar, entre otras.

En Suecia, estos profesionales sanitarios son los que tienen el mayor salario entre todas las ramas especializadas. Así lo ha indicado la médica de Familia Laura Martínez, quien actualmente vive en este país y que ha considerado que se les valora “muchísimo más” que en España. “Somos los que más trabajo absorbemos y más responsabilidades tenemos, y el volumen de trabajo y la carga de responsabilidad es muy alta. Entonces, ¿cómo lo compensan? Pues pagándote bien”, ha explicado.


Pacientes "agradecidos" con la decisión del especialista


Además de sentir una mayor valoración en el ámbito económico, Martínez también lo ha notado en el trato con los pacientes y en cómo valoran, de forma positiva, su paso por las consultas. Esta consecuencia viene dada por la “presión asistencial administrativa” y la falta de médicos que sufre la sanidad sueca, lo que conlleva a que los pacientes sean agradecidos y consecuentes con la decisión del especialista.

“La falta de tantos médicos de Familia supone que haya recursos muy limitados, y eso significa que la administración tiene que gestionarlos muy bien. Para que un paciente pueda vernos tiene que pasar por un filtro de Enfermería, después uno de autocuidados y muchas cosas más hasta que les den una cita presencial para consulta”, ha lamentado.

Debido a esta tardanza, cuando un paciente consigue superar todos estos filtros y consigue llegar de forma presencial a la consulta, muestra una actitud positiva y alberga unas "expectativas muy altas" depositadas en los profesionales, lo que hace que su trato sea más cercano y que "respeten la opinión y las decisiones del especialista".

De igual forma, el sentimiento de sentirse más valorado en este país que en España es una sensación que comparte el médico de Familia Ismael Maldonado, quien también estuvo en Suecia hasta el año 2018.


"Entre especialistas de distinta rama podemos hacer una valoración conjunta de un paciente"



Además de con los pacientes, Maldonado ha reconocido que también notó ese aprecio entre sus compañeros de otras especialidades, quienes tienen a estos sanitarios en una “alta consideración”. De hecho, los médicos de Familia mantienen un contacto "muy fluido y cercano" con los especialistas de otras ramas en la valoración del paciente cuando hay que remitirlo. “Podemos aconsejarle e incluso hacer una valoración conjunta. Es una relación muy directa”, ha afirmado.

Maldonado, que ahora se encuentra de nuevo en España trabajando, ha reconocido que aquí "no siente" la misma valoración a su trabajo por parte de los pacientes que cuando vivía en Suecia. "Creo que nos infravaloran y nos ven como meros intermediarios o unos rellenadores de recetas", ha lamentado.

Algo en lo que también coincide la médico de Familia Esperanza Díaz, que vive en Bergen desde 1999, donde ejerció durante más de 18 años. Aunque en 2019 abandonó la práctica para centrarse en su trabajo en la Universidad, conoce bien la relación médico-especialista-paciente. “En las encuestas que se hacen cada año para ver en quién confía la población, un médico de Familia siempre está el primero o el segundo dentro de la sociedad”, ha explicado.

Pero esto también ocurre entre los propios profesionales. Porque en Noruega, igual que ocurre en Dinamarca, antes de cada especialización, los facultativos tienen que pasar seis meses en Atención Primaria. “Por eso entienden mucho mejor el trabajo”, admite, y el nivel de empatía aumenta entre ellos.

Un prestigio que aumenta el sueldo de los médicos


Ese “prestigio” que tienen los médicos de Familia en tierras noruegas también se debe al soporte que se da desde las universidades del país, puesto que “absolutamente todas las facultades tienen departamentos muy fuertes en Atención Primaria. Académicamente es una de las tres secciones más importantes”.

Vivir en Dinamarca, Noruega o Suecia también supone adaptarse a un nivel de vida muy superior al de España, y ese es uno de los motivos por los que la diferencia entre unos sueldos y otros es prácticamente abismal, a pesar de que los impuestos son muy altos. Belén Redal, médico de Familia en Roskilde (Dinamarca) estuvo hace unos años estudiando las diferencias entre unas ganancias y otras, y ha afirmado que un facultativo recién salido de la carrera puede llegar a ganar unas 23.000 coronas al mes, lo que suponen, al cambio, tres mil euros netos. Un salario que asciende hasta los seis mil si la experiencia del profesional es alta dentro de la especialidad.

“En Noruega, por ejemplo, incluso puedes ganar lo que al cambio son unos 26.000 euros al mes, pero hay que tener en cuenta que tal vez una botella de leche puede costarte ocho. Por ejemplo, en Dinamarca comprar un coche más o menos normal supone unos 45.000 euros”, ha analizado esta profesional, que se desplazó a tierras danesas en 2003 y ha formado una familia en Roskilde, donde tiene una clínica y una lista de 1.800 pacientes.

¿Qué tendría que cambiar en España para volver?


Una vez se emigra, volver a casa es complicado porque la vida tanto profesional como personal se forma lejos. Aunque ninguno de los cuatro facultativos consultados cierran la puerta a retornar un día a España, muchos ponen condiciones. Redal ha insistido en que, aunque cree que “la Atención Primaria funciona muy bien en nuestro país” lo cierto es que de momento no ve el momento de volver.

Laura Martínez ha creido que solo dejaría su vida en Suecia en el caso de que le ofreciesen un contrato fijo porque no quiere "estar preparando oposiciones toda la vida para una plaza”. “Quiero que me paguen bien porque tengo un trabajo de responsabilidad y eso se tiene que ver en el sueldo, pero no quiero matarme a guardias y trabajar fines de semana”, ha señalado la facultativa.

Y ha añadido: "No creo que hayas hecho está especialidad para acabar en un servicio de urgencias. Que el propio día a día sea llevable, ver 30-50 pacientes al día no creo que me parezca seguro ni para el paciente ni normal para cualquier persona que esté trabajando”.
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