De pie: Lorenzo Armenteros, Marcos Domínguez y Fernando González. Sentadas: Sara Recio y María Eugenia Díez.
El
Covid persistente es una realidad que cada vez se hace más presente a medida que la pandemia avanza. Personas, generalmente mujeres de mediana edad, que pasados unos meses desde el contagio siguen manifestando sintomatología, y muy variada: se han descrito hasta 200 síntomas, con una media de 36 por paciente, según una encuesta realizada por la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
A este Covid persistente o 'long Covid' no se le ha dedicado aún la atención que merece, se desonoce por qué afecta a algunos de los contagiados y a otros no, y su abordaje todavía está por determinar. Por eso, lo que piden los pacientes es, primero, que el médico les entienda y les acompañe.
Lorenzo Armenteros, portavoz Covid-19 de la SEMG: No hay una definición todavía de Covid persistente porque es una nueva enfermedad, pero sí podríamos decir que, con los datos de que disponemos, es un complejo sintomático multifactorial que afecta a determinadas personas por encima del tiempo considerado normal de duración de la enfermedad.
Estos síntomas permanecen en el tiempo, no solamente los que consideramos clásicos, sino que otros muchos que pueden aparecer durante el periodo en el que la enfermedad se va manteniendo.
Tendríamos que destacar algo, que es lo que en ellos permanece, y son los síntomas. No hemos encontrado, al menos en la mayoría de ellos, un daño específico como el que podríamos considerar una secuela. En la mayoría de estos pacientes lo que persiste es la sintomatología, bien la inicial, o bien alguna que va apareciendo al cabo del tiempo.
¿Cuál es la diferencia entre el desarrollo 'normal' y esta persistencia de los síntomas?
María Eugenia Díez: "Lo primero que demandamos es reconocimiento".
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María Eugenia Díez Moreno, portavoz del colectivo Long Covid ACTS: Es una enfermedad totalmente desconocida; entonces, no sabes el cauce que va a seguir y eso, como pacientes, nos produce miedo e incertidumbre. No es una enfermedad conocida, no sabes si estos síntomas se van a ir, si van a producir algún daño en el futuro, bueno, es bastante complejo el conocer, en una enfermedad nueva, cuál va a ser su ritmo.
Lorenzo Armenteros: Si seguimos el proceso normal de una enfermedad en la que vemos un posible inicio sindrómico o sintomático, una evolución, una teórica reducción de los síntomas y una curación, ese es el proceso natural de cualquier enfermedad o cualquier proceso patológico en el que intervienen, no solo el mecanismo que inicia la infección, sino el mecanismo de defensa que tiene nuestro cuerpo; en este caso hay una alteración, se rompe este mecanismo.
Lo que sería el proceso que tiende a la curación desaparece, y lo que permanece es un complejo sintomático mantenido en el tiempo superior a lo habitual. En algunos casos con, a veces, la paradoja de que en este tipo de pacientes
no encontramos ningún marcador orgánico de la enfermedad, pero eso no significa que no los tengan: es muy probable que, en el momento actual, haya que realizar nuevas investigaciones para encontrar determinados marcadores que nos indiquen por qué en unos pacientes se tiende a la curación, en otros a un agravamiento extremo y en otro tipo de pacientes producen una sintomatología mantenida en el tiempo. Este es un punto que sería importante destacar.
Estos pacientes muchos de ellos tienen una PCR negativa, no se encuentran anticuerpos en su organismo, pero no significa que no tengan la enfermedad, lo que sí significa es que no tenemos marcadores específicos en este momento que pudieran identificar esta enfermedad y su mantenimiento en el tiempo.
Este Covid persistente tiene características inflamatorias y neurológicas.
Fernando González Santos, vicepresidente de Solutex: En esta infección es mucho más lo que no sabemos que lo que sabemos, porque es un virus respiratorio que afecta a los sistemas respiratorio y cardiovascular. Es un virus neurotrópico y afecta a todo el sistema vascular.
Ante una infección de tal magnitud,
nuestro sistema defensivo reacciona con una respuesta inflamatoria y coagulatoria. El tema es que, en aquellos sistemas que persisten o se cronifican, ¿por qué ocurre? Entender esto es entender la respuesta inflamatoria.
Derrotar al virus no significa que el tejido infectado recupere su equilibrio fisiológico de manera pasiva. La resolución o terminación de los procesos inflamatorios para que no se cronifiquen es activa; cuando decimos que es activa es que está regulada por unos mediadores que se llaman los SPN, mediadores de la resolución de la respuesta inflamatoria. Si esto falla o hay un desequilibrio, la respuesta inflamatoria se cronifica, que también podríamos hablar, en el Covid-19 como persistente, como una inflamación persistente.
Sara Recio, neuropsicóloga, y Lorenzo Armenteros, portavoz Covid de la SEMG.
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Lorenzo Armenteros: Hay un reciente estudio hablando de una teoría que reviste mucha credibilidad, la
teoría de los denominados auto-anticuerpos. Este virus produce una alteración en el organismo que altera directamente a nuestros mecanismos de defensa, de forma que lo que no daña directamente al virus, altera nuestros mecanismos para que seamos nosotros mismos los que nos ataquemos, destruye la parte de defensa inmunitaria y se está viendo que también actúa directamente contra la superficie de determinadas células manifestando que nuestro organismo reaccione contra ellas. Se busca una especie de aliado en nosotros mismos creando anticuerpos para destruirnos y perjudicarnos a nosotros.
Es un estudio importante que podría abrir una vía de investigación, estamos en un camino muy incipiente, pero hablaríamos de un mecanismo inmunológico alterado, y de que la alteración en su origen pudiera ser el propio virus para mantener a lo largo del tiempo ciertas alteraciones, porque sí se ha comprobado que el nivel de actuación de estos autoanticuerpos era mayor a medida que persistía la gravedad.
También puede ser, y sería una de las teorías a manejar, que en determinadas personas este tipo de auto anticuerpos persista y podrían dar lugar a la persistencia de los síntomas. Abre muchos caminos en una enfermedad actualmente desconocida que, como bien decíamos, no sabemos mucho de ella pero abre caminos al menos a la esperanza de que se puedan encontrar est os lugares donde nos ataca para poder defendernos.
Sara Recio, neuropsicóloga y psicóloga general sanitaria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia: Si bien Fernando comentaba antes el carácter neurotrópico de este virus,
cada vez hay más evidencia sobre que el virus puede penetrar en el sistema nervioso central y afectar tanto a las neuronas como a las células gliales, induciendo patologías con carácter neurológico.
Sara Recio: "No hay que caer en el diagnóstico de otras enfermedades".
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No es el primer virus de tipo respiratorio que se ve que afecta al cerebro. Por ejemplo, la gripe que puede llegar a provocar meningitis, encefalitis, mielitis... Cada vez hay más estudios que avalan teorías de que hay una afectación a nivel cerebral. Un estudio muy importante que se está llevando a cabo en Albacete, ‘Albacovid’, liderado por el jefe de Neurología del Hospital Universitario de Albacete, Tomás Segura Martín, refleja que
el 57,4 por ciento de los pacientes de su muestra tan amplia como más de 800 pacientes afectados por el Covid desarrollaron síntomas de tipo neurológico como mialgias, cefaleas o inestabilidad.
También hay varios estudios que apuntan que esa
anosmia, la dificultad para percibir estímulos olfativos, puede que esté en el origen de una alteración en el bulbo olfativo. Entonces, los datos reflejan cada vez más un carácter multiorgánico y entre ellos un daño a nivel neurológico.
¿Cuál es la forma correcta de llamar a esta enfermedad?
María Eugenia Díez Moreno: El término
long Covid fue ideado por una paciente, viene de una terminología que viene reflejada de lo que sentía. Creo que es importante cuando un paciente pone nombre a algo porque no lo identifica con otro término. Es verdad que lo que permanece es la sintomatología, o sea, sería la Covid que sigue ahí, permanecen los síntomas, quizá un término más usado sería ‘sintomatología persistente de la Covid’, realmente es un término complicado de definir pero, bueno, igual...
Lorenzo Armenteros: Yo creo que lo más adecuado es
long Covid o Covid persistente, porque reúne las características del complejo sindrómico del que hablamos.
No podemos considerarlo un síndrome post-viral aunque tiene algunas de sus características. De ahí que apoyemos la denominación de
long Covid o la terminología más castellanohablante que podría ser Covid persistente.
Muchas veces los pacientes nos enseñan y, en este caso, uno de ellos ha relatado una sintomatología de una manera determinada que puede llegar a definir la enfermedad. Éramos conocedores de los síndromes post-virales de otras enfermedades, por ejemplo, la gripe o cualquier otro tipo de enfermedad vírica, pero, aun teniendo características comunes, tiene una identidad propia, por lo que deberíamos denominarlo de otra forma diferente.
Fernando González: "Tenemos que plantear cómo tratar la inflamación en el siglo XXI"
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Hay otros autores que hablan de que tiene similitudes con la fatiga crónica o la fibromialgia, que es algo que también quisiera descartar. Esto tiene una entidad propia y debemos dársela, debemos seguir continuando en la investigación para darle más peso y poder identificar mejor diferentes parámetros que nos puedan ayudar y ayudar a los pacientes, pero desde luego darle la entidad personal y propia que pueda tener una patología diferente hasta las ahora existentes. No caigamos en el error de poderla incluir en otra patología que ya conozcamos.
María Eugenia Díez: Le doy la razón a Lorenzo porque, efectivamente, no sentimos que sea algo post-Covid, es decir, la enfermedad no ha pasado, nosotros sentimos que seguimos enfermos. Y luego, como también comenta, esto es nuevo a nivel mundial: es una enfermedad nueva, ¿por qué se nos mete en un saco que ya existe? Hay que seguir investigando, que lo fácil sería meternos en patologías existentes, y de ahí la importancia de la investigación y la implicación.
Hay autores que, ante estas manifestaciones, se refieren a ellas más como secuelas que como síntomas de una enfermedad persistente.
Fernando González: Es un nuevo tipo de infección del sistema respiratorio que afecta a otros sistemas como el cardiovascular, con una clara respuesta inflamatoria y de coagulación protectora y defensiva.
Estas secuelas son el arquetipo de una inflamación no resuelta. Son el arquetipo del fallo de los mecanismos naturales de resolución de la inflamación. Por tanto, si la inflamación persiste cronificada, la cascada inflamatoria en el tiempo con menos intensidad, son las secuelas de la infección en donde la inflamación no se ha resuelto.
Tenemos que plantear muy bien cómo comprender y tratar la infección y la inflamación en el siglo XXI. En particular, los procesos inflamatorios crónicos, allí donde la respuesta resolutiva activa que termina la inflamación falla, por qué ocurre y por qué persiste, porque
esta enfermedad nueva es el arquetipo de una inflamación cronificada no resuelta. La inflamación tiene un mecanismo natural de terminación, de resolución.
Entre los biomarcadores, sí nos conviene destacar que, en la cascada inflamatoria, hay un desequilibrio de los mediadores lipídicos, del metabolismo de los ácidos grasos esenciales, tanto del araquidónico, que desata la respuesta inflamatoria, como de los omega 3 EPA y DHA. Los enfermos en fase aguda tienen un desequilibrio significativo del balance de los mediadores lipídicos que determinan y regulan la respuesta inmunitaria. Hay un déficit de los metabolitos de los omega 3, por lo tanto, la inflamación no tiene freno y se cronifica, baja su intensidad, se alarga en el tiempo.
Lorenzo Armenteros: Quería hacer una matización. El concepto clásico de secuela es aquello que sigue la consecuencia a un síntoma o a un proceso. Imaginemos que una secuela es todo el daño inflamatorio que existe en el pulmón, como consecuencia de esa inflamación existe una fibrosis pulmonar y lo que en un momento presentaba unos síntomas inflamatorios, una vez que ha ocurrido la fibrosis, presenta otros síntomas diferentes: ese es el sentido clásico de secuela.
En este caso,
no podemos hablar de secuela como tal porque no hay una diferenciación en el síntoma, sino que el síntoma permanece. En unos casos no ha habido el daño orgánico suficiente para crear un nuevo complejo sintomático, sino que lo que hace es persistir. La cefalea tiene las mismas características, lo único que puede depender es en intensidad, pero no ha habido un periodo intermedio en el que haya ocurrido otra cuestión para que cambie y se produzca una secuela.
Las secuelas del Covid son una parte específica que tendremos que estudiar e investigar y, de hecho, la mayoría de ellas se estudian en los seguimientos post Covid que se están haciendo en hospitales. La mayoría de estos pacientes [de Covid persistente] pasaron toda su enfermedad ambulatoriamente, sin seguimiento hospitalario, no han sido incluidos en ningún tipo de estudio porque, en realidad, no han tenido un periodo de curación, ni un día de curación desde el inicio de los síntomas.
Fernando González, vicepresidente de Solutex, y María Eugenia Díez Moreno, portavoz del colectivo Long Covid ACTS.
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Sara Recio: Es importante no caer en los diagnósticos de otras enfermedades que, por ejemplo, actualmente se están diagnosticando mucho como trastorno de estrés postraumático, trastorno de estrés agudo, trastorno de depresión… Sí que es verdad que las personas afectadas de Covid persistente tienen síntomas de soledad, desesperanza, ansiedad, miedo a lo desconocido, etc. pero hay que tomarlo como un síntoma, que es lo que es, y no caer en simplemente diagnosticar como ansiedad o como depresión y medicalizar esta enfermedad que todavía es desconocida para todos.
Es necesario investigar más porque no sabemos en realidad si esta sintomatología es debida a algo de tipo endógeno, no conocemos la neuroquímica de estos pacientes, o si es más de tipo exógeno porque, no lo hemos comentado todavía,
estas personas están viendo cómo su vida está cambiando y tienen una notable incapacidad en su vida familiar, en su vida laboral.
Todo esto es una adaptación por la que tienen que pasar y son totalmente normales todos esos sentimientos y emociones que pueden aparecer, pero no hay que diagnosticar simplemente como un trastorno psicológico, sino que es necesario profundizar en qué estamos hablando cuando decimos Covid persistente.
María Eugenia Díez: Como ha dicho Lorenzo, nosotros distinguimos bastante entre secuelas y síntomas persistentes: se puede decir que son superponibles, hay gente que puede tener secuelas y a la vez una sintomatología persistente.
Respecto a los síntomas que padecemos, solo quiero añadir que es verdad que fluctúan en tiempo y en intensidad,
podemos estar tres días sin dolor de cabeza y, de repente, nos aparece un dolor de cabeza muy intenso. Somos gente joven, la mayoría con una media de 43 años y mujeres, y sí que percibimos, sobre todo al principio, cuando tú vas a urgencias, porque vamos con miedo y, cuando te dicen que es ansiedad o que tienes mucho estrés o que es normal en el estado en que vivimos, pues bueno, te llega a frustrar bastante, porque acudimos con síntomas de ansiedad pero sabemos que es algo más.
Fernando González: "La derrota del virus no significa que la inflamación se haya resuelto".
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Nosotros lo que queremos saber es cómo se llama lo que tenemos, qué tratamiento le ponemos y cómo nos curamos. Yo siempre lo comparo con cuando alguien le diagnostican un cáncer: puede tener una depresión, un estado de ansiedad, y nadie le dice que ese cáncer se ha producido porque tiene ansiedad.
Estos síntomas nos inhabilitan nuestra vida familiar, nuestra vida laboral, nuestra vida personal, hay gente que no puede jugar con sus hijos,
no podemos trabajar porque no estamos al 100 por cien, creo que tenemos derecho a tener ansiedad y estrés, pero, lo dicho, lo considero un síntoma más, no el origen de lo que nos pasa. Y es importante que ese tono de empatía también se tenga hacia los pacientes.
Fernando González: El dolor es una manifestación de la inflamación y estamos en el caso de una respuesta inflamatoria no resuelta. La infección ha sido un campo de batalla, la derrota del virus no significa que la inflamación se haya resuelto. La respuesta inflamatoria normal y sana incluye una resolución activa, sigue habiendo infiltración de neutrófilos, sigue habiendo toda una cascada inflamatoria de compuestos y los restos celulares.
Si no hay una fagocitosis, una esferocitosis, una recuperación y limpieza de esos restos celulares, la inflamación persiste. Y la inflamación persiste, estamos viendo, no solo a nivel respiratorio sino también a nivel vascular.
Una inflamación vascular podría implicar el origen de síntomas tan diferentes.
Estamos, de nuevo, ante una respuesta inflamatoria no resuelta. Hoy, ya en el siglo XXI, entendemos cómo se resuelve de manera natural la respuesta activa, inmediata, de la inflamación. Está toda la terapia inmunosupresora, antiinflamatoria, que durante tantas décadas han sido esenciales y lo siguen siendo, pero también tengo que empezar a abordar estas situaciones de inflamación cronificada no solamente combatiendo lo malo sino promoviendo lo bueno, es decir, no inactivando o cortando o suprimiendo rutas de mediación inflamatoria, sino promocionando activamente los mecanismos naturales de resolución activa de la inflamación.
¿Cuáles son los síntomas del Covid persistente?
Lorenzo Armenteros: El número de síntomas llega hasta 200, pueden ser síntomas iniciales o que van apareciendo después. Un síntoma característico es el cansancio, una imposibilidad de realizar tareas ordinarias desde afeitarte hasta el aseo personal y, por supuesto, la incorporación al trabajo.
Hay un punto que es importante destacar, que es la fluctuación, esto es algo que no veíamos hasta ahora, personas que tienen una disnea importante en un periodo corto de tiempo, se reduce al cabo de unas horas y puede estar después días sin tener los síntomas.
El estudio de la SEMG se basa en pacientes de la primera oleada, no contemplamos lo que puede haber ahora, aquellos pacientes que lo estén sintiendo pero que no saben por qué y ni siquiera se han dado cuenta de que están en esta situación. Se dice que es muy probable que entre el 15 y el 20 por ciento de todos los afectados por Covid puedan tener sintomatología persistente a lo largo de un tiempo mucho más largo del considerado normal.
¿Cómo se afronta este Covid persistente? Los profesionales, ¿están siendo conscientes de ello? ¿Qué herramientas tienen para abordar la enfermedad?
Sara Recio: Se afronta, como ha dicho María Eugenia antes, con miedos, cuando van a la consulta del médico, con miedo a lo desconocido. Por eso que hay que tratar de evitar la medicalización, simplemente esta enfermedad que es muy compleja y tiene muchísimos síntomas.
María Eugenia Díez: "Lo primero que demandamos los pacientes es reconocimiento"
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Sería importante una escucha empática de estas personas y reconocer la sintomatología que tienen, no solo a nivel psicológico, que tampoco hay que ocultarlo, pero están teniendo sintomatología a nivel físico.
Se debería hacer un abordaje multidisciplinar, no solamente con ansiolíticos, con antidepresivos, sino un abordaje multidisciplinar y que el médico de Atención Primaria, que será el primero en atender a estos pacientes, pueda reconocer esta nueva entidad y derivar a los profesionales necesarios.
Estamos hablando de una enfermedad que va a requerir de médicos especialistas, de fisioterapeutas, de logopedas, de psicólogos y neuropsicólogos para poder trabajar bien en la recuperación, en lo que mi ámbito me concierne, en la recuperación de esas dificultades cognitivas, de estado de ánimo y los miedos, la ansiedad, la tristeza… Poder rehabilitar o hacer un acompañamiento sobre todas esas limitaciones que están viviendo estas personas.
Lorenzo Armenteros: En primer lugar debemos visualizar la enfermedad, que hacerla visible. Tiene que ser considerada una enfermedad y cuando llegue un paciente a su médico de Familia, este tenga la capacidad de identificar que aquello es algo diferente a lo que hasta ahora se estaba viendo. Una vez identificado, debemos acompañarlo, y yo creo que el médico de Atención Primaria es el más adecuado para ello.
Si pudiéramos situar el proceso de la Covid persistente en una línea horizontal, el médico de Familia tiene que hacer ese acompañamiento, comprender al paciente, intentar ayudarle,
que no tenga la sensación de que está solo, sino que su médico le esté apoyando.
En esa horizontalidad del proceso, que se haga la distribución, siempre coordinada y compartida desde Atención Primaria. Formar esa especie de equipo 'médico de Primaria-médico de hospital-paciente'.
Armenteros explica en qué consiste la teoría de los auto-anticuerpos.
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Conocimiento, acompañamiento, seguimiento y la búsqueda de la curación desde el proceso clínico. Aparte, tendríamos un abanico de posibilidades alrededor, que sería el proceso investigador.
Desde nuestra sociedad, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, estamos haciendo un trabajo en ese sentido y en colaboración con todas las asociaciones de pacientes. Hemos elaborado un protocolo básico para que el médico no sienta que no tiene herramientas que utilizar, sino que pueda empezar aquellas herramientas básicas para hacer ese seguimiento del paciente.
Nuestra búsqueda es ir avanzando, realizar un protocolo con características particulares, y que el paciente sea guiado a través de esa línea horizontal del proceso por la Atención Primaria, pero siempre buscando un protocolo más amplio para tener más herramientas aún con lo que poder acompañar, y sobre todo comprender y tratar, este tipo de pacientes.
El paciente, ¿qué demanda de la atención médica?
María Eugenia Díez: Lo primero que demandamos los pacientes es reconocimiento; si no hay un reconocimiento de la enfermedad como tal, es complicado llegar a una consulta y decir que tienes algo que ‘no existe’, porque somos los grandes olvidados de esta pandemia, somos unas cifras inexistentes, dependes del profesional que tengas delante para ser reconocida.
Es verdad que esas herramientas deben de llegar a los profesionales, para nosotros sentirnos bien atendidos y acompañados, como bien dicen Lorenzo y Sara:
ellos tienen que tener herramientas con las que trabajar, se necesita difusión del poco material que hay. Eso implica una mejor atención a los pacientes, saber que el médico está informado de lo que nos pasa, de lo que nos puede pasar, dónde nos puede mandar, qué tipo de pruebas hacernos, no meternos en sacos inexistentes y no saber qué hacer con nosotros, y como decía Sara, mandarnos ansiolíticos, para casa y ya se nos dirá.
Queremos que el Covid persistente se reconozca, que se investigue y que a los profesionales se les dote de medios para poder seguir atendiendo.
¿Cómo avanzar en la investigación del Covid persistente?
Fernando González: Estamos en el siglo XXI y esta pandemia nos ha puesto ante el espejo de cómo entender la respuesta inflamatoria y por qué se cronifica. Si entendemos por qué se cronifica la respuesta inflamatoria, podemos abordarlo.
La respuesta inflamatoria en todos aquellos casos de los pacientes que superan la enfermedad, su mecanismo de regulación activa de la resolución de la inflamación ha funcionado; en los que no, persiste la respuesta inflamatoria aunque el virus haya sido derrotado, tiene toda esa sintomatología tanto en el sistema respiratorio como en el tejido neuronal y, sobre todo, en el sistema vascular.
Hoy en día, no solo tenemos que abordar con terapias inmunosupresoras y antiinflamatorias, sino
favorecer y estimular los mecanismos de regulación activa de superación de la inflamación, la resolución activa de la inflamación. Y eso son favorecer estas rutas de los SPN, simplemente, y que haya recuperar ese equilibrio y ese balance de mediadores lipídicos proinflamatorios y pro-resolutivos.
Conclusiones del debate sobre Covid persistente.
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Conclusiones
Sara Recio: El resumen que haría de todo el debate sería poner énfasis en que hay
una nueva enfermedad que hay que reconocer y, sobre todo, hay que investigar más porque se desconocen muchísimas de las causas y del tratamiento que van a requerir estos pacientes de Covid persistente.
Lorenzo Armenteros: Nuestro papel como médicos de Familia, como personas que recibimos en primera instancia este tipo de pacientes: comprendámoslos, hagámosles sentir que no están solos, que su situación nos atañe y vamos a intentar ayudarles en la medida de nuestras posibilidades.
Respecto a la Administración, que contemple todo lo que tiene esta enfermedad, no solamente las implicaciones clínicas sino también las laborales y sociales. Y que nos ayude a los profesionales a poder tratarlos. Que nos dé las herramientas para poder hacerlo y en común todos, pacientes, médicos y la Administración, en la parte que le corresponda, seguramente podamos llegar a la solución de este problema, es muy probable que cada día sea más grave y más frecuente.
Fernando González: Como sociedad, no podemos dejar que de esta pandemia quede una secuela, un grupo detrás, ese 15-20 por ciento de personas infectadas con ese proceso cronificado inflamatorio, no los podemos dejar detrás.
Llevamos 25 años sabiendo por qué se cronifica la inflamación, lo que se conoce y se mide se puede intervenir, empieza ya a haber soluciones de inmunonutrición para activar los mecanismos resolución activa natural de la inflamación, que pueden acompañar a cualquier tratamiento inmunosupresor. Trabajemos también esa línea con rigor, con ciencia y con datos y evidencia porque estamos ante una nueva situación que se ha manifestado.
María Eugenia Díez: Nosotros queremos recuperar nuestra vida anterior porque parece que esta es otra. Yo lo resumiría en
reconocimiento, investigación y tratamiento. Se necesita mucha inversión personal e institucional y creo que juntos podemos llegar a un fin, a un tratamiento, a que se investigue más y ponerle solución a todo lo que nos está pasando con una implicación de las instituciones, sin duda.
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