Alberto Breda, jefe de Urología Oncológica en la Fundación Puigvert de Barcelona y Antonio Fernández, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria.
Alberto Breda, jefe de Urología Oncológica en la Fundación Puigvert de Barcelona, ha marcado un nuevo hito en la historia de la cirugía al realizar una
nefrectomía parcial robótica de forma remota desde Burdeos a Pekín. Es una operación pionera, no solo por el éxito clínico, sino por el uso de una avanzada tecnología de telecomunicaciones y robótica que, según Breda, demuestra que la
Ingeniería Hospitalaria y la cirugía robótica han llegado a un punto en el que permiten realizar intervenciones complejas a miles de kilómetros de distancia. Según
Antonio Fernández, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), esto es posible gracias al
desarrollo de las redes 5G y la fibra óptica, que han transformado la telemedicina, aunque llegan acompañados de
desafíos relacionados con la seguridad, y la privacidad de los pacientes.
Alberto Breda, jefe de Urología Oncológica en la Fundación Puigvert de Barcelona, realiza la primera extirpación de un tumor renal mediante cirugía robótica.
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Se trata de la primera extirpación de un tumor renal mediante
cirugía robótica en remoto, que supone un acontecimiento en la integración de la
Ingeniería Hospitalaria con la Medicina avanzada. Este logro ha sido posible gracias a la
evolución tecnológica, que ha reducido restrictivamente la latencia de la conexión entre el cirujano y los brazos robóticos, alcanzando
tiempos inferiores a los 130 milisegundos, lo cual “prácticamente no se percibe desde el cerebro humano”, tal y como explica Breda.
La
cirugía robótica nació con la intención de permitir a los cirujanos operar en remoto en situaciones de
guerra. Sin embargo, la tecnología de hace 20 años no permitía superar las
barreras de conectividad. “Ahora, con la tecnología 5G y las latencias por debajo de 130 milisegundos, es posible realizar operaciones como esta con gran precisión”, comenta el cirujano.
La Ingeniería Hospitalaria y las operaciones en remoto
Por supuesto, la clave de este logro radica en la
colaboración entre distintas disciplinas, desde expertos en telecomunicaciones hasta Ingenieros Hospitalarios, y equipos médicos Según Breda, las
telecomunicaciones fueron uno de los grandes retos. Para esta operación, Telecom Francia y Telecom China tuvieron que coordinarse y establecer una línea directa entre Burdeos y Pekín. Además, el
equipo quirúrgico en Pekín debía estar preparado para cualquier eventualidad, como una complicación técnica que pudiera requerir una
cirugía abierta de emergencia.
La intervención tuvo lugar en el marco del
Congreso Europeo de Cirugía Robótica en Burdeos (el cual presidía el cirujano), conectando a Breda, que se encontraba en
Francia, con un paciente en
Pekín. La cirugía en remoto se realizó utilizando un
robot de la empresa EDGE Medical, que permite la telecirugía gracias a su
software avanzado. Este tipo de operaciones, comenta Breda, tiene un potencial significativo para “llevar la cirugía compleja a áreas remotas del mundo” donde los profesionales médicos cualificados “no siempre están disponibles”
Breda con su equipo durante la telecirugía entre Burdeos y Pekin.
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Papel de la Ingeniería hospitalaria
Según Fernández, la
Ingeniería Hospitalaria es “fundamental” para el éxito de la telecirugía. En concreto, detalla que los ingenieros hospitalarios son responsables de “
planificar y crear la infraestructura tecnológica” que permite estos procesos. “Esto incluye la instalación de
redes de alta velocidad como fibra óptica y 5G, esenciales para la transmisión de datos en tiempo real y la comunicación entre el robot quirúrgico y el cirujano”, detalla.
Ambos países tuvieron que ponerse de acuerdo para establecer una línea directa dedicada exclusivamente a la cirugía
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A su vez, supervisan la instalación y
configuración de los robots quirúrgicos y trabajan para garantizar una “conectividad estable” y una “baja latencia. “En la telecirugía, la baja latencia es crítica, ya que cualquier retraso en la transmisión de datos podría afectar la
precisión de las maniobras quirúrgicas. Los ingenieros hospitalarios se encargan de garantizar una
conectividad estable y rápida, evitando interrupciones durante las cirugías remotas”, explica.
Otro aspecto esencial del que se encargan estos profesionales es en la
seguridad de la información y en la
protección de datos, así como en el mantenimiento de los equipos y el soporte técnico, según comenta Fernández. Además, tienen un papel fundamental en todo lo que involucra a la
innovación y la evaluación y
desarrollo de nuevas tecnologías.
Aspecto de la sala en la que se realizó la telecirugía.
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Retos de las cirugías a distancia
Para el éxito de esta intervención, uno de los
retos clave, además de la robótica, fue asegurar una
conexión robusta entre los países. Según Breda, ambos tuvieron que ponerse de acuerdo para establecer una
línea directa dedicada exclusivamente a la cirugía. Además, en este tipo de intervenciones, la
Ingeniería Hospitalaria desempeña un papel crucial no solo en la ejecución, sino también a la hora de garantizar la
seguridad del paciente.
En caso de
fallos tecnológicos o complicaciones durante la operación, es esencial contar con un
equipo local altamente capacitado que pueda tomar el control de la situación. “Si falla la conexión, el equipo en el lugar debe estar
preparado para intervenir de inmediato”, comenta Breda, que destaca la relevancia de la preparación técnica y humana. En esta misma línea, Fernández explica que no solo la dependencia es un riesgo, sino que estas tecnologías también están expuestas a
ciberataques.
“Los
historiales médicos, imágenes y comunicaciones en tiempo real podrían ser objetivos de
hackeos, poniendo en peligro la privacidad y seguridad de los pacientes”, señala Fernández. Es por esto que estos avances también generan
preocupación en torno a la privacidad. “Si no se gestionan adecuadamente, los datos podrían ser robados o utilizados sin el consentimiento del paciente”, comenta el vocal de la AEIH.
Optimización de la práctica quirúrgica
Esta tecnología no solo busca
optimizar la práctica quirúrgica, sino que también tiene un fuerte componente humanitario. Según Breda, la telecirugía permitirá a los cirujanos formados en Europa o Estados Unidos “llevar su experiencia a
áreas remotas del mundo donde no hay acceso a profesionales de alto nivel, acortando listas de espera y salvando vidas”, un aspecto en que coincide Fernández.
“Estamos ante un concepto de
médicos sin fronteras” señala Breda, que considera que esta tecnología tiene el potencial necesario para
entrenar a cirujanos en países en vías de desarrollo, sin necesidad de que abandonen sus comunidades para recibir formación.
No obstante, la expansión de la telecirugía también plantea importantes
desafíos éticos y legales. “¿Quién asume la
responsabilidad si algo sale mal? ¿El cirujano remoto, el equipo local o las telecomunicaciones?”, se cuestiona Breda.
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