Un momento del simposio.
Durante 15 años, la
terapia biológica utilizada en pacientes con
artritis psoriásica se ha basado en los
fármacos anti-TNF; sin embargo, y a pesar de la mejoría que producen en la enfermedad, un alto porcentaje de pacientes no obtiene una mejoría clínicamente significativa o deja de responder con el tiempo. Hasta ahora, la única posibilidad que existía era cambiar a otro anti-TNF aunque éste tuviese una eficacia inferior al primero. Sin embargo, desde hace unos años, los ensayos clínicos y la experiencia clínica de los reumatólogos han demostrado la eficacia y seguridad del uso de
ustekinumab en estos pacientes.
Ustekinumab es un medicamento biológico
que inhibe una cascada de inflamación (la vía de citocinas IL12/23). “Para aprovechar todo su potencial terapéutico, en la práctica real ustekinumab estaría indicado como primer tratamiento biológico o tras fallo a un primer anti-TNF en pacientes con artritis psoriásica moderada-grave que previamente han fallado al menos a un fármaco modificador de la enfermedad clásico”, explica
Juan Cañete, especialista del servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona y miembro del comité científico del
III Simposio Nacional de Artritis Psoriásica Innovara, celebrado en Málaga.
El fármaco también es seguro y efican en artritis psoriásica en condiciones de práctica clínica real
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En este foro científico, los asistentes han puesto en común su experiencia en la práctica clínica con este inhibidor de la vía IL12/23 en pacientes con
artritis psoriásica; una patología para la que, como admite
Rubén Queiro, reumatólogo del Hospital Central de Asturias, “desgraciadamente no tenemos muchos datos propios sobre prevalencia e incidencia en España. En general se estima que hasta un tercio de los pacientes con psoriasis podrían tener artritis psoriásica. No obstante, creemos que las cifras tienden a ser una infraestimación de la prevalencia e incidencia real”.
Como destaca Queiro, los datos de eficacia y seguridad de ustekinumab que manejaban los especialistas procedían mayoritariamente de ensayos clínicos, “pero en este simposio Innovara se han presentado por primera vez
datos de su uso en pacientes con artritis psoriásica en condiciones de práctica clínica real”.
“Estas experiencias reales muestran que la inhibición de la vía IL-12 e IL-23 es segura y eficaz tanto en pacientes que no han estado sometidos anteriormente a otros agentes biológicos, como en aquellos ya expuestos a estas terapias y donde se ha optado por el tratamiento con ustekinumab”, explica Queiro. A su juicio, la experiencia clínica acumulada hasta ahora sugiere que ustekinumab funciona adecuadamente en distintos escenarios clínicos (poliartritis, entesitis, dactilitis, onicopatía), con un
perfil de seguridad adecuado y facilitando el cumplimiento terapéutico”.
En este sentido, el doctor Cañete recuerda que “hasta la fecha, el uso mayoritario de ustekinumab se ha dado en pacientes que habían fracasado al tratamiento con anti-TNF previamente y subraya la importancia de administrar el fármaco correcto a los pacientes correctos en la etapa de la enfermedad correcta. Mientras tanto, tenemos que evitar situar a ustekinumab como ú
ltimo recurso terapéutico para no perder las nuevas oportunidades terapéuticas que ofrece este tratamiento en pacientes con artritis psoriásica”.
A juicio del doctor Cañete, “es importante acumular experiencia sobre las nuevas posibilidades terapéuticas que puede ofrecer ustekinumab en pacientes con artritis psoriásica de reciente comienzo”.
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