Laura Ferrando, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría Privada.
15 dic. 2020 11:05H
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La teleconsulta está siendo una herramienta imprescindible en tiempos de la Covid-19, especialmente en pacientes que precisan de un seguimiento y un contacto asiduos con el médico, como las personas que padecen trastornos psiquiátricos; sin embargo, para que estas citas virtuales sean eficaces, deben seguirse unas pautas y no improvisar, tal como se ha puesto de manifiesto en la mesa redonda ‘Hacia una transformación digital humanizada de la consulta médica’ celebrada este martes con la colaboración de Takeda en el I Congreso Virtual de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, Asepp.
La teleconsulta es una práctica que ya se venía llevando a cabo, pues permite el acceso directo del paciente al profesional sanitario sin necesidad de desplazamiento, algo muy necesario durante la pandemia por motivos de seguridad. “Aunque hay casos en que la presencialidad se hace imprescindible en los pacientes con patología mental, por la dificultad de manejo de la tecnología, por su gravedad clínica o por el contenido que se trabaje en las terapias, y este tipo de sesiones virtuales pueden mejorar y no sustituyen a las visitas presenciales, la teleconsulta ha venido para quedarse”, explica una de las participantes en dicha mesa redonda, Pilar de Castro Manglano, Psiquiatra, experta en Psiquiatría Infantil y del Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra, en Madrid.
Entre las ventajas que aporta esta herramienta, destaca la mayor facilidad para que se produzca la cita, al no existir el desplazamiento como condicionante. Así mismo, permite al especialista acceder a información no percibida en la consulta presencial, a partir de la observación de la estancia en que se encuentra el paciente, de los familiares o de las dinámicas que se producen en el domicilio. Además, estas sesiones pueden llevarse a cabo con mayor garantía de confidencialidad de cara al entorno del paciente.
Entre los principales inconvenientes para su desarrollo, Manuel Antonio Fernández, director del Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica (INANP), en Sevilla, resalta las limitaciones de determinada población frente a la tecnología o la falta de competencias digitales para su manejo. Las desventajas también pasan por la dificultad de acceder a información relevante como la que ofrece la comunicación no verbal (a través por ejemplo de la corporalidad, el olor o el autocuidado), tan importante en la exploración psicopatológica, señala Fernández. “Además, el impacto emocional y experiencial de la visita presencial es mayor que en la teleconsulta, que corre el riesgo de hacerse superficial”, subraya esta especialista. En su opinión, el riesgo de no sentir al paciente cerca y verlo con distanciamiento emocional es alto, pues trabajar con personas a través de internet puede resultar agotador después de muchas horas de pantalla. “Las redes permiten mantener la comunicación, pero la experiencia del tú a tú es diferente”, añade.
Qué hacer para que la teleconsulta funcione
Para que estos encuentros digitales resulten eficaces, hay que tener una concepción clara de su utilidad para la mejora de la atención a los pacientes e integrarlos de forma natural en la cartera de servicios y en los procedimientos de trabajo habitual, según Manuel Antonio Fernández. “Hay que tener claro que lo importante en este sentido no es la tecnología ni las herramientas, sino las personas que a uno y otro lado de la pantalla siguen desarrollando una auténtica y genuina relación médico-paciente”, subraya.
Humanizar estas citas, por tanto, contribuirá a aumentar su utilidad. Según expresa Hilario Blasco, psiquiatra adjunto Infanto-Juvenil del Servicio de Psiquiatría de Puerta de Hierro, de Madrid, hay que dotarlas de calidez humana. “Cuando uno se enfrenta al sufrimiento humano, me parece fundamental el uso de la empatía y el humor. Tenemos que ser capaces de ofrecer a nuestros pacientes un sentido en nuestra vida por el que luchar”, afirma.
Para orientar sobre una correcta praxis clínica online y con el fin de preparar al paciente ante la cita virtual, la American Psychiatry Asociation (APA) ha elaborado un folleto informativo con consejos que buscan favorecer la humanización de la atención médica.
Antes de la cita, se recomienda a los pacientes buscar un lugar privado y tranquilo para el desarrollo del encuentro virtual y, si es posible, con luz. Informarse por adelantado de la tecnología mediante la que se va a establecer la conexión, asegurarse de que se sabe utilizar y de que hay buena conexión a internet, son otras de las recomendaciones, así como preparar posibles cuestiones a trasladar durante la consulta. El día del encuentro, se aconseja preparar previamente el espacio y el equipo tecnológico y tomar nota de posibles indicaciones del médico. Se considera conveniente que la visita dure lo mismo que una presencial y asegurarse de que se resuelven todas las dudas.
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