Elvira Sanz, directora general de Pfizer en España. |
Redacción. Madrid
La compañía farmacéutica Pfizer ha anunciado la puesta en marcha de la página web www.noseascobaya.com con la que pretende alertar de los peligros que puede conllevar el uso de medicamentos falsificados, que generalmente suelen comprarse a través de Internet.
El portal cuenta con el aval científico de la Asociación Española de Andrología (ASESA) y, como ha reconocido la presidenta de ANDRO, Ana Puigvert, "la mejor manera de garantizar que estamos tomando un medicamento auténtico es que sea recetado por un médico y se adquiera en la farmacia".
Se entiende por medicamento falsificado aquel que ha sido fabricado y distribuido fuera de los canales legales de fabricación y venta y que puede suponer un problema para la salud de los pacientes.
El problema de estos fármacos es que no se sabe qué compuestos contienen en su composición, pues no siguen los criterios de seguridad en su fabricación, no están sujetos a ningún tipo de control de calidad y los falsificadores son, en ocasiones, también traficantes de otras drogas.
Así, por ejemplo, entre los ingredientes encontrados en algunos supuestos medicamentos para la disfunción eréctil (DE) se ha encontrado pintura, tinta de impresora (empleada para dar a las pastillas su característico color azul), anfetaminas, cafeína o polvo de talco.
Por contra, los medicamentos auténticos son elaborados por investigadores y profesionales sanitarios que desarrollan su labor en un medio rigurosamente controlado y estrictamente regulado por las autoridades sanitarias. Por eso, el único modo de poder confiar en quien suministra el medicamento y en el medicamento mismo es obtenerlos con receta médica.
"Todo fármaco, desde que se crea su molécula, pasa por centenares de estudios y pruebas (tardan más de 15 años en algunas ocasiones) hasta que están a disposición de los pacientes en las farmacias o centros hospitalarios. Por lo tanto, se desconoce el mecanismo de acción de cualquier sustancia adquirida fuera de los circuitos legales; su vía metabólica o cuánto tiempo queda en el organismo, etcétera, es un perfecto desconocido, por lo tanto, peligroso", asegura la doctora Puigvert.
Los autores de esta iniciativa recuerdan que los medicamentos que tratan la disfunción eréctil están entre los que más se falsifican, lo que, como señala Puigvert, se debería a que "es una de las patologías con mayor incidencia en la población masculina, por lo que la demanda de estos medicamentos es muy elevada".
Además, continúa, "no entran en el sistema de reembolso sanitario, por lo que existe mayor predisposición para adquirirlos de forma irregular. La situación sería completamente diferente si los mecanismos administrativos permitieran su subvención".
Precisamente Pfizer anunció a primeros de mes la creación de una página web desde la que comercializar en Estados Unidos su fármaco sildenafilo, cuyo nombre comercial es 'Viagra', como tratamiento para la disfunción eréctil, a fin de combatir la venta de medicamentos falsos.