Juan José Picazo.
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Marcos Domínguez / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
La efectividad de las vacunas puede jugar ‘en su contra’, según los especialistas reunidos por Pfizer con motivo de la Semana Mundial de la Vacunación. Y es que enfermedades como la poliomielitis y la viruela han desaparecido gracias a la acción de las vacunas, y por ello mucha gente puede llegar a olvidarse del peligro que tenían en su momento. “Si abandonamos la vacunación, las enfermedades volverán”, ha sentenciado Juan José Picazo, jefe del Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Clínico San Carlos (Madrid).
El experto considera que la vacuna neumocócica debería ser incluida dentro de los esquemas de vacunación infantil, ya que “es coste-efectiva y además genera ahorro”, refiriéndose a que el gasto posterior por enfermedad neumocócica –la primera causa de muerte prevenible por vacunación en el mundo, con aproximadamente 1,6 millones de fallecimientos al año– será muy superior al que supone la vacunación.
La misma postura ha manifestado Esther Redondo, especialista del Centro de Vacunación y Salud Internacional de Madrid y coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de Semergen. “De la Unión Europea, el único país que no tiene incluida la vacuna neumocócica con cobertura universal y gratituita para sus niños es España”, ha señalado, explicando que solo en Galicia, y gracias a un programa piloto, existe esta posibilidad.
Otro de los motivos para incluir esta vacuna en los esquemas de las comunidades es que, cuanto mayor sea el índice de vacunación infantil, menor será la incidencia de la enfermedad en adultos mayores, algo importante al tener en cuenta que la edad es el principal factor de riesgo para la enfermedad neumocócica invasiva.
Riesgo en población adulta
En edades avanzadas con algunos otros factores de riesgo se encuentra financiada (fuera de la financiación, el precio de la vacuna se sitúa en los 70 euros), si bien en otros como la existencia de enfermedad pulmonar no lo está por lo general. La conciencia de la vacunación en adultos no está muy extendida, y en el caso de esta vacuna la cobertura en mayores de 65 años se sitúa entre el 8 y el 24 por ciento.
Dieciséis sociedades científicas españoles han elaborado un consenso para el uso de la vacuna conjugada (trecevalente, más moderna que la polisacárida) adultos en riesgo, con una serie de recomendaciones basadas en la evidencia científica actualmente disponible. Sin embargo, se trata de un documento “vivo” que seguirá actualizándose a medida que la documentación científica crezca.
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