La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha concluido que existen al menos 100
necesidades sanitarias que hay que cubrir en Europa. En su último informe, advierte de que es necesario garantizar el acceso a medicamentos innovadores, así como mejorar la investigación, evaluación y desarrollo de los mismos. En este punto, indica que hay diferentes aspectos a mejorar como la inclusión de las últimas tecnologías en los procesos de producción y distribución; la promoción de modelos colaborativos; mayor transparencia y confianza en la comunicación con la población, etc.
Con esta lista, se espera que
investigadores y organizaciones de financiación trabajen en conjunto para alcanzar este objetivo. Así, aunque la EMA seguirá financiando una pequeña parte de los estudios, la vía externa será siendo la principal para que estos avances se lleven a cabo.
Para su elaboración, se ha contado tanto con el testimonio de presidentes de comités científicos y grupos de trabajo de la propia agencia, como con la opinión de expertos externos y líderes de los principales grupos de interés. Así, han determinado que suplir estas necesidades ayudará a
promover la ciencia regulatoria para seguir el ritmo de la evolución tecnológica y mejorar el acceso de los pacientes a los medicamentos:
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Catalizar la integración de la ciencia y la tecnología en el desarrollo de medicamentos. En este punto, por ejemplo, se habla de la necesidad de incluir las últimas tecnologías en los procesos de fabricación y reparto para facilitar su uso, aumentar su eficiencia y seguridad, así como suplir las limitaciones y cuellos de botella que actualmente presentan.
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Impulsar la generación colaborativa de evidencia: mejorar la calidad científica de las evaluaciones. En este caso, se recoge la necesidad de realizar investigaciones con mejores enfoques fomentando, entre otros aspectos, el modelo colaborativo de negocio. Igualmente, se motiva el diseño de nuevos estudios toxicológicos para informar mejor de los ensayos clínicos y el uso de medicamentos.
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Promover el acceso a los medicamentos contando con la colaboración de los sistemas de salud. Entre otros puntos, se manifiesta la urgencia de realizar investigaciones para optimizar la eficacia de los medicamentos y garantizar la seguridad de los pacientes desde que se empieza a desarrollar hasta que el fármaco se lanza al mercado. De este modo, advierten, habrá menos incertidumbres sobre sus efectos, mejores resultados y se usarán más eficientemente los recursos sanitarios. Además, se incluye la necesidad de identificar las mejores prácticas para el paciente electrónico y armonizarlas en la Unión Europea.
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Abordar las amenazas emergentes para la salud y la disponibilidad/desafíos terapéuticos. Identificar de forma proactiva las áreas de preocupación pública sobre amenazas emergentes para la salud, incluida la pandemia o las vacunas aumentaría la confianza y transparencia y mejoraría la comunicación y el compromiso con la población. Asimismo, indican la importancia de armonizar las normativas y estándares científicos para medicamentos complejos. “El impacto sería el acceso más barato y seguro medicamentos genéricos”, defienden.
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Habilitar y aprovechar la investigación y la innovación en la ciencia regulatoria para, señala el informe de la EMA, permitir una estrategia más proactiva y brindar un asesoramiento mejorado, más regular, efectivo y eficiente.
“Generar conocimiento para cerrar cualquiera de estas brechas puede tener un impacto directo en los pacientes”, declara la EMA. Así, este organismo se compromete a
actualizar periódicamente esta lista con nuevos temas y referencias a investigaciones relacionadas para mejorar las directrices científicas y la toma de decisiones reglamentarias.
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