Jorge Gallardo, presidente de Almirall.
Almirall no quiere que la
Agencia Europea del Medicamento (
EMA, por sus siglas en inglés) se vaya de Reino Unido, después de que el país votará ‘sí’ en el
Brexit, tal y como lo ha manifestado su presidente ejecutivo,
Eduardo Sanchiz. Las últimas declaraciones de la farmacéutica ‘torpedean’ directamente las aspiraciones de tres provincias españolas (
Barcelona,
Madrid y
Málaga) para albergar las instalaciones e, incluso, las del propio
Gobierno, que tiene la intención de crear
un grupo interministerial para potenciar la competitividad del país dentro del sector farmacéutico.
Sanchiz ha asegurado que la decisión de Reino Unido de abandonar el
Viejo Continente (previsto para dentro de dos años) tendrá consecuencias a medio plazo para la farmacéutica catalana. “En cuanto el país anglosajón invoque el
artículo 50, la agencia europea tendrá que desplazarse a una nueva localidad y eso supondrá una disrupción muy importante en su funcionamiento”, explica. “Me preocupa que el proceso de aprobación de nuevos fármacos se pueda ver perjudicado por esta circunstancia”.
No obstante, es curioso que Almirall rechace un cambio en la localización de la EMA cuando es precisamente Barcelona -lugar donde actualmente se afinca y de donde proviene la familia que creó la compañía (
los hermanos Gallardo)- una de las opciones para albergar las nuevas instalaciones.
Madrid y
Málaga son las otras dos provincias españolas que se han mostrado también a favor de acoger estas instalaciones, aunque es cierto que Barcelona cuenta con amplia experiencia en el sector farmacéutico (ya que gran parte de las compañías nacionales se asientan en esta región), lo que le hace ser un importante potencial industrial y tecnológico.
La libra se devaluará con el cambio de sede, según Almirall
Otra de las razones que alega Almirall es
la devaluación que sufrirá la libra en todo este proceso. El de Reino Unido es el quinto mercado (en términos de ventas) de la farmacéutica, por lo que un cambio de ubicación de la EMA afectaría a su inversión económica a corto plazo.
Por otro lado, en unas recientes declaraciones, el presidente de Almirall alertaba a su plantilla de
las consecuencias “muy negativas” que puede tener la compañía
la posible independencia de Cataluña. A través de un vídeo,
Jorge Gallardo se dijo “moralmente obligado” a llevar a cabo esta acción. Por ello, es poco entendible que la farmacéutica desee que la EMA no salga de Reino Unido, afectando no solo a Barcelona, sino a otras provincias españolas que se han postulado como opción y, en último término a España, que perdería el beneficio de tener un organismo de este nivel en su territorio.
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