Hematología reclama que el plasma se declare “bien estratégico” del SNS

La autosuficiencia de productos plasmáticos es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sistema español de donación de sangre, tal y como recuerdan la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea (SETS) y la Fundación CAT, que se han sumado al Día Mundial del Donante de Sangre. Una fecha que conmemora el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco que descubrió los grupos sanguíneos A, B y 0.

En palabras de José Manuel Cárdenas, presidente de la Fundación CAT, organismo de certificación de la calidad en transfusión sanguínea: "Con el plasma cubrimos el 80% de la albúmina que necesitan nuestros pacientes y el 48% de las inmunoglobulinas. Hay un déficit de este producto sanguíneo en nuestro país".

Es la gran asignatura pendiente de un país con tanta tradición en el campo de la donación como es España: "Hay diariamente cientos de emergencias vitales que precisan de una transfusión para salvar la vida. Nuestra base actual de donantes de sangre cubre con eficacia las necesidades de transfusión de los pacientes en cuanto a glóbulos rojos y plaquetas se refiere", según el experto. En el ámbito de la Administración, los hematólogos demandan "un compromiso político y social para la consideración del plasma como bien estratégico".

Según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en 2015 se alcanzaron los 36,9 donantes por 1.000 habitantes en España, registrándose 1.706.973 donaciones de sangre. Asimismo, se transfundieron 1.512.697 unidades de glóbulos rojos, 198.464 unidades de plaquetas, 183.248 unidades de plasma y 1.271 unidades de crioprecipitado, beneficiando a un total de 488.089 pacientes.

Ponerlo en valor

Para José Manuel Cárdenas la población "ha normalizado las transfusiones hasta el punto de que prácticamente son valoradas como un tratamiento más y no como el regalo de vida que representan. Debemos volver a ponerlas en valor tanto para la ciudadanía como para los propios donantes". En este sentido, "las administraciones deben poner en marcha campañas y otras acciones similares que activen y dinamicen la base de donantes de sangre".