Mariana Bastos, hematóloga del Hospital Gregorio Marañón.
Las
terapias CAR-T han escrito un gran capítulo en la historia del abordaje de los tumores. Estos tratamientos han sido la única oportunidad de muchos pacientes, que hasta este momento
no tenían otras opciones terapéuticas. Sobre ello se ha hablado en el
Congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH), donde se han presentado los avances de las terapias, hacia dónde se dirigen y la
necesidad de agilizar su acceso para que lleguen a todos los pacientes que lo necesiten.
Mariana Bastos, hematóloga del Hospital Gregorio Marañón, ha vuelto hace escasos días del ASH, celebrado este año en Nueva Orleans. La especialista ha realizado una ponencia, en representación del
Grupo Español de Linfomas/Trasplante Autólogo de Médula Ósea (Geltamo) y el Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular (GETH), sobre los datos de vida real de
linfoma B difuso de células grandes, una información de gran relevancia en las
terapias CAR-T.
Tal y como señala Bastos, en esta cita se han dado a conocer las
últimas novedades sobre tratamientos de linfomas, fundamentalmente, la
terapia celular y las CAR-T. "Se han presentado resultados de las CAR-T que ya están aprobadas, como para el linfoma B difuso de células grandes, que es
el más frecuente", afirma la hematóloga en una entrevista a
Redacción Médica. Concretamente, ha subrayado que se ha estudiado esta misma CAR-T
aplicada a pacientes mayores o con afectación del sistema nervioso central.
"Los datos de CAR-T
son muy positivos y más teniendo en cuenta que son campos donde
no había otra opción terapéutica, los pacientes tenían una
necesidad no cubierta muy grande", asegura Bastos. "Curar a un paciente con un linfoma refractario recaído de estas características
no era posible. Ahora el 40 por ciento de los pacientes consiguen
controlar la enfermedad y mantenerse así a largo plazo", añade.
En este sentido, la hematóloga del Gregorio Marañón fue la encargada de presentar el
análisis de datos de vida real en España de los pacientes con linfoma B difuso de células grandes. Una información importante ya que al ser
terapias complejas que necesitan un proceso de varios pasos es importante
ver "cómo encaja" todo ello en la vida de médico y paciente.
Acelerar el tiempo de la CAR-T
Asimismo, a lo largo del congreso se han presentado también
otros nuevos productos con CAR-T con datos prometedores, que aunque son resultados preliminares, muestran una
alta efectividad y una baja toxicidad, lo que demuestra que este tipo de terapias
"cada vez son mejores".
"La inmunoterapia en general y el CAR-T en particular son una
revolución para el tratamiento de tumores. Estamos viendo
constructos más avanzados, que seleccionan las poblaciones de linfocitos mejores", apunta la especialista.
Por otro lado, uno de los aspectos que se está trabajando en estas terapias
es el tiempo, ya que no juega a favor del paciente, y se han hecho grandes avances al respecto. "Que la CAR-T
se produzca rápidamente para nosotros es una ventaja importantísima. Es una terapia que requiere un tiempo de proceso en el que el paciente está esperando el producto y el
linfoma está sin control. El 10 por ciento de los pacientes no llegan a recibirla, explica Bastos.
El acceso a las CAR-T, el principal reto
No obstante, hay un gran escollo en estas terapias y es
su acceso. Bastos lamenta que la
aprobación de las CAR-T sea un proceso lento. En algunas indicaciones, a pesar de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) haya aprobado la opción terapéutica, no ha llegado a España porque
no hay un precio reembolso y, por lo tanto, no se puede usar. Es lo que ocurre con
Tecartus para linfoma de células del manto, uno de los
tratamientos más prometedores y cuyos
resultados positivos están
en el ensayo pivotal internacional ZUMA-2.
"Algunas CAR-T no las podemos
administrar todavía y a los hematólogos nos preocupa mucho esta situación. Es angustiante saber que un
paciente se podría beneficiar de una terapia aprobada en Europa, con una eficacia demostrada, y no poder dársela en España. Necesitamos que la
innovación vaya de la mano del acceso a la misma", concluye.
Por otra parte, una de las terapias que sí que pueden administrar es
Yescarta, que está entre
las primeras CAR-T aprobadas en España. Concretamente, está indicada para pacientes adultos con
linfoma B difuso de células grandes en recaída o refractario, y linfoma primario mediastínico de células B grandes tras dos o más líneas de tratamiento.
Es un tratamiento consistente en
extraer las células T del paciente, que se modifican genéticamente con un receptor de antígeno quimérico (CAR-T) para que, al ser reinfundidas en la sangre, combatan estos dos tipos de linfoma no Hodgkin. Según los datos del ensayo ZUMA-1,
el 54 por ciento de ellos recibió una respuesta completa (ausencia de cáncer detectable), con un total del 74 por ciento de los pacientes
respondiendo al tratamiento.
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