Redacción. Sevilla
Un proyecto de investigación multicéntrico, coordinado por Jesús Rodríguez-Baño y Luis Eduardo López-Cortés, ambos de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario Virgen Macarena, ha demostrado que la aplicación por infectólogos de un protocolo específico en el tratamiento de los pacientes con bacteriemia por ‘Staphylococcus aureus’ se revela capaz de reducir la mortalidad de estas infecciones hasta el 38 por ciento.
Jesús Rodríguez-Baño. |
Según han informado fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS), esta investigación, que se encuentra dentro del contexto de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosa (Reipi) y se desarrolla en doce hospitales españoles, ha merecido su publicación en la “prestigiosa e influyente” revista ‘Clinical Infectious Diseases’.
Entre los centros participantes se encuentran los hospitales Virgen del Rocío y Virgen de Valme (Sevilla), Reina Sofía de Córdoba, Juan Ramón Jiménez (Huelva), Valdecillas (Santander), y Cruces (Bilbao), entre otros. La publicación le dedica un editorial en la que se plantea la conveniencia de aplicar este tipo de actuaciones en todos los centros.
El proyecto que ha dado lugar a estos resultados fue financiado por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía y por la Reipi (Instituto de Salud Carlos II).
Material y métodos
El SAS ha indicado que el método utilizado se ha basado en la aplicación de un ‘bundle’ o conjunto de medidas concretas previamente seleccionadas a partir de la evidencia científica mediante un sistema que garantiza su cumplimiento. Así, en vez de realizar un protocolo o de realizar formación para mejorar el manejo de estas infecciones, “medidas que, en general, tienen un impacto limitado”, lo que se hace es un proceso en tres fases, la primera de ellas ha sido identificar, mediante revisión sistemática de la evidencia científica, los indicadores de calidad del tratamiento que influyen en el pronóstico de los pacientes, ha explicado.
En segunda instancia se ha realizado una selección previa de un número limitado de estos indicadores en base a su importancia y aplicabilidad. En concreto, se han seleccionado seis indicadores. Por último, se ha implantado un procedimiento que garantice el cumplimiento de estos indicadores. En este caso, un infectólogo ha sido el encargado de realizar recomendaciones al médico responsable, mediante un formulario prediseñado, acerca de esos indicadores.
Esta metodología ha permitido mejorar el cumplimiento de los indicadores en todos los hospitales participantes, lo que se ha asociado con una reducción significativa de la mortalidad. “Es la primera vez que un programa de estas características se aplica en esta enfermedad y en varios hospitales”, ha señalado el SAS.
El estafilococo
Esta bacteria es “una de las principales causas de infecciones graves en humanos”, ocasionando tanto infecciones hospitalarias como adquiridas en la comunidad, que incluyen infecciones de catéteres vasculares, endocarditis (infección de válvulas cardiacas), infecciones quirúrgicas, de huesos y articulaciones, entre otras.
El SAS ha afirmado que se trata de un microorganismo “muy virulento” con capacidad de “destrucción de los tejidos y de causar complicaciones graves”. Las bacteriemias (infecciones del torrente sanguíneo) por ‘Staphylococcus aureus’ son infecciones de tratamiento “complejo” y tienen una “mortalidad del 15-40 por ciento”, dependiendo de diversos condicionantes.