Ismael Sánchez / Leire Sopuerta / Imagen: Cristina Cebrián. Pamplona
El consejero de Salud de Navarra, Fernando Domínguez, se ha fijado, como uno de sus propósitos de legislatura, sentar las bases de un nuevo modelo sanitario en la comunidad. Para ello, es partidario de desarrollar una carrera profesional de gestión, con el que los profesionales adquieran mayor protagonismo y capacidad de decisión. A su juicio, son “el principal activo” del sistema y “hasta ahora no han sido escuchados”.
¿Cómo valora sus primeros meses al frente del Departamento de Salud?
El consejero de Salud de Navarra, Fernando Domínguez.
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Asumir el cargo de consejero fue un reto para mí. Desde hace tiempo los profesionales y la sociedad en general reclamaban cambios y, cuando por sorpresa absoluta, me plantearon ser consejero de Salud decidí aceptarlo para hacer algo más, para dar respuesta a esa demanda de cambios. Los primeros meses me han confirmado lo que ya me dijeron, que era un trabajo de gran complejidad, pero asumo el reto con ilusión.
Es cirujano, ¿qué puede aportar su experiencia laboral a la sanidad navarra?
Es verdad que hasta ahora no había hecho gestión y que la política me atrae como a todo ciudadano interesado por el entorno, ni más ni menos. Siempre me he dedicado a la labor asistencial.
Y me he vanagloriado de trabajar en todos los ámbitos: he sido médico rural, médico de urgencias, hice la residencia, soy cirujano, he trabajado en mutuas, en empresas… Con ello, lo que creo que puedo aportar es esa visión global del profesional que tanto necesita la política, especialmente la sanitaria.
¿Cómo define la situación de la sanidad de Navarra?
Cuando llegamos a la Consejería, mi equipo y yo, que, por cierto, es extraordinario, analizamos las debilidades y fortalezas del sistema. Entre las fortalezas identificamos claramente dos, los profesionales, muy reconocidos a nivel nacional e internacional, y el sistema en sí y a su funcionamiento. Sin embargo, también observamos debilidades, en las que hay que trabajar para cambiarlas.
¿Nos puede comentar alguna de esas debilidades?
Sí, claro. Fundamentalmente, lo que detectamos es que los profesionales, siendo el principal activo del sistema, no habían –habíamos porque yo en ese momento todavía estaba en la trinchera - sido escuchados. La sensación de que nadie escuchase tus reivindicaciones es muy triste y eso hay que cambiarlo. En el análisis del sistema que realizamos también detectamos que, en años atrás, faltaron objetivos, saber hacia dónde iba el sistema; además de una falta de inversión absoluta.
Imagino que su Gobierno trabaja ya en el presupuesto para Salud, ¿confía en que sea el adecuado?, ¿cuáles serán las partidas prioritarias?
No, no lo creo. Sobre todo porque el planteamiento que nos tenemos que hacer, y a nosotros mismos nos falta paciencia para entenderlo, es que los objetivos de la legislatura son a cuatro años, y todos queremos inmediatez. Yo vengo de la clínica, y ahí sabes lo que estás haciendo y los resultados que obtienes al finalizar el día. En la gestión pública vas haciendo muchas cosas, pero los resultados no son inmediatos.
Pensamos que vamos a poder hacer cosas muy pronto, pero tenemos los recursos económicos que nos vienen de un sistema fiscal anterior. El Gobierno trabaja en una reforma, pero tendrá repercusión en los presupuestos de 2017. Para este próximo año, para 2016, debemos echarle mucha imaginación, desinvertir en bolsas de ineficacia e invertir allí donde el dinero va a aportar calidad y en aquellos puntos que más confianza generan a los profesionales y los ciudadanos.
Entonces, ¿a qué van a destinarse las grandes partidas presupuestarias?
Intentaremos tener el suficiente dinero para inversión en equipamiento, en concreto, en el Complejo Hospitalario de Navarra, donde hay equipos que no pueden seguir funcionando. Estamos dentro de la obsolescencia tecnológica más absoluta. Eso es algo que no llega al ciudadano, pero es una realidad.
Además, parte del presupuesto irá al capítulo 1, al personal, como es lógico. El Servicio Navarro de Salud tiene en torno a 10.000 empleados y se llevan la mayor partida. Además, queremos revertir el sistema de cocinas del Complejo Hospitalario, lo que tiene su coste porque están desmanteladas.
En definitiva, queremos generar confianza y que los profesionales y ciudadanos vean que estamos haciendo cosas.
¿No le parece increíble que ese tema, el de las cocinas, haya tenido una repercusión a nivel nacional?
Lo que se vio fue una pérdida de calidad evidente. Pasamos de un sistema clásico, con una calidad percibida, a un sistema de cocina en frio, de una calidad cuestionable. En aquel momento la Consejería no supo llevar bien el problema, ni transmitirlo de forma correcta. Es muy triste que este asunto haya saltado a la opinión pública. Y, por eso, queremos solucionarlo cuanto antes.
En sus intervenciones ha comentado que el modelo de gestión sanitario es inadecuado, ¿por qué lo cree, qué hay que cambiar?
Domínguez defiende un modelo de gestión basado en el liderazgo clínico.
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Creo que hay que hacer una sanidad más participativa, desde el punto de vista del profesional y del paciente. También hay que ir hacia un modelo en el que prime el liderazgo clínico. Hay que plantearse objetivos muy claros, y buscar a la persona adecuada para lograrlos. Por su parte, la dirección debe facilitar su consecución y otorgar los recursos necesarios para que así sea posible. En esta línea, queremos crear áreas clínicas autogestionadas, pero este es un proyecto más a largo plazo. Necesitamos más tiempo para conseguirlo, pero al menos sentaremos las bases.
Ha introducido cambios significativos en la estructura de la Consejería. Por ejemplo, ha diferenciado la figura del gerente del área del hospital. ¿Qué beneficios tiene?
Se sabe que cuando un área de salud tiene un tamaño adecuado, la mejor forma de gestionarlo es integrar la Atención Primaria y la Especializada. Uno de los problemas que detectamos aquí es la enorme distancia entre ambos niveles asistenciales, hasta el punto de que tienen historias clínicas informatizadas distintas, y eso es una auténtica locura. Lo que se pretende es integrarlos, para dar más continuidad a la atención del paciente, en el área de salud y que dependa de un gerente. Eso tiene algunos problemas, lo sabemos. Se intentó en otras legislaturas y fracasó.
Si ligas la gerencia del área al hospital, la Atención Especializada fagocita a la Primaria. Por ello, hemos nombrado gerentes de área que conocen bien la Atención Primaria y sus necesidades y, por otro lado, hemos diferenciado la figura del gerente del área del hospital. Si es posible, y eso es lo que pretendemos, sacaremos el gerente del hospital para dar una visibilidad mayor a la Atención Primaria.
Precisamente en la Asamblea de Madrid se ha aprobado estos últimos días una iniciativa para profesionalizar la gestión. ¿Es esta la idea que se busca también en Navarra?
Sí, la verdad es que los gestores deben ser profesionales. Por eso queremos desarrollar una carrera profesional de la gestión, como hay una carrera profesional asistencial. Creo que hay que potenciar a quien quiere hacer gestión. En las facultades de Medicina no te forman sobre gestión, incluso es un tema sobre el que te meten miedo. Y es un mundo que, cuando lo conoces, te atrapa.
Pero de la gestión clínica se lleva hablando tiempo y apenas se avanza, ¿qué pasos va a dar en este sentido?
Ir hacia un modelo de áreas clínicas y buscar los mejores responsables que gestionen tanto los recursos económicos como a los profesionales que estén trabajando en esa área. Hay que buscar líderes, no queda más remedio. Vamos a buscarlos y a formarlos. Dentro del Servicio de Salud estamos organizando cursos de formación de gestión. Para este fin hemos contactado ya con el Colegio de Médicos autonómico.
Sé que hay líderes en nuestra sanidad, vengo de este medio y les conozco, les tengo identificados. Son profesionales capaces de cambiar actitudes, protocolos... Hasta ahora cuando han planteado alguna modificación no han sido escuchados. Esa ha sido la principal causa de desmotivación en estos últimos años.
Domínguez afirma que los profesionales no le han pedido mejoras económicas.
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Además de esa falta de atención, en este tiempo, ¿qué otras demandas le han transmitido los profesionales?
Aparte de ser escuchados, la demanda que me hacen llegar es que quieren que les dotemos de las herramientas necesarias para poder trabajar.
Por eso, el principal valor del Servicio de Salud de Navarra son sus profesionales. Tenemos que mimarlos porque tenemos un potencial que no ha sido explotado.
Pero, aparte de eso, le habrán solicitado mejoras de carácter laboral
Pues no. Me he reunido con muchos profesionales y realmente nadie me ha planteado reivindicaciones económicas, lo que quieren es mejorar sus condiciones de trabajo. Y eso hay que potenciarlo.
¿Cómo afronta el problema de las listas de espera?
Tenemos muy claro que las listas de espera solo se solucionan si se abordan desde un punto de vista integral. Si aumentas la oferta, aumenta la demanda. Y eso no sirve.
Por eso, hay que intentar potenciar la Atención Primaria para que disminuyan las derivaciones. Si el médico de Primaria tiene los recursos suficientes para atender a los pacientes de forma adecuada, va a disminuir la derivación al hospital.
Además, considero que hay que aumentar los locales para poder pasar más consultas y también me parece un error que los quirófanos no funcionen por las tardes. Hay que optimizar los recursos.
Precisamente, ya hay comunidades que han anunciado la apertura de quirófanos en horario de tarde. ¿Es lo que va a ocurrir en Navarra?
Lo tengo muy claro, hay que hacerlo. Abrirlos por las tardes o, al menos, prolongar la jornada de la mañana. No se puede acabar a las tres de la tarde cuando hay lista de espera. Vamos a optimizar los recursos propios, y una vez hecho esto, acudir a conciertos con otros centros si fuera necesario.
Para acabar con las lista de espera hay que alargar las jornadas de trabajo y llegar a acuerdos con los profesionales, a través de compensaciones horarias o económicas.
¿Ahí si espera que los profesionales le transmitan algún rechazo?
Sí, pero sé que vendrán de especialidades concretas. La idea, como ya comentaba, es buscar líderes que tiren de sus equipos y les proporcionen los recursos necesarios, los que ellos mismos están demandando, para poder trabajar.
En el ámbito sanitario hay un debate constante sobre la conveniencia de la colaboración público-privada, ¿cuál es su opinión?
Por sistema no creo que los conciertos sean malos, pero sí creo que hay que abordarlos siempre pensando el sistema público. Recurrir a clínicas concertadas o privadas cuando no puedes asumir con recursos propios las listas de espera, sí se entiende. Pero solo cuando no se da más de sí.
El consejero da su opinión sobre el modelo de farmacia de Navarra.
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Navarra fue actualidad por sus cambios en el modelo farmacéutico, ¿cuál es su propósito, va a mantenerlo o introducirá variaciones?
Fue muy conflictivo porque se puso fin a privilegios de determinadas oficinas de farmacias. Realmente donde plantea problemas es en la farmacia rural, pero con las ayudas determinadas, se puede solucionar.
Entonces, ¿mantendrá el modelo con cierto grado de liberalización?
Sí, porque este modelo acabó con el hecho de que el farmacéutico ganara más en el momento del la venta de la licencia de la farmacia. Y eso se ha acabado. Por tanto, el modelo, tal como está, se va a mantener y ayudaremos a las farmacias rurales que lo necesiten.
Centrándonos ahora en asuntos de carácter más nacional, ¿le parece adecuado el nuevo modelo de financiación sanitario?
En mi equipo defendemos una sanidad pública y universal. Una sanidad que reconozca la asistencia por el hecho de ser ciudadano y no trabajador. Una sanidad equitativa, integral y sostenible. Cualquier cosa que se separe de este modelo, para mí es inadecuado. Por eso defiendo un modelo público.
Así, ¿sin más?, ¿no cree que el modelo necesita de una mayor transformación?
Hay que buscar la sostenibilidad, pero no tanto por el tipo de financiación, sino por su funcionamiento. Creo que hay que optimizar recursos, porque ahí se pierde mucho dinero. Por eso hay que cambiar el modelo de gestión, no tanto el de financiación.
Tenemos que pretender que el sistema público sea eficiente. Tenemos claro que queremos un modelo de gestión que valore la producción, no en términos de cantidad, sino de resultados. No puede ser que unos trabajen más que otros y que, a final de mes, todos cobren lo mismo..
Nuestro propósito es pagar más si es necesario. Y pagar más a quien más trabaje. E invertir en lo que sea eficiente, no gastar dinero por gastar. De ahí que el sistema de gestión sea prioritario. Hasta ahora, la realidad es que el sistema público es poco eficiente y en él se trabaja poco, y en el sistema privado, se es más eficiente y se trabaja más. Por eso tenemos que ir a un modelo de gestión que se parezca al privado, pero sin olvidar que estamos en el ámbito público, del que soy acérrimo defensor.
Domínguez da su opinión sobre la prescripción enfermera.
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¿Qué opinión le merece la prescripción enfermera?
Pienso que se está creando un conflicto entre colectivos de enfermería y médicos que, en la realidad, no existe. Se sabe bien hasta dónde puede llegar Enfermería, que está perfectamente capacitada para hacer recetas en determinados momentos. Lo que no me parece lógico es articularlo con un cursillo, porque ya están preparados para hacerlo. Lo que hay que hacer es llevar el debate a la realidad. Si se hacen las cosas bien, se pueden llegar a acuerdos.
Entrevista completa al consejero de Salud de Navarra, Fernando Domínguez.
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