Redacción. Barcelona
Las unidades de cuidados intensivos (UCI) han incorporado tecnología de vanguardia en el campo de la ventilación mecánica y de la monitorización neurológica y, según corroboran diversos estudios, el uso de estos recursos ha permitido disminuir la estancia de los enfermos y su traslado a las plantas, tal como ha explicado Rafael Máñez, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge.
Rafael Máñez, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge.
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Algunas investigaciones han concluido, en efecto, que las innovaciones en dispositivos de ventilación mecánica y monitorización neurológica consiguen disminuir la estancia de los enfermos críticos en la UCI. Más en concreto, la actual incorporación de un nuevo aparato de ventilación mecánica permite ver de manera más gráfica y con máxima claridad cómo se produce la entrada de aire insuflado en los pulmones y, lo que es más importante, hacer simulaciones de esta acción.
Así, con el nuevo dispositivo se pueden hacer pruebas del volumen de aire que se tiene que insuflar y del aumento o disminución de la frecuencia respiratoria que se le debe dar al paciente para conseguir el tratamiento óptimo en cada caso. “La sustitución de la función pulmonar es un acto que debe practicarse con gran precisión, ya que los estudios indican que si la presión de aire insuflado supera unos límites, la mortalidad aumenta.
Por ello, es muy importante poder hacer simulaciones antes de tratar al paciente y, de esta forma, ventilar de la manera más adecuada en cada circunstancia sin ocasionar ningún tipo de efecto negativo”, ha señalado Máñez.
La introducción de estos nuevos dispositivos en los hospitales requiere una formación previa por parte de los profesionales para que los puedan utilizar de manera óptima. El Hospital Universitario de Bellvitge organiza desde hace más de un año cursos destinados a facultativos de toda España y también del ámbito europeo con el objetivo de dar formación continuada, tanto teórica como práctica, en los avances en ventilación mecánica, monitorización y manejo de la sedación en las unidades de enfermos críticos. En el marco de estos cursos, los próximos días 22 y 23 de abril se presentará por primera vez este nuevo aparato de ventilación mecánica de última generación.
Monitorizar funciones tecnológicas
Otros avances tecnológicos en el tratamiento de enfermos críticos también se están produciendo en el campo de la monitorización de las funciones neurológicas. Los nuevos dispositivos proporcionan información exacta en cifras sobre la actividad del cerebro del paciente sedado, lo que permite adecuar los fármacos y la sedación que se le da en todo momento.
“Estos dispositivos son de especial importancia para saber el estado del cerebro mientras el paciente está sedado o en coma inducido. Ahora podemos personalizar el nivel de sedación según las necesidades de cada paciente para conseguir su máximo confort y que cuando sea necesario despertarlo, lo haga en un corto plazo de tiempo”, ha añadido Máñez.
En este sentido, el hospital ha incorporado otro aparato de última generación que mide la cantidad de sangre que llega a las diferentes áreas del cerebro. Esto permite saber la perfusión cerebral y evitar lesiones cerebrales que se puedan ocasionar en situaciones complejas, como puede ser en la cirugía extracorpórea.
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