Redacción. Madrid
La Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (Seeic) ha alertado del riesgo de error en la integración de datos en la historia clínica o en la receta electrónica en España (y de sus consecuencias para la salud de los pacientes), al hallarse todavía inmadura, en el contexto de las conclusiones, recién publicadas en un informe, del Instituto ECRI de Estados Unidos acerca de los riesgos sanitarios previstos para 2015.
Jesús Lucinio Manzanares, presidente de la Seeic.
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En concreto, la configuración errónea de las alarmas en los sistemas de información médica y la integridad de los datos de las historias clínicas electrónicas y otros dispositivos electrónicos constituyen los principales riesgos tecnológico-sanitarios previstos para 2015 por ese documento, el Top 10 Health Technology Hazards, que recoge un decálogo de las principales tecnologías de este ámbito sobre las que se debe prestar especial atención por los peligros asociados a su uso.
En efecto, la Seeic ha explicado, respecto al segundo riesgo del ranking (la integridad de los datos), que, en la que atañe a las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la sanidad por medio de sistemas como la receta electrónica o la historia clínica digital, “se debe tener especial cuidado con aquellos errores que deriven en daños sobre la salud de algunos pacientes”.
Entre estos errores se encuentran, de acuerdo con el documento, fallos en la entrada de datos, uso inadecuado de los valores por defecto, copiar y pegar información antigua en un nuevo informe, el uso simultáneo de información relativa a un mismo paciente en formato papel y electrónico, entre otros. En el caso de España, la organización ha recordado que el grado de integración de las herramientas TIC “aún es bajo y la historia clínica electrónica común está pendiente de su pleno desarrollo desde el año 2006”.
Otros riesgos tecnológicos potenciales
El informe también ha destacado otros riesgos potenciales como el reproceso inadecuado de endoscopios y otros instrumentos quirúrgicos; desconexiones no detectadas por fallos en las alertas en la ventilación mecánica; los errores en el uso y funcionamiento de dispositivos de cuidado de pacientes; las variaciones no detectadas en la exposición a radiaciones; la cirugía robótica por las complicaciones debidas a un aprendizaje insuficiente; la ciberseguridad por una protección insuficiente de dispositivos médicos y sistemas de información; y los recordatorios excesivos en los programas de control y alertas de seguridad.
En este sentido, el presidente de la Seeic, Jesús Lucinio Manzanares, ha precisado que “es fundamental que todas estas decisiones para el correcto control, aprovechamiento y uso de los recursos tecnológicos sanitarios y sus sistemas y fungibles asociados (Psani o Producto Sanitario Activo No Implantables), residan en los servicios de Electromedicina e Ingeniería clínica”.
Asimismo, considera que estos servicios “deberían tener un papel estratégico en el organigrama de los centros sanitarios del SNS, con el fin de velar por la seguridad del paciente y del equipo clínico-asistencial”.
Por último, el presidente de la Seeic ha señalado que, en España, “no existe un organismo que desempeñe un papel similar al del Instituto ECRI, imparcial, aséptico y realista, que mida, evalué, y en definitiva, cambie el modelo actual de evaluación de la tecnología sanitaria”. Este organismo “debería llevar a cabo, entre otras medidas, un análisis de coste/efectividad del proceso en su conjunto y un cambio de modelo hacia una agencia de evaluación encargada de dicho análisis”, concluyó.
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