La evaluación para concluir sobre la calidad del aire de un determinado ambiente interior se lleva a cabo por medio de un análisis de riesgos para la salud humana
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La población de las ciudades pasa entre el 80 y el 90% de su tiempo en espacios cerrados, cuyo ambiente está contaminado en mayor o menor grado, según la Organización Mundial de la Salud. En este sentido, la correlación entre agentes patógenos en ambientes interiores y enfermedad (alergias, tumores, enfermedades pulmonares…) está ampliamente documentada y ocupa un lugar destacado en las políticas de investigación de organismos sanitarios de prestigio como la OMS.
Dado que la concentración de contaminantes y patógenos es mayor en ambientes cerrados y estancos, los hospitales y centros destinados a la salud cuentan con el agravante de la vulnerabilidad de las personas a las que están destinadas estas instalaciones (los pacientes) y su tiempo de permanencia en las mismas. De hecho,
el 7% de los pacientes hospitalizados presenta una infección relacionada con la asistencia, según el Estudio de Prevalencia de Infección Nosocomial en España (EPINE).
Con todo ello, en algunos países, existen normativas y disposiciones que deben ser cumplidas para garantizar una buena calidad del aire dentro de los edificios de salud. En España, el
Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (RITE) que en su capítulo de mantenimiento preventivo establece que de forma obligatoria y anual se deben hacer revisiones de la calidad de aire y de conductos según la norma UNE 171330, siendo de aplicación para las “áreas críticas” de Hospitales y Centros Sanitarios la norma UNE 171340.
La falta de calidad del aire en los hospitales y centros destinados a la salud cuentan con el agravante de la vulnerabilidad de las personas a las que están destinadas estas instalaciones (los pacientes)
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La evaluación para concluir sobre la calidad del aire de un determinado ambiente interior se lleva a cabo por medio de
un análisis de riesgos para la salud humana, que aborda desde las fuentes que originan los compuestos contaminantes y sus vías de exposición hasta los efectos en la salud de las personas. La metodología de evaluación se apoya en la comprobación del estado de la unidad de tratamiento de aire y la zona de aire climatizada, mediante la determinación in situ de parámetros contaminantes y una toma de muestras para verificar la presencia o ausencia de flora microbiológica y fúngica, así como de contaminantes químicos.
La confianza en estas inspecciones y valoraciones depende en gran medida de la credibilidad de los organismos que las realizan y de la confianza que el mercado y la sociedad en general tenga en ellos. Para que el usuario final pueda confiar en los resultados de estas evaluaciones,
es fundamental que las entidades que las llevan a cabo actúen con imparcialidad e independencia, y dispongan de la competencia técnica necesaria que garantice la fiabilidad de sus valoraciones.
Para lograr esa
confianza y credibilidad, es preciso establecer un mecanismo independiente, riguroso y global que garantice la competencia técnica de dichos organismos. Y eso es exactamente lo que aporta la acreditación de la Entidad Nacional de Acreditación, ENAC.
Actualmente,
ENAC dispone de un esquema de acreditación conforme a la norma UNE-EN ISO/IEC 17020 para la inspección y valoración de la calidad de ambientes interiores según los criterios establecidos en la normativa sectorial.
El 7% de los pacientes hospitalizados presenta una infección relacionada con la asistencia, según el Estudio de Prevalencia de Infección Nosocomial en España (EPINE)
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Para SGS Tecnos, empresa acreditada por ENAC para realizar inspecciones de la calidad de los ambientes interiores según la norma UNE 171330, “
asegurar una buena calidad del aire es una obligación legal recogida en la legislación laboral (RD 486/1997, sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud en el trabajo) y en el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) y su incumplimiento puede conllevar consecuencias de responsabilidad jurídica para las empresas”, explica Juan Antonio Gómez del Amo, IAQ Product Manager de SGS Tecnos. Sin embargo, al margen de estas responsabilidades, Juan Antonio Gómez resalta que “una mala calidad del aire puede afectar al rendimiento de los individuos, su nivel de absentismo laboral, transmisión de algunas enfermedades, etc.”.
Respecto a la importancia que tiene para en el ámbito de la salud, el Product Manager de Calidad del aire en interiores de SGS Tecnos expone como ejemplo la transmisión del SARS-CoV-2: “Una de las vías más importantes, si no la más, es la transmisión a través de los aerosoles suspendidos en el aire.
Mantener unos altos ratios de ventilación, una buena eficiencia de ventilación y distribución del aire, unos sistemas de climatización bien diseñados con sistema de filtración de alta eficiencia, un adecuado mantenimiento, en definitiva, mantener una buena calidad del aire permite reducir significativamente el riesgo de transmisión del virus”.
Para contar con las máximas garantías, ENAC dispone de un esquema de acreditación conforme a la norma UNE-EN ISO/IEC 17020 para la inspección y valoración de la calidad de los ambientes interiores según los criterios establecidos en la normativa sectorial
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Juan Antonio Gómez destaca el valor que aportan los servicios acreditados para garantizar la calidad de ambientes interiores: “Todos los que contamos con un servicio de inspección acreditado por ENAC sabemos que los requisitos que tenemos que cumplir para alcanzar y mantener la acreditación son muy exigentes, pero es la garantía para nuestros clientes y para nosotros mismos de que los resultados que ofrecemos son fiables y reflejan fielmente la realidad.
La acreditación nos obliga, entre otros aspectos, a un riguroso control de equipos, mantenimiento y calibración; acreditación de los técnicos y supervisión continua; a participar en programas de intercomparación; al aseguramiento y trazabilidad de resultados…, siendo todos estos requisitos auditados por un tercero independiente como es ENAC”.
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