Sandra Ruiz, tutora de residentes en Familia en el Hospital Universitario de Cruces y Ana Martínez, técnica de salud de la Comisión de Docencia del Hospital Universitario La Paz.
Una vez comenzada la residencia los
MIR se enfrentan a cuatro o cinco años de formación en los hospitales donde combinarán aprendizaje y trabajo. Este proceso va acompañado de una
evaluación que, a pesar de que normalmente suele ser exitosa, cuenta con un
riesgo de suspenso. Para completar con éxito esta etapa que les convertirá en profesionales sanitarios especializados, es importante que
conozcan los límites que no deben cruzar. Por ello, los tutores MIR de los centros hospitalarios explican a
Redacción Médica cuáles son los dos motivos principales para suspender la residencia.
Esta evaluación se divide en dos partes posibles de suspender, una de
actitud y otra de
conocimientos.
Sandra Ruiz, tutora de residentes en Familia en el
Hospital Universitario de Cruces en Barakaldo, reconoce que la primera parte se puede suspender "
por no demostrar interés, llegar tarde al trabajo o por falta de actitud". Esta primera parte es
más sencilla de recuperar y no haría falta "recuperar la rotación" si se corrige rápidamente.
Por otro lado está la parte de
conocimientos, que se va valorando por las rotaciones de los Servicios.
Cada rotación MIR cuenta con una nota y, en este caso, si se suspende, es necesario recuperarla. "Lo que se hace entonces es aplicar un
plan de ajuste. Si al MIR le falta tiempo o conocimientos,
el tutor tiene que idear un plan personalizado que se adapte al residente, para fomentar las rotaciones en los servicios donde flojee o incluso alargar la residencia. En definitiva, dar soluciones y respuestas al haber suspendido", asegura. Si una vez concedidas esas facilidades sobre cómo mejorar sigue suspendiendo, en el comité evaluador "se podría valorar la suspensión de la residencia como tal".
Ruiz recuerda un par de residentes de Cruces que, en los últimos años,
han suspendido tanto por falta de actitud como de conocimientos. Uno de ellos suspendió la residencia justo al final y el otro suspendió el año pero con el "reajuste de competencias" lo acabo superando. "Normalmente para suspender a alguien tiene que darse una total falta de interés o que sea un
peligro humano. Pero de todos modos, se les da muchas facilidades, se les acomoda, se les cambia de tutor... Al final,
si alguien suspende es que, a pesar de todo esto, no ha habido forma de que mejore", insiste.
En el caso del
Hospital Universitario La Paz, existen "varios casos de suspensión del contrato de residente". Así lo reconoce
Ana Martínez, técnica de salud de la Comisión de Docencia del centro. "Los motivos son, en su mayoría, por insuficiente aprendizaje con notoria falta de aprovechamiento,
inadecuada actitud con pacientes o familiares de manera reiterada. También por
problemas mentales que incapacitan al residente para la práctica médica o por
dependencia de drogas, alcohol u otros tóxicos. Sin olvidar las
ausencias injustificadas reiteradas sin cambio de actitud a pesar de las amonestaciones", añade.
"Hay residentes a los que les cuesta hacer el cambio de mentalidad de estudiantes a trabajadores"
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Dificultades de los MIR para pasar de estudiantes a trabajadores
Las evaluaciones del comité son "complicadas" porque
cada especialidad "suele ser un mundo". Sin embargo, Ruiz explica que lo que ven con la llegada de los nuevos residentes en Cruces es la dificultad que tienen para hacer el
"cambio de mentalidad" de estudiantes a trabajadores.
"Muchas veces, hasta que no llegan a los niveles superiores de la residencia, vemos que
se arrastran un poco como estudiantes. No cogen las responsabilidades que les tocan o les cuesta aceptar el rol de que lo que están haciendo es un trabajo. Es algo que nos llama la atención, el hecho de que asuman que se les está pagando por venir. Es verdad que, como
el residente tiene un rol mixto entre estudiante y trabajador, se queda atascado en la parte de formación", añade.
¿Cómo se puede recuperar la residencia MIR?
Como explica Martínez, la evaluación se considera negativa "cuando el residente no ha alcanzado el
mínimo exigible para considerar que ha cumplido con los objetivos de su año formativo o con
calificación anual menor de 5". Esta evaluación negativa puede ser "recuperable o no recuperable" y deberá especificarse la causa.
"La
negativa recuperable por insuficiente aprendizaje conlleva un tiempo de
recuperación dentro de los tres primeros meses del siguiente año formativo conjuntamente con las actividades programadas de este periodo.
Si la recuperación resulta positiva, la fecha de evaluación del siguiente año formativo no varía y será la misma que la fijada en la convocatoria de las pruebas electivas, pero si es negativa, supone que
el residente no puede continuar su formación y por consecuencia se extingue el contrato", concreta.
La otra opción es negativa recuperable "por
imposibilidad de prestación de Servicios Superior al 25 por ciento de la jornada anual". "En este caso se produce por
suspensión de contrato u otra causa legal por un periodo superior a 3 meses como bajas de maternidad o enfermedad común. Se establece una
prórroga de recuperación que no podrá ser inferior a la duración total de los periodos de suspensión. La repetición completa del año requerirá que el periodo de suspensión de contrato sea mayor de 6 meses", asegura.
Finalmente quedaría la evaluación
"negativa no susceptible de recuperación", que se produce por insuficiente aprendizaje, "notoria falta de aprovechamiento" o por reiteradas faltas de asistencia no justificadas. "
Conlleva la suspensión del contrato, salvo que el residente solicite revisión de evaluación por la Comisión de Docencia y su resultado fuera positivo", concluye.
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