La autora Maria Teresa Guilera Lladós, en el centro, junto con el portavoz sanitario de Ciudadanos en Cataluña, Jorge Soler, y la psiquiatra Iolanda Batalla.
9 nov. 2017 16:05H
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"Los estudiantes que tienen más empatía, una personalidad más abierta y con menos neuroticismos se decantan por especialidades con más trato con el paciente, como Medicina de Familia o Medicina Interna, mientras que los alumnos menos empáticos prefiere el área quirúrgica o tecnológica, donde el contacto es menor". Son palabras de la autora de la tesis 'Empatía en estudiantes de Medicina: Estudio psicométrico, biométricos, de evolución y pacientes de intervención psicoeducativa', Maria Teresa Guilera Lladós.
Los resultados de este trabajo "permiten elaborar estrategias de asesoramiento e intervención personalizadas en los universitarios de medicina teniendo en cuenta, sobre todo, los valores extremos de empatía". Aunque la mayoría se movía en rangos de empatía "buenos", un 7 por ciento estaban muy por encima y un 6,9 por ciento muy por debajo: "En estas franjas es esencial el asesoramiento a la hora de elegir la especialidad. Por ejemplo, aquellos que tenían una empatía muy alta no eran capaces de distanciarse lo necesario para tomar decisiones. Para no sufrir tanto, es recomendable que elijan especialidades más tecnológicas. Por su parte, los de muy baja empatía tenían dificultades para entender al paciente, por lo que eran conscientes de sus limitaciones y sabían que no podían ejercer en una consulta".
En palabras de la especialista, "en los primeros años de la carrera es importante ayudarles a detectar el lenguaje verbal y no verbal. En los cursos más avanzados habría que centrarse en gestionar la ansiedad que genera la relación con el paciente. La idea es asesorar a que elijan la especialidad en función de sus propias habilidades de empatía".
En ese sentido, "afortunadamente la medicina abarca muchas especialidades, así que si un estudiante tiene problemas de empatía hay que apoyarle para que sea consciente de sus limitaciones porque eso marcará la satisfacción futura a nivel laboral".
En el experimento también utilizaron "dispositivos biomédicos –tracker, pulsera biométrica y electroencefalograma– para conocer cómo reaccionan de forma inconscientes los estudiantes al observar unas imágenes y vídeos de contenido emocional. Estos resultados nos han permitido establecer un patrón. Los que tenían una empatía más baja se centraban en la mirada a los ojos y no veían la expresión de la emoción en global, mientras que los que tenían empatía más alta miraban a los ojos y al resto de la cara".
La empatía se mantiene estable durante la carrera
En el estudio participaron 151 estudiantes de Medicina de la Universitat de Lleida durante 2013 y 2016. La mayoría estaban en cursos avanzados, aunque también "valoramos la empatía en los primeros cursos porque trabajos previos aseguraban que se va perdiendo a lo largo de los años de carrera. Sin embargo, en nuestro caso hemos visto que se mantenía estable".
Para María Teresa Guilera Lladón, "esta tesis abre líneas de investigación innovadoras tanto en el estudio psicométrico de la empatía como en el uso de la biometría y las nuevas tecnologías".
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