"De aquí, amantes del lugar y rebotados": un MIR donde nadie quiere hacerlo

Las plazas MIR desiertas durante el primer llamamiento fueron mayoritarias en el área sanitaria de Lugo. Allí quedaron, tras la primera adjudicación, 20 huecos sin cubrir y, una vez superada la elección extraordinaria, tan solo se ha cubierto una más, dejando 19 huecos en total. Pero el motivo principal que hace que esta opción tenga poco éxito entre los futuros residentes es, principalmente, el desconocimiento. Así lo asegura a Redacción Médica, Natalia Pérez, R3 del Hospital Lucus Augusti en Lugo, que se llevó "una sorpresa" al conocer las posibilidades que tendría en sus años de formación allí.

"Quería quedarme en Galicia porque soy de Vigo, pero Lugo no era mi primera opción. No me había informado lo suficiente antes y siempre tienes la idea de que es un sitio más remoto, que no es tan atractivo. Cuando piensas en elegir plaza siempre tienes en mente a las grandes ciudades y las zonas más recónditas o menos accesibles no tienen tanto interés", señala Pérez.

Pero su idea cambió por completo cuando conoció el Hospital. Vio que las instalaciones son "muy nuevas", con apenas 15 años, que el equipo era joven y que el centro incorporaba las últimas tecnologías. "Hasta tenemos un robot Da Vinci, que es algo que no me esperaba", añade. Natalia descubrió que en Lugo se puede formar mejor en su especialidad. "Me llamaba más para Familia un sitio un poco más pequeño como este, porque en los grandes hospitales hay tantos residentes que los de Familia parecemos los últimos. Aquí todos nos conocemos, hay un ambiente más cercano en Familia, los pacientes te van a hacer mucho más caso y no te sientes como un estorbo, eso suma muchos puntos", aclara.

El día a día de una MIR en Lugo

Durante el día a día como residente en Lugo, Natalia reconoce que en los hospitales grandes hay "otras ventajas" pero que pueden ser menos efectivas en el caso de la Medicina de Familia. 

"Durante mi etapa de estudiante estuve en los hospitales de Santiago y Vigo que sí que eran de tercer nivel, y ves diferencias. Allí la ventaja es que puedes formarte en más cosas. Por ejemplo, aquí en Lugo si tenemos un código ictus, dependiendo de las características que tenga se puede quedar en Lugo o tiene que ir a un hospital de referencia. Si estás en Vigo o Santiago puedes encargarte de todo el seguimiento del paciente y puedes ver unas  técnicas que en hospitales más pequeños no ves", reconoce.

Sin embargo, considera que en el caso de los médicos de Familia a veces es "más útil" estar en un hospital más pequeño en el cual poder hacer "manejos que pueden ser igual de efectivos". Incluso es comparaba con los hospitales comarcales del área: "Cuando hablo con compañeros de Monforte lo notan mucho. Ellos saben hacer un montón de cosas que yo no, y en el día de mañana eso puede ser útil", asegura.

En líneas generales, el perfil de residentes que llega a Lugo es parecido: "Gallegos que queremos quedarnos en Galicia, enamorados de Lugo que son de aquí y algún residente que ha venido de rebote". Pero Natalia concluye que todos ellos "estamos muy contentos con la ciudad".

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"Me sorprendió la modernidad del hospital, sus intalaciones y la incorporación de las nuevas tecnologías. Tenemos hasta un robot Da Vinci"

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Más conocimiento de Familia, el objetivo a perseguir en Lugo

De su experiencia como residente en Lugo, a Natalia le gusta todo: "El ambiente de trabajo, los compañeros y la unidad docente en general. El trato es más humano y cercano comparado con otros hospitales grandes con mucha carga de estudiantes, aquí eres tú con tu nombre y apellido", señala.

Al plantearse cuáles son los "problemas" que han llevado a este 'vacío' en el área para Familia, Pérez lo achaca al desprestigio de la especialidad "por la población general". "Muchas veces pensamos que los médicos de Familia pautan paracetamol y hacen bajas, pero no tiene nada que ver. También se desprestigia por el propio colectivo médico, por ello debemos hablar con los residentes y explicarles la especialidad, hay que hacer un lavado de cara de la especialidad a la población general, explicar lo que hacemos y dignificar la Atención Primaria", concluye.

Sobre estos problemas, se añade el miedo de ir a un lugar "más pequeño". Para Pilar Rodríguez, jefa de estudios de la Unidad docente multidisciplinar de Atención Familiar y Comunitaria de Lugo, el hecho de tener un hospital más grande y dos comarcales puede hacer dudar a los residentes que no saben dónde acabarán ejerciendo de todas las opciones. "Visto desde fuera y no conociendo la situación, entendemos que a veces a los residentes jóvenes puede causarles un shock. Es verdad que estamos en un mundo muy tecnológico en el que lo que prima es la última técnica disponible y pueden pensar erróneamente que esa formación pueda ser mayor en un hospital de más nivel o más grande", insiste.

El lado bueno del área es, según Rodríguez, que la Medicina de Familia se basa sobre todo en la "parte humanística del médico". "Incluso diría que un hospital comarcal es un lugar que ofrece una formación mucho más adecuada para un generalista como es el de Familia", destaca.

Un esfuerzo extra de plazas MIR de Familia sin buenos resultados

El año pasado llegaron a cubrirse 15 plazas, como señala el gerente del área sanitaria de Lugo, Ramón Ares, quien achaca la descompensación que hay por parte del Ministerio en esfuerzo para conseguir cubrir todas las plazas. Una parte de esto se debe, según Ares, a los cambios en el modelo de adjudicación y a la nota de corte que hace que aspirantes que aprueban "se queden sin la posibilidad de elegir plaza y quizá elegirían estas".

El área de Lugo ha tenido más suerte con otras especialidades. "Hemos cubierto por primera especialidades que nunca habíamos offertado hasta ahora, como Nefrología y en otras aumentamos el número de plazas acreditadas, por ejemplo, en Medicina Interna".