Eduardo Ortega Socorro. Madrid
Durante los últimos años, la crisis ha llevado a que muchos sistemas nacionales de salud del entorno español hayan reconvertido el papel de la oficina de farmacia, facultándola a desarrollar nuevas funciones. De hecho, en tierras británicas se ha abierto el debate de que pasen consulta o prescriban incluso antibióticos, con el fin de aliviar la presión asistencial que sufre Atención Primaria (AP).
Luis González, Ana Mateos y Carlos González Bosch.
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Precisamente con este fin, la farmacia nacional pide un papel más activo en estas labores en la sanidad española y reclama poder vacunar y prescribir, actividades hasta ahora acotadas a las funciones de médicos y enfermeras, tal y como indican responsables de órganos colegiales, sociedades científicas y empresas de distribución farmacéutica a Redacción Médica.
“El farmacéutico está preparado para prescribir y vacunar, y también para otras funciones”, asegura Luis González, presidente del Colegio de Madrid y vicepresidente electo del Consejo General. “La Administración lo sabe, y también sabe que haremos lo que sea por el beneficio del paciente”, y avisa de que lo único que falta que es que “el colectivo esté facultado para ello”, particularmente respecto a la vacunación. “Y eso solo requiere desarrollar la legislación correspondiente”.
Con todo, González también avisa de que el farmacéutico “prescribe verbalmente continuamente. Otra cosa es que se quiera poner en papel” o se quiera ampliar el tipo de medicamento a prescribir "siempre de acuerdo con el médico correspondiente", matiza.
Por su parte, la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) reclama avances en esta materia. “Desde luego, si otros profesionales no médicos pueden indicar determinados medicamentos, con mayor motivo podría hacerlo el farmacéutico”, también realizando un mayor apoyo en el campo de los “tratamientos de continuación, en casos como las infecciones urinarias y el cribado de infecciones de garganta”, explica Ana Mateos, vocal de la junta directiva y coordinadora de los grupos de trabajo dentro de la organización.
Además, Mateos recuerda que “Sefac incluye en su propuesta de catálogo de servicios a las Administraciones Públicas la vacunación y, de hecho, este servicio ya se realiza en otros países con gran éxito, como por ejemplo Portugal, Canadá y Reino Unido, por citar solo algunos. En ellos una gran parte de la población se vacuna en las farmacias”.
También la distribución secunda la postura de la botica
Pero no solo son los propios farmacéuticos los que quieren que se les reconozcan más capacidades profesionales. Carlos González Bosch, presidente de Cofares, ha asegurado que estos profesionales (entre los que se encuentra) “están perfectamente capacitados para llevar a cabo el servicio de vacunación en sus farmacias”.
De hecho, ha advertido de que, precisamente, la botica permitiría que este tipo de servicios fueran más próximos a los pacientes, evitando largos desplazamientos. Su opinión es especialmente crítica en el caso de la vacuna de la varicela, que “no debería haber salido nunca de las farmacias”.
Parte activa de la AP
Sin embargo, Mateos opina que la oficina de farmacia ya hace gran parte de labor asistencias, aunque sea de manera ‘oficiosa’. “La farmacia comunitaria siempre ha llevado a cabo una labor fundamental para reducir la presión asistencial en la AP, por ejemplo a través del servicio de indicación farmacéutica, en el que se pueden abordar síntomas menores, utilizando protocolos, con indicación de medicamentos que no requieren prescripción o derivar al médico solo cuando sea necesario. Es más, debe considerarse parte activa de la atención primaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS)”.
Con todo, avisa de que “esto no quita para que su capacidad está siendo desaprovechada y pueda desempeñar un rol mucho más activo para reducir la presión asistencial innecesaria sobre las consultas médicas en AP, especialmente ahora, con la implantación generalizada de la receta electrónica".
Líneas difusas
Lo cierto es que en los últimos años, además de la crisis, se están haciendo difusas algunas líneas que en la sanidad española se creían inquebrantables. Y es que no hay que olvidar que hasta hace bien poco la prescripción era un territorio exclusivo del médico, pero los pasos dados hacia la prescripción enfermera y fisioterapeuta demuestran que este tipo de fronteras son cada vez más inestables.
Sin embargo, en el caso de los farmacéuticos, dotarles de la facultad para prescribir y vacunar por la vía legal podría suponer dar continuidad y confirmar el camino recorrido con el acuerdo marco que el Ministerio de Sanidad y Consejo General de la profesión firmaron hace dos años, al tiempo que ratificaría y confirmaría el valor de la oficina de farmacia para el SNS.
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