Vicente Baixauli, vicepresidente de Sefac. |
Redacción. Palma de Mallorca
Detectar de forma precoz la desnutrición o el riesgo de desnutrición en ancianos y mejorar su calidad de vida. Este es el objetivo principal del Proyecto d’nut, un estudio de investigación que se inicia el próximo 1 de marzo en farmacias comunitarias de Baleares, que impulsa la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) y que tendrá una duración de nueve meses.
Esta iniciativa, coordinada por los farmacéuticos comunitarios y socios de Sefac Illes Balears Vicent Baixauli, Bàrbara Vanrell, Rosa Llull, Antonio González y María Servera, persigue facilitar a todas las personas mayores de 65 años de Baleares que no estén institucionalizadas (que no vivan en una residencia u hospital) el conocimiento de su estado nutricional a través de las farmacias comunitarias. En total participan en el proyecto más de 40 farmacéuticos de 30 farmacias (25 en Mallorca, 4 en Menorca y 1 en Ibiza), que antes de iniciar la recogida de datos de pacientes se han formado específicamente en esta materia.
Los ancianos (sobre todo los que viven de forma independiente) son uno de los principales grupos de riesgo de desnutrición por estar menos controlados y, especialmente, por vivir situaciones derivadas de la soledad, la depresión, la falta de movilidad o la pérdida de habilidades para realizar actividades de la vida diaria. Todo esto determina un cambio en sus hábitos alimenticios con una menor ingesta y más monótona de alimentos, que en ocasiones también está condicionada por la escasez de recursos económicos.
De hecho, según los datos disponibles, el porcentaje de ancianos en Baleares que presentan riesgo de desnutrición es del 22 por ciento y el porcentaje de ancianos desnutridos es del 3 por ciento, lo que se traduce en que actualmente habría más de 35.700 ancianos en riesgo de desnutrición y cerca de 5.000 ancianos desnutridos en Islas Baleares.
Complicaciones de la desnutrición
La desnutrición es un síndrome de graves consecuencias que suele pasar inadvertido hasta sus fases más avanzadas, cuando sus signos son ya muy evidentes y la recuperación es más compleja. Entre sus principales consecuencias están la aparición de enfermedades como la anorexia (pérdida de tejido graso como consecuencia de la desnutrición calórica), la sarcopenia (pérdida de masa muscular por desnutrición proteica) y la caquexia (combinación de las dos anteriores). Pero, además, pueden surgir otros muchos problemas de salud derivados de la disminución de la fuerza muscular, como pueden ser las caídas y un aumento y peor pronóstico de las infecciones por la alteración del sistema inmunitario.
Por este motivo es fundamental actuar con rapidez e iniciar los tratamientos adecuados lo antes posible para evitar que aparezcan patologías asociadas. “Una determinación precoz de la desnutrición puede mejorar el pronóstico y la recuperación y el farmacéutico comunitario, por su cercanía, proximidad y conocimientos en nutrición, puede jugar un papel estratégico en la detección de la malnutrición”, explica Vicent Baixauli, coordinador del estudio.
La detección de la desnutrición en las farmacias se hará a todas las personas interesadas mayores de 65 años mediante un sencillo cuestionario de dieciocho preguntas, que incluye la medida del peso, altura, contorno de brazo y pantorrilla. Se trata del cuestionario Mini Nutritional Assesment (MNA), especialmente diseñado para ancianos y que permite realizar un cribado preliminar para que después los especialistas en nutrición confirmen el resultado.
Tras el cuestionario, los farmacéuticos le recordarán al paciente la pauta de una dieta equilibrada, incidiendo en los aspectos que debe cuidar en función de los resultados obtenidos en el test. En caso de que el resultado del cuestionario sea de desnutrición o riesgo de padecerla se recomendará al paciente que visite a su médico de familia con una carta explicativa de la situación detectada. Asimismo, los farmacéuticos participantes ofrecerán a los pacientes un seguimiento de su estado nutricional desde la farmacia, con controles a los tres y seis meses de la detección inicial, además del asesoramiento necesario en cualquier momento para resolver dudas.