De izquierda a derecha: Javier Sánchez-Rubio, Ramón Morillo y José Ramón Blanco.
La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (
SEFH) y el Grupo de Estudio del Sida de la Seimc (
Gesida) han celebrado una
jornada multidisciplinar de actualización en ‘
Desprescripción de tratamiento no antirretroviral en pacientes
VIH+’, con el objetivo de afrontar la infección desde el triple reto del envejecimiento, la polifarmacia y la desprescripción.
Ramón Morillo, farmacéutico del Virgen de Valme (Sevilla) y coordinador de la jornada, ha señalado que “con el
envejecimiento de la población VIH y el aumento de las
comorbilidades, la fragilidad y la polifarmacia, estamos a las puertas de la ‘era de la optimización de la farmacoterapia’”.
Morillo: "La desprescripción requiere un proceso multidisciplinar, metódico y consensuado entre profesionales y también con el paciente"
|
Ello “nos obliga a incorporar nuevos conceptos en la práctica asistencial, incluyendo el de desprescripción, que requiere de un proceso multidisciplinar, metódico y consensuado entre profesionales y también con el paciente”.
Según Morillo, “en los próximos años tenemos la obligación de individualizar la asistencia a este tipo de población y balancear permanentemente el beneficio-riesgo de la medicación prescrita. Tal vez uno de los grandes avances puede ser el
cambiar el concepto de polifarmacia, más cuantitativo, por el de complejidad farmacoterapéutica, más cualitativo y diferenciador, y que ya se ha relacionado con resultados en salud en esta población”.
Aumento de la esperanza de vida
En las últimas décadas, el pronóstico de la infección por VIH ha mejorado de forma considerable hasta convertirse en una infección crónica. Esto ha motivado el aumento de la esperanza de vida de estas personas
hasta ser similar a la de la población general. Se estima que, para 2020, más de la mitad de la población infectada por VIH a nivel mundial tenga más de 50 años.
“De forma paralela al envejecimiento de estas personas se ha incrementado, de un modo considerable, la aparición de comorbilidades (hipertensión arterial, diabetes mellitus, osteoporosis…)”, señala
José Ramón Blanco, especialista en Medicina Interna del Hospital San Pedro-Logroño y miembro de Gesida.
“Esto ha motivado a su vez un
aumento de la prescripción crónica de fármacos no antirretrovirales, lo que conlleva un riesgo creciente de polifarmacia”, es decir, de 6 o más medicamentos al mismo tiempo.
Esta polifarmacia puede conllevar riesgos añadidos como son las interacciones medicamentosas, efectos secundarios, o los problemas de adherencia, lo que podría agravar la morbi-mortalidad de estas personas.
Revisar toda la medicación prescrita
En este sentido,
Javier Sánchez-Rubio, miembro del Grupo de Atención Farmacéutica al Paciente de VIH de la SEFH, ha declarado que “con el fin de mejorar su calidad de vida se hace preciso revisar, de forma periódica, toda la medicación prescrita”.
“Así mismo, se hace preciso establecer estrategias que reduzcan la complejidad farmacoterapéutica de estas personas. En este sentido, surge la desprescripción, cuyo objetivo es
disminuir la carga de medicación y los posibles daños asociados, a la vez que se mantiene o aumenta la calidad de vida del paciente”.
La desprecripción “es una intervención positiva, multidisciplinar y centrada en el paciente que requiere de una toma de decisiones compartida, información al paciente y seguimiento de los efectos2.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.