Dahmany Inès, estudiante Erasmus de 3º curso de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid.
Dahmany Inès es estudiante de Medicina en la
Facultad Charles Mérieux en Lyon, Francia, pero este año ha decidido dar un cambio radical a su experiencia universitaria. Ella es una de las alumnas de tercer curso de Medicina que ha aterrizado en la
Universidad Complutense de Madrid con el
programa Erasmus y, por lo pronto, parece que la experiencia le está convenciendo. Asegura a este diario que la
exposición clínica temprana y el enfoque del sistema español de enseñanza universitaria centrado en la
Atención Primaria es, por ahora, lo que más le está impactando.
"Desde que empecé la universidad, supe que quería explorar otros países, culturas y enfoques de la práctica médica. De la
Universidad Complutense de Madrid me atrajo su reputación en Medicina y sus fuertes vínculos con los principales hospitales de Madrid. Además, estudiar en una ciudad grande y vibrante como esta, con su fuerte ambiente cultural y académico, lo convirtió en una opción muy atractiva. También
quería mejorar mi español, que considero una
habilidad esencial para mi futura carrera médica, especialmente con el creciente número de pacientes hispanohablantes en Francia", explica a este diario Inès.
Del
grado de Medicina en España destaca el
enfoque "más interactivo" y un mayor énfasis en discusiones en grupo y análisis de casos clínicos en entornos prácticos: "
En Lyon, el enfoque es más teórico, con un más hincapié en dominar los fundamentos de las ciencias biomédicas, mientras que la
exposición clínica en Madrid es más práctica y comienza antes en el programa, a diferencia de la progresión más estructurada que experimenté en Lyon". De hecho, una de las anécdotas que comenta a
Redacción Médica y que más le han impactado ha sido la
oportunidad de estudiar cuerpos humanos reales, lo que le ha ayudado mucho a entender la anatomía humana.
"El sistema español fomenta el trabajo en equipo desde el inicio del Grado de Medicina, mientras que el sistema francés es más individualista"
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Dos grados de Medicina "muy exigentes"
Inès reconoce que
ambos modelos de enseñanza son "muy exigentes". El francés se divide en tres etapas. La primera es el examen de primer año, que es "altamente competitivo", con muy pocos cupos disponibles para muchos estudiantes. El segundo ciclo, desde el segundo año hasta la mitad del tercero, se centra en el
conocimiento médico general y a partir del tercer año, comienzan a estudiar de manera más independiente, utilizando varios libros médicos especializados para
prepararse para los exámenes finales al final del sexto año.
"Durante este periodo, alternamos entre prácticas hospitalarias y cursos teóricos en la facultad.
Nuestra primera práctica inmersiva tiene lugar al final del primer año y es una rotación de un mes en
Enfermería, que nos familiariza con el entorno hospitalario y médico. En el segundo año, las prácticas son más cortas y se centran en habilidades clave como suturar o
aprender a realizar una entrevista con el paciente", comenta.
Mientras tanto, en España, los dos primeros años se realizan completamente en la facultad, con
trabajo práctico principalmente en disecciones de cadáveres. En tercero, los estudiantes de Medicina ingresan al entorno hospitalario. A partir de este punto, los alumnos combinan las lecciones teóricas con prácticas hospitalarias, lo que les permite aplicar sus conocimientos. La organización de los exámenes es distinta, los horarios de las clases también lo son, y algo que le sorprendió mucho a Inès fue la estructura de los grupos dentro de las aulas y, sobre todo, la
optatividad dentro del grado.
"Algo que realmente aprecio en España son los
cursos optativos, ayudan a los estudiantes a obtener los créditos necesarios para el año mientras amplían su
conocimiento en áreas como la Medicina Legal y otros campos, desde el primer año.
El sistema español fomenta el trabajo en equipo y la colaboración desde el inicio del grado, a través de cursos prácticos y optativos, mientras que el sistema francés es más individualista", resume.
"La oportunidad de trabajar con cuerpos humanos reales desde el principio es invaluable para desarrollar habilidades prácticas en Medicina"
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Ventajas de cursar Medicina en España
Una de las mayores ventajas de estudiar en España, según Inès, es la
exposición clínica temprana. "La oportunidad de trabajar con cuerpos humanos reales desde el principio es invaluable para
desarrollar habilidades prácticas. Además, el sistema sanitario español ofrece mucho c
ontacto directo con los pacientes y difiere con respecto a las interacciones más reguladas con pacientes en Francia", señala.
Para los estudiantes internacionales, estudiar en España ofrece la
oportunidad de experimentar diferentes sistemas de salud y enfoques de tratamiento. Precisamente, Inès ha puesto sus ojos en la
formación española en Atención Primaria. "El sistema de salud español parece poner más énfasis en ella, con un
fuerte enfoque en la Medicina Preventiva. En cuanto a la atención hospitalaria, he observado que en España está más centrada en el paciente, con
enfoques más flexibles en la gestión de pacientes y menos burocracia en comparación con Francia. Por otro lado,
el sistema francés tiende a ser más especializado y estructurado, con un camino claro para los pacientes dentro del sistema hospitalario", destaca.
Mientras,
el sistema francés es más exhaustivo en las ciencias fundamentales, lo que proporciona una comprensión "sólida" de las condiciones médicas complejas. Además, las
oportunidades de investigación en las facultades de Medicina francesas "son más accesibles" y se impulsan desde el inicio de la carrera, algo que considera que, de implantarse en las facultades españolas, "podría beneficiar" al sistema sanitario.
Pero no todo es el estudio intenso propio del grado de Medicina. La
experiencia Erasmus en Madrid para Inès está siendo una
"inmersión cultural increíble": "La ciudad está llena de vida, siempre hay algo que hacer. Me he sentido muy bienvenida, no solo por mis compañeros en la UCM, sino también por la gente de Madrid. El programa Erasmus está bien organizado, con mucho apoyo tanto a nivel académico como social".
Fuera de la universidad, Inès se ha unido a varias organizaciones estudiantiles que le han ayudado a adaptarse y conocer gente nueva. "
Nunca me he sentido aislada. Madrid es una ciudad grande con muchas actividades, y el estilo de vida es bastante diferente, especialmente en cuanto a los horarios. La gente tiende a comer mucho más tarde y a quedarse despierta hasta tarde, lo que
mantiene la vida nocturna muy activa, algo que he disfrutado mucho", concluye.
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