La incentivación económica es el factor que más pesa en los estudiantes de Medicina a la hora de convertirse en profesores.
A lo largo de la carrera de Medicina, son muchas las salidas profesionales en las que piensan los propios estudiantes. Entre ellas, destaca la docencia como opción. Sin embargo, no es un camino fácil, ya que existen determinados
factores de desmotivación que provocan que los futuros médicos duden a la hora de convertirse en educadores.
Según un estudio realizado en la
Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud y Tecnológicas de Monterrey, en México, los incentivos económicos que reciben los profesores de la rama no hacen atractiva la profesión docente. De hecho, la investigación afirma que las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres en este ámbito, una situación que, tal y como establece la investigación, “debe ser estudiada”.
Motivaciones para ser docente
Por otro lado, el artículo publicado en
BMC Medical Education propone
amplificar los factores de motivación, como la pasión por la enseñanza, para ejercer como profesor. Otra vía menos explorada es
potenciar la formación pedagógica de los futuros médicos, con el objetivo de mejorar el rendimiento social de los profesionales con los pacientes, especialmente en
momentos en los que la educación para la toma de decisiones autónoma es crucial.
Además, añade que el paradigma de la docencia como función complementaria puede funcionar mejor
si los profesionales son conscientes y responsables de que impartir clases en un aula es “una carrera complementaria” sumada a la clínica. Aun así, la conclusión de la investigación es clara: si se quiere considerar la docencia en Medicina como una profesión altamente honorable y prestigiosa se debe
reconocer su trascendencia e impacto y emparejarla con el reconocimiento que suelen tener los profesionales clínicos por “salvar vidas” y alinearlo con la retribución adecuada.
Escasez de profesores de Medicina
Este estudio se enmarca en el surgimiento de la
preocupación actual por la calidad y la cantidad de los docentes de la rama. Por ello, su principal objetivo ha sido comprender esta escasez y conocer los posibles factores detractores que llevan a los futuros médicos a no elegir este camino.
Tal y como reflejaron los resultados, la docencia fue
la segunda función a la que más se aspiró (59 por ciento) después de la clínica. Las motivaciones más mencionadas fueron
la contribución al futuro de la Medicina (50 por ciento), la pasión (31,8 por ciento) y el sentido del deber social (18 por ciento). Por el contrario, los principales factores obstaculizadores fueron las desventajas no económicas (85 por ciento), las económicas (39,7 por ciento) y la relación coste-beneficio (11,7 por ciento).
La muestra de la encuesta fue de
44 mujeres y 23 hombres y, metodológicamente, el cuestionario pretendía que los egresados de la escuela mexicana respondieran a preguntas relacionadas con cinco categorías: los planes de futuro, las motivaciones y desmotivaciones para la carrera docente, el modelo de rol docente, el impacto y la experiencia de sus profesionales, y la experiencia docente de pregrado.
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