Pese a sus virtudes, que las hay, el
aprendizaje de la Medicina a través de entornos
‘en línea’ conlleva obstáculos que lastran la evolución de los estudiantes. Entre ellos se encuentran la sobrecarga de información de los cursos, la falta de interacción con los profesores y las barreras tecnológicas. Este tipo de problemas pueden
“limitar” la efectividad del modelo ‘online’ frente al presencial, sentencia una investigación publicada en la BMC Medical Education.
Este estudio aborda el
grado de satisfacción de los estudiantes de Medicina en pequeños grupos en línea, que ha gozado de un importante desarrollo a raíz de la
pandemia del coronavirus. Más de dos centenares de aspirantes a facultativos han colaborado en el mismo, lo que ha permitido a los investigadores extraer algunas conclusiones sólidas.
La primera de ellas es que este tipo de sistemas formativos ha tenido una buena acogida por parte del alumnado. En esencia, por la
flexibilidad y comodidad que ofrece en cuanto a horarios y por el
“aprendizaje colaborativo” que fomenta en pequeños grupos.
“Este modelo puede mejorar las habilidades cognitivas, la comunicación y el
aprendizaje autodirigido, lo que ha llevado a su creciente popularidad con el tiempo -sostiene el estudio-. La enseñanza en grupos pequeños permite a los alumnos formular estrategias para afrontar barreras”.
Obstáculos del aprendizaje de Medicina en línea
Por el contrario, los mismos investigadores asumen que las experiencias de los
aspirantes a médico con el aprendizaje en línea “pueden verse
obstaculizadas” por factores que oscilan entre la sobrecarga de información y la falta de participación con los profesores.
En este sentido, alegan que la
interacción entre estudiantes y profesores es más “difícil” en un entorno tecnológico, por ejemplo, por la
falta de señales no verbales y el menor contacto social. “Existe la posibilidad de que los tutores no fomenten lo suficiente el seguimiento y las comunicaciones durante la enseñanza en pequeños grupos en línea, lo que hace que los participantes califiquen mal este proceso”, destacan.
Otro problema son las
“desigualdades técnicas” entre estudiantes que tengan mejor o peor conectividad a internet; así como los “mensajes truncados y monótonos” por ambas partes, que lastran la profundidad de las discusiones.
Por último, el estudio hace referencia a la carencia de “
monitoreos efectivos”, que podría estar, de hecho, relacionado con esa “falta de tiempo para reflexionar adecuadamente durante las discusiones en línea”.
“El
desempeño eficaz del equipo depende de una conciencia suficiente de la situación para un trabajo en equipo positivo, lo que enfatiza la importancia del monitoreo
mutuo del desempeño y la metacognición en la cooperación -destaca-. Sin embargo, estas acciones de monitoreo toman tiempo, y pueden verse comprimidas en el entorno en línea debido a problemas técnicos y bloqueos de voz resultantes de una administración insuficiente”.
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