Javier Barbado. Madrid
Nada más lejos de la burocracia y de la mera gestión de los recursos económicos que el verdadero trabajo del directivo de Enfermería. Tal es la máxima que debe guiar la labor enfermera, en realidad, y no solo la del gestor o supervisor, y esa premisa, en tiempos de crisis económica y de recortes en la sanidad pública, emerge con más claridad y fuerza que en periodos anteriores y ofrece la oportunidad de ser realzada y establecida de forma permanente, según se deduce de la conferencia magistral pronunciada por el profesor de Filosofía del Derecho y miembro del Comité de Bioética de España y de la Comunidad Valenciana, Vicente Bellver, en la inauguración de las 24ª Jornadas Nacionales de Enfermeras Gestoras-Supervisión de Enfermería organizada en Alicante por ANDE, la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería.
Vicente Bellver Capella es profesor de Filosofía del Derecho. |
Pero el pensador también advierte del fantasma despertado con la recesión económica y su repercusión en la profesión enfermera, susceptible por su propia naturaleza de servicio desinteresado de soportar las mayores dosis de sufrimiento: “He advertido, en la charla, de la aparición de un cierto tránsito de la desesperación a la desesperanza, y esta última constituye lo más pernicioso que puede sucederle a la profesión, por lo que urge recuperar la ilusión y la confianza en los demás y en el futuro”, explica a Redacción Médica.
Bellver insiste, además, en vacunar a las nuevas generaciones de enfermeros “del clima de desánimo instalado” en los ambientes laborales y “sumergir para ello a quienes acaban el Grado de Enfermería en una cultura de ilusión y de profesionalidad”.
Ahora bien, el periodista se pregunta qué debe hacer el enfermero para recuperar la esperanza, por un lado, y prevenir la caída, por otro. Pero si se atiende a su discurso, se repara en que, en suma, no se trata tanto de que reaccione haciendo algo como de que preserve lo que nunca debió perder: la dignidad. Ésa es la vertiente sagrada para el profesional de la Enfermería y aun para el directivo y el supervisor, que al fin y al cabo es quien antes debe dar la cara por la institución y soportar la mayor carga de presión asistencial: “Sin dejar de secundar las directrices de cariz político a que está sometido todo directivo, el profesional no debe actuar sin pasar antes sus decisiones por el tamiz de su conciencia y de su sentido del oficio”, sentencia el filósofo.
Formación del directivo y liderazgo
Por otra parte, el foro de ANDE incluye este jueves una serie de ponencias que ahondan en la profesionalización de la función directiva desde el punto de vista formativo; en la naturaleza multidisciplinar de la gestión en la actividad de estos profesionales; de su capacidad de liderazgo y de cómo adaptar esta cualidad a los nuevos tiempos. Intervienen, entre otros, Epifanio Fernández Collado, máster en Dirección de Instituciones Sanitarias y consultor en Educación y Gestión Sanitaria; María Paz Mompart García, docente del Programa Modular en Gestión de Servicios de Enfermería de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED); Juana Mateos Rodilla, directora de Enfermería de Procesos y Calidad de la Gerencia Adjunta de Planificación y Calidad del Servicio Madrileño de Salud (Sermas); y Enrique Getán Isabela, ingeniero especializado en Gestión, Máster Universitario e Prevención de Riesgos Laborales y director del Instituto Valenciano de Salud y Prevención.