Un tipo de bacterias aumenta entre un 2 y un 15 por ciento el riesgo de cáncer.
Una investigación ha puesto de manifiesto el nexo entre un cierto tipo de bacterias y el cáncer de intestino. Mediante una técnica llamada
aleatorización mendeliana, basada en el análisis estadístico complejo de datos de grandes poblaciones, han descubierto una relación de
causa-efecto entre un
grupo bacteriano y la aparición del
cáncer intestinal.
Este es el primer estudio que ha utilizado esta técnica para investigar la posible causa del desarrollo de cáncer de intestino.
Kaitlin Wade, de la
Universidad de Bristol, en Reino Unido, ha señalado que han encontrado "evidencia" de que la presencia de un tipo de bacteria no clasificada, los
Bacteroidales, "aumentaba el riesgo de cáncer intestinal entre un
2 y un 15 por ciento".
"Esto significa que, en promedio, las personas con este tipo de bacterias dentro de sus intestinos pueden tener un
riesgo ligeramente mayor de cáncer intestinal en comparación con las que no lo tienen", ha explicado. "Nuestros hallazgos respaldan estudios anteriores que han demostrado que la bacteria Bacteroidales tiene más probabilidades de estar presente, y en mayores cantidades, en individuos con cáncer de intestino en comparación con aquellos sin la enfermedad".
Hasta ahora no hay una evidencia suficiente de la relación de causalidad entre el cáncer de intestino y el microbioma
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Este estudio se enmarca en las investigaciones sobre el papel del
microbioma, el conjunto de poblaciones bacterianas del organismo, en la
salud humana y en la susceptibilidad del cuerpo a las enfermedades. El microbioma intestinal humano, que contiene
aproximadamente tres billones de bacterias, ayuda a la digestión y proporciona protección contra las infecciones.
"Me interesaba saber si la variación en el microbioma intestinal humano, como el número de bacterias o simplemente el número de diferentes tipos de bacterias, puede tener un
impacto en el cáncer de intestino. Muchos estudios en ratones y humanos han mostrado una asociación entre el microbioma intestinal y el cáncer, pero muy pocos han proporcionado
evidencia convincente de causalidad. En otras palabras, es realmente difícil discernir si los componentes del microbioma intestinal pueden causar cáncer de intestino, si la enfermedad en sí misma conduce a la variación en el microbioma intestinal o si la asociación se debe a algunos otros factores que causan variación en ambos".
Variaciones genéticas
"Con la aleatorización mendeliana, utilizamos las
variaciones genéticas naturales de la gente, heredadas al azar, que alteran los niveles de bacterias dentro del microbioma intestinal de una manera que
imita un ensayo aleatorio, para ver si las personas con una composición genética diferente, y por lo tanto con diferentes perfiles de microbios intestinales, tienen un riesgo diferente de cáncer colorrectal", ha explicado Wade.
Los investigadores han utilizado datos de 3.890 personas que participaron en los estudios Flemish Gut Flora Project, el German Food Chain Plus study y el PopGen study, y los datos de 120.328 personas procedentes del
Consorcio Internacional de Genética y Epidemiología del Cáncer Colorrectal.
Gracias a ellos han señalado que la variación genética en la población en partes particulares del genoma estaba relacionada con la presencia o cantidades variables de 1
3 tipos de bacterias intestinales, y que las personas con un tipo no clasificado de bacterias del grupo de los
Bacteroidales tenían un riesgo más alto de cáncer intestinal en comparación con las personas que no tenían estas bacterias.
No obstante, estos hallazgos todavía tienen que ser replicados para valorar en profundidad las implicaciones para la salud humana. "Necesitamos clasificar la especie o
cepa exacta de la bacteria en el grupo de los Bacteroidales, y necesitamos hacer más trabajo para entender cómo y por qué la variación genética humana puede alterar el microbioma intestinal".
Posible tratamiento
Incluso si estos resultados muestran que estas bacterias pueden causar cáncer de intestino, no sabemos si tratar de alterarlas en un esfuerzo por reducir el riesgo de cáncer de intestino
podría tener otros efectos imprevistos en otros aspectos de la salud", ha explicado la especialista.
"Sin embargo, creo que estamos a la vanguardia de la comprensión y apreciación de la complejidad de estas relaciones –no sólo entre el microbioma intestinal humano y la enfermedad, sino también entre la variación genética humana y el microbioma intestinal en sí– que se requiere para utilizar adecuadamente estos
métodos para evaluar la causalidad", ha concluido.
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