El avance en la vacunación Covid-19 ha permitido saber, poco a poco, la relación que existe entre
segunda dosis y efectos secundarios. Que sean más intensos que en la primera tendrá que ver con el tipo de vacuna y con la edad del paciente.
En el caso de las vacunas de Moderna y Pfizer, la reacción tiende a
ser más fuerte con la segunda dosis mientras que con Astrazeneca los efectos son menos comunes que en la primera dosis. Entre los efectos registrados, ninguno de ellos grave, se encuentra dolor en el punto de inyección, malestar general, dolor de cabeza, cansacio o fiebre. En general suelen desaparecer a las 24/48 horas. Los datos que maneja la
Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) indican un aumento significativo de la intensidad de los efectos secundarios en la segunda dosis administrada de la vacuna Pfizer-BioNtech.
Segunda dosis efectos secundarios
La reacción del organismo es síntoma de que la vacuna está funcionando y se está construyendo una buena respuesta inmune contra el Covid-19, indica la información de los
Centros de para el Control de Enfermedades (CDC).
Al utilizar material genético del virus, las vacunas de ARNm, envían a las células instrucciones sobre cómo reproducir la proteína 'spike' del virus para que se creen anticuerpos neutralizantes que recuerden cómo combatir el virus en caso de que se produzca una nueva infección.
Por tanto, una vez recibida la primera dosis de la vacuna Covid-19, la respuesta de los anticuerpos ya creados previamente es rápida, puesto que el virus ya es conocido. De esta forma, el sistema inmunológico se adapta para reconocer dicha proteína de pico si llega a exponerse al coronavirus real, y activar los mecanismos de defensa.
Memoria inmunológica
Esto produce diversas reacciones como por ejemplo, un
incremento de la circulación de la sangre para que se distribuyan más células inmunitaria y el
aumento de la temperatura corporal (fiebre) para acabar más fácilmente a los virus. Por tanrto, estas reacciones "son un buen signo que nos indica que la vacuna está funcionando" y que el
sistema inmunitario responde "de la forma esperada", explican desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los
anticuerpos que protegen contra un patógeno dado no suelen proteger contra otro, salvo que dos patógenos sean muy similares entre sí. Una vez que el cuerpo ha producido anticuerpos en su respuesta primaria a un antígeno, también crea
células de memoria generadoras de anticuerpos, que se mantienen vivas aun después de que los anticuerpos hayan derrotado al patógeno. Si el cuerpo se viera expuesto más de una vez al mismo patógeno,
la respuesta del anticuerpo sería mucho más rápida y eficaz que la primera vez, dado que las células de memoria estarían listas para movilizar anticuerpos contra ese antígeno.
Algo que puede producirse de igual forma
aunque no se experimenten efectos secundarios, ni en la primera ni en la segunda dosis. Los pacientes jóvenes o de mediana edad, con un sistema inmunitario más fuerte, tienden a sufrir una respuesta mayor en comparación con los adultos.
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