Diccionario de enfermedades

Varicocele

¿Puede prevenirse el varicocele?
El varicocele es una dilatación anormal de las venas del cordón espermático situadas en el testículo. Afecta entre el 10% y el 15% de los varones y es más frecuente en el lado izquierdo. Generalmente el varicocele se forma durante la pubertad. Puede no dar lugar a problemas, producir un retraso del crecimiento testicular en los adolescentes o producir alteraciones de la fertilidad en los adultos. Entre un 20% y un 40% de los casos de esterilidad en varones son debidos a un varicocele.

¿Cuáles son las causas del varicocele?


El varicocele se debe a una dilatación de las venas del testículo, concretamente de las venas de una zona llamada cordón espermático. Esta dilatación puede ser debida a diferentes causas:
  • Incompetencia de las válvulas del interior de las venas del testículo. Estas válvulas sirven para impulsar la sangre hacia el corazón. Cuando las válvulas no funcionan adecuadamente la sangre no avanza y produce una dilatación progresiva de las venas del testículo.
  • Una angulación anormal desde el nacimiento de la vena espermática izquierda que dificulta el flujo de sangre.
  • En casos más raros el flujo sanguíneo se puede obstruir por masas o tumores que comprimen las venas espermáticas. En estos casos suele haber dolor asociado.
Habitualmente la temperatura en los testículos es 2 ºC inferior a la temperatura en la cavidad abdominal. Cuando existe un varicocele, y debido a la mayor cantidad de sangre en la zona, la temperatura de los testículos aumenta, hecho que posiblemente reduce la calidad del semen llevando a la esterilidad.

¿Qué síntomas produce el varicocele?


En general el varicocele no produce síntomas.

Algunos pacientes describen una sensación de peso en el testículo afectado, sobre todo tras permanecer de pie durante periodos largos, que mejora al tumbarse.

En algunos casos el varicocele puede asociarse con dolor, atrofia testicular o, como se ha indicado, alteraciones de la fertilidad.

¿Puede prevenirse?


El varicocele no puede prevenirse.

¿Cómo se diagnostica?


El diagnóstico de un varicocele se realiza mediante una exploración física, palpándose una masa de venas dilatadas por detrás y por encima del testículo afectado, lo que se ha descrito como tocar una “bolsa de gusanos”. La exploración complementaria de elección (sobre todo cuando el examen físico no es concluyente) es la ecografía testicular. En varicoceles del lado derecho es importante la realización de una ecografía abdominal para descartar masas que puedan comprimir a las venas y ser responsables de la enfermedad.

Habitualmente se realiza un estudio del semen, que puede ser normal o mostrar anomalías, como alteraciones en la forma o en el número de espermatozoides.



¿Cuál es el tratamiento del varicocele?


Existen dos formas de tratamiento:
  • Corrección quirúrgica. Todas las técnicas empleadas consisten en la ligadura de las venas espermáticas para interrumpir el flujo sanguíneo. Se puede realizar mediante laparoscopia o puede ser una cirugía abierta. Se puede utilizar anestesia local o anestesia general. Las complicaciones son raras y entre ellas se incluyen la reaparición del varicocele, la formación de un hidrocele (acúmulo de líquido en el escroto) y la lesión de la arteria testicular; esta última complicación llevaría a la pérdida del testículo. La cirugía no siempre mejora la fertilidad.
  • Embolización. Es un proceso realizado por los radiólogos, los cuales introducen un tubo (catéter) en la vena espermática a través de la ingle. A través de ese tubo, el radiólogo libera espirales metálicas (stents), globos o sustancias esclerosantes con la intención de obstruir la vena y hacer desaparecer el varicocele. Es una técnica que no se realiza en todos los centros sanitarios. Se realiza con anestesia local y sedación. Entre sus complicaciones se incluyen la reaparición del varicocele y la migración de las espirales o de los globos de regreso hacia el lugar por donde fueron introducidos.
La intervención quirúrgica y la embolización suelen ser poco dolorosas, con una recuperación rápida. Se puede retomar la vida habitual a los dos días de la intervención, debiendo evitarse la actividad física intensa en las dos semanas siguientes.

¿Cuál es el pronóstico?


Cuando la corrección se realiza como consecuencia de una infertilidad se debe realizar un análisis del semen a los tres o cuatro meses de la intervención. Se consigue una mejora de la fertilidad en alrededor de la mitad de los casos. Los mejores resultados (tasa de embarazos del 70%) se obtienen en los varones con recuentos espermáticos superiores a 10 millones por mililitro antes de la operación. Si no se recupera la fertilidad pueden utilizarse otras técnicas, como la reproducción asistida.

En los adolescentes la indicación de cirugía suele ser debida a un retraso del crecimiento testicular. En estos casos se recupera el ritmo de crecimiento testicular en el 90 % de los casos.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.