¿Qué es la varicela?
La
varicela es una enfermedad muy contagiosa causada por el virus varicela-zóster. Es una de las enfermedades clásicas de la infancia. En los niños suele ser leve pero en adolescentes y adultos tiene un mayor riesgo de complicaciones. Se manifiesta como fiebre y exantema (lesiones en forma de vesículas en la piel) por todo el cuerpo, en la cabeza y en la boca, que suelen picar, lo que hace que el niño se rasque y las lesiones puedan infectarse.
Forma de contagio
La varicela es muy contagiosa. Se trasmite por la inhalación de gotitas respiratorias que se encuentran suspendidas en el aire, por la saliva o por contacto directo con las lesiones de la piel ya que las vesículas contienen muchos virus de varicela en su interior.
¿Por qué es importante vacunarse?
Es importante vacunarse contra la varicela porque aunque se puede considerar como una enfermedad benigna en la infancia, la vacuna es muy eficaz para evitar sus complicaciones graves, como neumonía, cerebelitis (inflamación del cerebelo) o infecciones graves de la piel. La varicela es una enfermedad grave en los niños inmunodeprimidos (con defensas bajas) o con tumores.
¿Qué tipo de vacuna de varicela existen?
Las vacunas de varicela son vacunas de virus vivos atenuados (virus atontados). Hay comercializadas tres vacunas frente a la varicela que deben ponerse de acuerdo a lo marcado por el calendario vacunal:
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Varivax®. Se recomienda administrar a partir del año de vida en todos los niños sanos.
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Varilrix®. Se indica en los niños con enfermedades graves y con alto riesgo de contagiarse de varicela, y también en adolescentes y adultos que no hayan pasado la enfermedad. Únicamente es de uso hospitalario.
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Zostavax®. Solo indicada en personas mayores de 50 años.
Además, existen vacunas de varicela que ya están asociadas con otros virus (con los virus de la triple vírica).
La vacuna de la varicela se encuentra incluida en el Calendario de Vacunación Español. En los niños de entre 10 y 14 años que no hayan padecido la varicela ni hayan recibido la vacuna previamente, se recomienda la vacunación para prevenir la enfermedad en la edad adulta, donde se presenta de forma más grave.
¿Cómo se aplica la vacuna de la varicela?
La vacuna de la varicela debe administrarse por vía subcutánea, en el muslo en los niños menores de 1 año y en el brazo en los mayores. Se recomienda que la vacuna de la varicela se administre sola, o el mismo día que otras vacunas de virus vivos, como la triple vírica (vacuna frente a sarampión, paperas y rubéola) aunque en diferente localización. Si no se pueden poner el mismo día se deben separar al menos cuatro semanas.
Efectos secundarios de la vacuna de la varicela
Los efectos adversos de la vacunación frente a la varicela suelen ser leves, como dolor o enrojecimiento en la zona de la inyección. En aproximadamente un 5% de los vacunados puede aparecer una leve erupción varicelosa, con muy pocas lesiones, dos o tres semanas después de la vacunación. En alguna ocasión se presenta fiebre y en estos casos se administrará al niño paracetamol.
¿Qué hacer si se ha olvidado una dosis?
La segunda dosis de vacuna de varicela se puede poner en cualquier momento sin necesidad de empezar de nuevo la pauta de vacunación.
¿Cuándo no se debe vacunar de varicela?
La vacuna de la varicela está contraindicada cuando haya sucedido previamente una reacción alérgica grave
(anafilaxia) con la primera dosis o si el niño padece una enfermedad grave, como un tumor o una inmunodeficiencia (enfermedad que se acompaña de defensas bajas). Tampoco se debe vacunar a las embarazadas ni a las mujeres que están lactando. Ante una patología común leve no se debe retrasar la vacunación.
¿Cuándo consultar con el pediatra después de la vacunación?
Se debe consultar con el pediatra siempre que aparezca alguna reacción grave, fuera de lo normal, después de la vacunación como la aparición de fiebre muy alta o cambios del comportamiento. Las señales de una reacción alérgica grave suelen ser dificultad para respirar, ronquera, sibilancias (pitos en el pecho), ronchas y enrojecimiento de todo el cuerpo, debilidad, latidos muy rápidos del corazón y mareos. En estos casos debe consultarse inmediatamente con un médico.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.