¿Qué es una urografía intravenosa?
Una
urografía intravenosa consiste en una radiografía con contraste de los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra, es decir, de todo el
tracto urinario. Permite observar el tamaño y la localización de cada uno de estos órganos y saber si existe o no alguna obstrucción a la salida de la orina.
¿En qué consiste la urografía intravenosa?
Una urografía intravenosa consiste en la
administración de un contraste a través de la vena que posteriormente se elimina por la
orina. Cuando se está eliminando se obtienen radiografías del abdomen y se ve realzado todo el sistema urinario.
¿Para qué sirve la urografía intravenosa?
La urografía intravenosa se solicita en personas que sangren con la orina, que tengan molestias urinarias, infecciones urinarias de repetición, sospecha de cálculos de riñón, estrecheces en los uréteres, problemas en la vejiga u otros motivos.
¿Cómo debe prepararse el paciente para una urografía intravenosa?
Antes de la realización de una urografía intravenosa el paciente debe informar al médico sobre la presencia de reacciones alérgicas previas. También debe informar si tiene colocado un
dispositivo intrauterino (DIU). Es conveniente acudir a la prueba con el intestino vacío, por lo que se suele recomendar haber tomado un
laxante los días previos o incluso ponerse un enema la mañana de la prueba.
Contraindicaciones
Las embarazadas deben informar de su estado porque la prueba emite radiación que puede afectar al feto. En pacientes con alergia al contraste iodado y en pacientes con insuficiencia renal se debe avisar al médico por posible contraindicación de la prueba o por la necesidad de realizar un tratamiento que reduzca el riesgo de daño al riñón. En algunos pacientes con
diabetes se puede solicitar que retiren la
metformina el día anterior.
¿Cómo debe realizarse la urografía intravenosa?
Para la realización de una urografía intravenosa el paciente debe acudir en
ayunas. No debe haber comido ni bebido nada desde al menos 8 horas antes. Antes de la prueba se le solicita que orine. Posteriormente debe desnudarse y tumbarse en una camilla. Se realiza una radiografía inicial del abdomen. Inmediatamente después se toma una vía periférica por la que se inyecta el contraste realizándose luego, con diferentes intervalos de tiempo, radiografías del abdomen en diversas proyecciones. En ocasiones, para retrasar la eliminación del contraste, se coloca algún cinturón apretado en la tripa. La prueba dura unos
60 minutos.
Efectos secundarios
El paciente es sometido a una radiación importante dado que se hacen varias radiografías. Pueden aparecer
hematomas (moratones) en la zona del pinchazo por donde se inyecta el contraste. Al inyectar el contraste puede haber sensación de calor, sabor metálico o náuseas. Algunos pacientes pueden presentar reacciones alérgicas al contraste. Aunque es infrecuente se puede producir daño al riñón como con cualquier prueba con contraste iodado. Los pacientes cuyos riñones no funcionen adecuadamente tienen más riesgo de que su riñón se deteriore con el contraste.
¿Existe algún cuidado posterior?
En general no es necesario si todo transcurre sin complicaciones. Si se ha puesto contraste es recomendable beber abundantes líquidos para eliminarlo lo antes posible.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.