¿Qué es la urea?
La
urea es el principal residuo de la descomposición de las proteínas. Está directamente relacionada con la
cantidad de proteínas que comemos y con las que el propio cuerpo descompone, lo que depende de la masa muscular. “Se trata del
producto final de metabolismo proteico. Una vez que se genera urea, el riñón es el lugar predominante para su excreción.
En la orina se eliminan diariamente entre 15 y 40 gramos de urea”, explica
José Luis Górriz, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia.
Desde Rioja Salud se incide en su web en este último aspecto, a lo cual se añade que, aunque “de forma habitual”, los riñones filtran la urea, cuando estos no funcionan bien
“la cantidad de urea filtrada disminuye y aumenta en sangre, lo cual puede producir
malestar digestivo -náuseas, vómitos-, y si los niveles son muy altos, puede haber alteración del nivel de conciencia”. En esa línea, se destaca que
los niveles normales de urea en sangre deben ser inferiores a 40 miligramos por mililitro.
“La concentración de urea en sangre empieza a aumentar cuando la capacidad de filtrado de los riñones es una cuarta parte más baja de lo normal. Su excreción va a depender, principalmente, de dos factores: el estado de hidratación y el aporte de proteínas y su metabolismo”, agrega Górriz.
¿Cómo afecta el estado de hidratación en los niveles de urea?
Según el experto, “habitualmente se puede excretar por el túbulo proximal el 50 por ciento de la urea, independientemente del estado de hidratación de la persona”. El otro 50 por ciento se reabsorbe en los túbulos colectores -parte distal-, “donde la reabsorción de urea depende del volumen urinario”. “Es decir, que, en situaciones que favorezcan la necesidad de ahorrar agua -por ejemplo, deshidratación o diarrea-, se aumenta la reabsorción de urea por el riñón; en cambio, cuando existe un exceso de ingesta de agua, la reabsorción de la urea en el túbulo dista es mínima, y la eliminación por riñón es importante”, aclara Górriz.
¿Cómo afecta la ingesta proteica en los niveles de urea?
Además del estado de hidratación, la concentración plasmática de la urea depende del aporte de nitrógeno proteico y de su metabolismo. “Un
incremento en la ingesta proteica deriva en un incremento del nitrógeno ureico y, consecuentemente, en una mayor producción de urea. Otras situaciones que aumenten el catabolismo también pueden aumentar los niveles de urea, como los
esteroides o la presencia de infecciones”, explica el jefe de Nefrología del Hospital Universitario de Valencia.
Al respecto, el médico aclara: “La presencia de
enfermedades hepáticas puede asociarse a niveles reducidos de urea en sangre: hay menor producción porque se sintetiza en el hígado. Por su parte, la menor ingesta proteica se asocia a niveles menores de urea”.
¿Para qué se determina la urea en sangre?
La determinación de urea en sangre se realiza para:
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Valorar el funcionamiento de los riñones.
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Valorar la evolución de las enfermedades renales.
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Comprobar el funcionamiento del tratamiento de las enfermedades renales (ej. diálisis).
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Valorar si existe deshidratación.
Sin embargo, Gorriz resalta que “la
amplia variabilidad en los niveles de urea en sangre” hacen que este parámetro no acabe usándose comúnmente para la medición de la función renal, “sino para conseguir una mejor
aproximación clínica al estado de hidratación, la perfusión renal, la ingesta proteica o la desnutrición, entre otros factores”. “Por tanto, la interpretación de las cifras de urea en sangre debe de realizarse de forma independiente en cada contexto clínico”, indica.
El experto, en esa línea, agrega que la urea “es una molécula de pequeño peso molecular y que se filtra muy fácilmente por los dializadores en la terapia con hemodiálisis o por el peritoneo en la diálisis peritoneal”, dado lo cual “también se utiliza para realizar cálculos para
ajustar la dosis de diálisis necesaria para la optimización de dicho tratamiento”.
¿Requiere alguna preparación especial?
La muestra habitual suele ser sangre obtenida de una vena del brazo.
Para realizar este análisis no se necesita estar en ayunas.
Para la determinación de urea en sangre
no conviene tomar una dieta muy rica en proteínas en las 24 horas previas al análisis.
El paciente debe asegurarse de que el médico sepa todos los medicamentos, los productos a base de hierbas, las vitaminas y los suplementos que está tomando.
Resultados de urea en sangre ¿cómo interpretarlos?
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Valores normales: Los valores que indicamos aquí solo deben servir como referencia. Los rangos varían ligeramente entre diferentes laboratorios y el informe de la prueba debe incluir los rangos utilizados en el laboratorio que ha realizado el análisis.
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Urea:
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Hombres: 18 - 55 mg/dL
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Mujeres: 17 - 43 mg/dL
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Niños:
A) De 1-3 años: 11-36 mg/dL
B) De 4-13 años: 15-36 mg/dL
C) De 14-19 años: 18-45 mg/dL
2. BUN: 12 - 20 mg/dL
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Variaciones fisiológicas:
La concentración de urea en sangre varía en función de:
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Dieta: los valores de urea en sangre pueden incrementarse con la ingesta de proteínas.
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Hidratación: la urea se relaciona inversamente con el grado de hidratación.
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Otros: tienden a elevar los valores de urea el estrés, los glucocorticoides y las hormonas tiroideas; tienden a disminuirlo el embarazo, los andrógenos y la hormona de crecimiento.
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Aumento de urea en sangre
A) Disminución de flujo sanguíneo hacia los riñones (ej. insuficiencia cardiaca congestiva).
B) Enfermedades renales: glomerulonefritis, pielonefritis, necrosis tubular aguda, insuficiencia renal, etc.
C) Obstrucción de las vías urinarias: piedras, tumores, etc.
D) Fármacos: dosis bajas de salicilatos, diuréticos, pirazinamida, etambutol, nicotinamida, etanol.
E) Dieta con exceso de proteínas.
F) Hipovolemia: grandes quemados, deshidratación, shock, etc.
G) Aumento de la degradación de las proteínas: lesiones graves, quemaduras, hemorragias, fiebre, muerte de células en enfermedades cancerígenas, etc.
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Disminución de la urea sanguínea:
A) Dieta muy pobre en proteínas.
B) Malnutrición.
C) Enfermedad hepática grave.
D) Hidratación excesiva.
Urea utilizada como tratamiento
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Tratamiento de la hiponatremia : Según Górriz, “en situaciones de hiponatremia, especialmente asociadas al síndrome de secreción inadecuada de adiuretina, la urea oral se ha mostrado como un fármaco beneficioso”. El experto indica que la suplementación de urea oral “induce diuresis osmótica por el efecto de arrastre de agua”.
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Coadyuvante en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca: “Este fenómeno de arrastre de solutos de la urea también se ha aprovechado como tratamiento coadyuvante de pacientes con insuficiencia cardiaca refractaria en personas que ya reciben diuréticos. Se trata de un diurético osmótico que incrementa la osmolaridad del plasma, extrae agua del compartimento extracelular y origina un aumento en la osmolaridad de la orina, que promueve la excreción de agua y causa una reducción de la natriuresis”, afirma el jefe de Nefrología del Hospital Universitario de Valencia.
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Tratamiento hidratante de la piel (urea sérica): Górriz, por último, remarca que la urea es una molécula higroscópica -es decir, que es capaz de absorber agua- presente en la epidermis como parte del factor de hidratación natural: “Es fundamental para la adecuada hidratación e integridad del estrato córneo de la piel, ya que incrementa la humectación del estrato córneo. En enfermedades que cursan con sequía cutánea, la urea puede incrementar la penetración cutánea y optimizar la acción de los fármacos tópicos. Existen diversas presentaciones en forma de loción, crema o gel que contienen urea que se utilizan en la práctica clínica médica en Dermatología, incluso como hidratante habitual para mantener la piel saludable”. Se trata del sérum de urea, también llamado urea sérica.
“Como se puede ver, la urea no es una sustancia tan simple, sino que la interpretación de sus niveles es compleja porque está influenciada por muchos factores y, a la vez, tiene implicaciones en el diagnóstico diferencias del fracaso renal y muchas aplicaciones terapéuticas” , sentencia el experto en Nefrología.
José Luis Górriz es jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia. Está especializado en Nefrología Clínica, estudios multicéntricos y enfermedad renal diabética, y se dedica a la investigación de los mecanismos de producción de proteinuria, de Fisiología y de los mecanismos de acción de fármacos hipoglucemiantes. Además, es profesor de varias asignaturas del grado de Medicina y del Máster Universitario en Investigación Biomédica de la Universidad de Valencia.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.