¿Qué es un tumor cerebral?
El
tumor cerebral es el crecimiento de una masa de células -que pueden ser
benignas o malignas- en el
cerebro o zonas colindantes, como la meninge, la glándula pineal, la pituitaria o terminaciones nerviosas.
Tipos de tumor cerebral
Existen dos tipos de tumores cerebrales en función de la parte del cuerpo en la que se originen:
Primarios: Comienzan en el propio cerebro y pueden ser benignos o malignos. Los tipos más frecuentes son:
-
Gliomas: El 70 por ciento de los tumores cerebrales primarios son de esta variedad. El gliobastoma, incluido en este grupo, es la variedad más grave de tumor cerebral. Cada vez es más frecuente en la tercera edad.
-
Ependimomas
-
Meningiomas: son el único tumor cerebral más frecuente en mujeres que en hombres. Por lo general, no son cancerosos.
-
Meduloblastomas
-
Linfoma primario cerebral: Son cada vez más comunes en pacientes con el sistema inmune debilitado o con edad avanzada.
-
Schwannomas vestibulares
Secundarios: Empiezan en otra parte del cuerpo y desembocan en el cerebro. Siempre son cancerosos, ya que esta propagación es fruto de la metástasis. Ocho de cada diez
pacientes metastáticos desarrollan varios de estos procesos de manera simultánea. Los tipos de cáncer con más probabilidades de propagarse hasta el cerebro son:
-
Cáncer de pulmón
-
Melanoma
-
Cáncer de riñón
-
Cáncer de mama
-
Cáncer de tiroides
-
Linfoma y leucemia
Síntomas del tumor cerebral
La sintomatología depende del perjuicio que esté causando la masa tumoral en el cerebro en función de su tamaño, posición o tipología. Tanto los tumores cancerosos como los benignos tienen síntomas parecidos, aunque en los malignos se desarrollan más rápido debido a su velocidad de expansión:
• Dolor de cabeza: es el signo más común, y normalmente el primero en aparecer. Se vuelve más frecuente e intenso con el paso del tiempo y se agrava cuando el paciente está tumbado.
• Debilidad y pérdida de equilibrio
• Cambios de humor
• Náuseas y vómitos
• Dificultades en la coordinación y la concentración
• Convulsiones
• Fiebre
• Pérdida total o parcial de la visión
• Dificultad para caminar
• Problemas de memoria
• Complicaciones a la hora de usar o entender el lenguaje
• Parálisis en extremidades: se producen cuando la presión cerebral es muy elevada
• En caso de sufrir un tumor cerebral por metástasis, el paciente también tendrá otros síntomas ligados a su patología previa.
Factores de riesgo
Las causas de los tumores primarios no están claras en muchos casos. No obstante, existen
factores de riesgo que aumentan las probabilidades de sufrir esta patología:
• Edad: Existen tumores cerebrales
más frecuentes en adultos, concretamente en personas mayores, y variedades concretas que son
más comunes en niños.
• Etnia: Pese a que todas las personas puedan desarrollar un proceso cancerígeno en el cerebro, hay tipologías concretas más propensas en determinados tipos de piel. Por ejemplo, la
meningitis es más propensa en personas negras, mientras los gliomas se desarrollan con más frecuencia en la piel blanca.
• Radiación: Las fuertes exposiciones a una radiación ionizante aumentan las probabilidades de desarrollar un tumor cerebral. Tratamientos como la radioterapia desprenden dicha radiación, así como las bombas atómicas.
• Síndromes hereditarios, como el de
Lynch, el de
Gorlin o el de
Cowden, así como otras condiciones como la
poliposis adenomatosa o la
enfermedad de Von Hippel-Lindau.
Independientemente de estos factores de riesgo, no hay formas de prevenir un tumor cerebral ni hábitos o detonantes concretos en manos del paciente que puedan causarlo.
Diagnóstico
Ante una sospecha de tumor cerebral, se someterá al paciente a una
resonancia magnética que permita ver las lesiones del tejido cerebral y determinar el tamaño y la localización de las mimas. Para esclarecer la tipología del tumor, se pueden añadir secuencias más sofisticadas de resonancia y el
PET con metionina.
Mediante una biopsia se obtendrá tejido tumoral para su posterior análisis, que permitirá realizar un diagnóstico preciso del tipo y grado del tumor. Este procedimiento puede hacerse mediante una cirugía o a través de una
técnica estereotáxica, caracterizada por la punción por imagen. Esta última opción es la menos invasiva y molesta para el paciente.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento varían considerablemente en función del tipo y grado del tumor. Existen cinco grandes bloques en los que dividir estas terapias:
Cirugía: Su principal objetivo es
extirpar todas las células del tumor, aunque no siempre es posible extraerlo por completo, aunque la sustracción parcial puede ayudar a aliviar algunos síntomas y a facilitar otros tratamientos. Por tanto, se tratará de eliminar la mayor cantidad de tejido posible de manera segura, ya que existen riesgos de secuelas. Hay varios tipos:
-
Craneotomía: Consiste en extirpar parte del cerebro para acceder al tumor.
-
Cirugía cerebral endoscópica: se accede al tumor mediante una sonda.
Radioterapia: Existen dos tipos en función de la máquina utilizada para las radiaciones
-
Radioterapia de haz externo: se utiliza un dispositivo exterior al organismo. Se usa en tratamientos cortos de frecuencia diaria.
-
Braquiterapia: la fuente de radiación está dentro del cuerpo.
Los efectos secundarios de la radioterapia dependen del tipo y la dosis administrada. A veces pueden aparecer de manera inmediata tras recibir el tratamiento, pero también hay casos en los que se desarrollan años después. Los más frecuentes son:
-
Dolor de cabeza.
-
Fatiga.
-
Caída del pelo e irritación del cuero cabelludo.
-
Pérdida de memoria.
Radiocirugía: Se destruyen las células tumorales aplicando rayos desde puntos diferentes. Se pueden utilizar varios tipos de tecnología:
-
Acelerador lineal: Un dispositivo distribuye los rayos X desde puntos diferentes.
-
Bisturí de rayos gamma: Pequeñas radiaciones simultáneas de rayos gamma se dirigen al tumor.
-
Protones: Es la más innovadora y reciente y no está disponible en todos los hospitales.
La radiocirugía también desemboca en efectos secundarios en el organismo:
-
Caída del pelo, a veces irreversible.
-
Piel del cuero cabelludo seca y sensible, incluso con ampollas.
-
Cansancio.
Quimioterapia: en los tumores cerebrales, consiste en
fármacos agresivos que eliminan la masa cancerosa. Pueden administrarse por vía oral, intravenosa, o colocarse me forma quirúrgica en el propio tejido afectado. Se puede aplicar de forma complementaria a la radioterapia. Sus efectos secundarios son:
-
Caída del cabello.
-
Vómitos y náuseas.
-
Cansancio.
Terapia dirigida: los medicamentos de terapia dirigida c
ombaten de manera específica sustancias concretas de las células cancerosas. El bloqueo de dichas sustancias químicas destruye la masa tumoral.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.