La
tos es uno de los motivos de consulta más frecuentes en pediatría y que genera más ansiedad en los padres. Es un
reflejo causado por la irritación de las vías respiratorias para expulsar secreciones (moco), cuerpos extraños e irritantes del aparato respiratorio.
Se presenta solo en el 25% de los recién nacidos, aunque al mes de vida ya pueden toser el 90% de los niños.
¿Cuáles son las causas de la tos en niños?
Las características de la tos y las circunstancias bajo las que aparece ayudan a establecer la causa en el 80% de los casos.
La tos puede deberse a un
problema agudo (cuando dura menos de 3 semanas)
o ser crónica (tos diaria que dura más de tres semanas):
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La mayoría de las veces se debe a un problema agudo y la causa suele ser evidente. En general la tos aguda se asocia con infecciones respiratorias (resfriados, sinusitis, faringitis, laringitis, bronquitis, neumonía) o exposición a irritantes (humo) y se calma a medida que la infección se resuelve o la exposición se elimina.
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La tos crónica puede asociarse a la producción de flemas y mocos (tos productiva) o puede ser seca, sin asociarse a ninguna causa conocida. Aunque el asma, las infecciones respiratorias de vías altas y el reflujo gastroesofágico son las principales causas de tos crónica en el adulto, solo representan menos de un 10% en los niños, siendo la causa más frecuente la bronquitis bacteriana prolongada.
La tos asociada a flemas o mocos (tos productiva) se debe a la producción de los mismos desde la garganta, la nariz, los senos o los pulmones y es siempre patológica. En general se recomienda no interrumpir este tipo de tos porque ayuda a eliminar los mocos.
La
tos productiva puede producirse por distintas causas:
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Infecciones por virus que producen mocos hacia el fondo de la garganta poniendo en marcha el reflejo de la tos.
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Infecciones pulmonares o de la vía aérea superior como neumonía, bronquitis, sinusitis o tuberculosis.
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Enfermedad pulmonar crónica.
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Reflujo gastroesofágico; el ácido del estómago pasa al esófago produciendo irritación y tos de predominio nocturno.
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Goteo postnasal; los mocos van hacia el fondo de la garganta poniendo en marcha el reflejo de la tos. Este tipo de tos aumenta al estar acostado y puede deberse a una acumulación de excesivas secreciones por una sinusitis o una rinitis alérgica.
La
tos seca puede originarse por:
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Infecciones por virus. Al final de la infección la tos puede persistir durante más tiempo que el resto de los síntomas, especialmente por la noche.
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Broncospasmo; es una tos por irritación de los bronquios. La tos recidivante con el ejercicio es sugestiva de broncospasmo inducido por el ejercicio.
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Alergias; la tos suele asociarse a estornudos, lagrimeo y picor de nariz y de ojos.
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Exposición a humo, polvo e irritantes químicos.
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Asma; la tos suele ser de predominio nocturno.
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Bloqueo de la vía aérea por cuerpos extraños (comida, juguetes, globos, etc.): La aparición de tos repentina tras un episodio de asfixia sugiere la aspiración de un cuerpo extraño.
Existen algunas causas de tos que son típicas de los niños y que no se presentan en los adultos como:
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Laringitis (crup); es una tos como “perruna” que se acompaña de dificultad respiratoria e inflamación de las cuerdas vocales, cuya causa más frecuente es una infección viral.
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Infección del tracto respiratorio inferior (bronquiolitis).
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Bloqueo de la vía aérea por cuerpos extraños (comida, juguetes, globos, etc.): La aparición de tos repentina tras un episodio de asfixia sugiere la aspiración de un cuerpo extraño.
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Exposición al humo como fumadores pasivos.
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Problemas psicológicos o emocionales: Tos psicógena; es más frecuente en adolescentes y desaparece durante el sueño. Los niños más pequeños pueden desarrollar un hábito para aclarar la garganta que también desaparece durante el sueño.
¿Cómo se diagnostica la tos?
La tos debe ser estudiada cuando se prolonga en el tiempo sin causa aparente; una tos que persiste más de tres semanas requiere una evaluación. El diagnóstico requiere una
historia clínica completa y una minuciosa
exploración física. La historia debe hacer especial hincapié en trastornos para tragar, alergias o intolerancias a alimentos, atopia, enfermedades respiratorias u
ORL (otorrinolaringológicas), problemas en el sueño o aspiración de cuerpos extraños, así como las características de la tos (intensidad, sonido, si aparece en una determinada estación del año, en qué momento del día aparece, si es solo en la cama, etc.), vacunaciones, antecedentes familiares de atopia y factores ambientales (tabaquismo, asistencia a guardería, presencia de animales, etc.). Con estos datos y los de la exploración física el médico indicará pruebas diagnósticas que en general suelen ser, una inspección de la garganta, la auscultación del corazón y los pulmones, y una
radiografía del tórax y de los senos nasales. Si no se encuentra una causa puede requerirse un estudio más amplio que incluiría la realización de una analítica, un
TAC torácico, un estudio microbiológico de las secreciones, una laringoscopia, una fibrobroncoscopia, pruebas cutáneas de alergias, una gastroscopia para ver si hay reflujo gastroesofágico, unas pruebas funcionales respiratorias, etc.
¿Cuál es el tratamiento de la tos en niños?
El tratamiento de la tos consiste en
tratar la enfermedad responsable de la misma para lo cual se necesita llegar a un diagnóstico.
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Si la causa de la tos es un foco infeccioso crónico en la zona de la garganta, puede considerarse la cirugía para los casos de infecciones frecuentes de anginas y/o vegetaciones. La sinusitis crónica se trata con antibióticos y para las rinitis persistentes, hipertrofia de cornetes y pólipos nasales se aconsejan corticoides nasales.
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Cuando la tos se debe al reflujo gastroesofágico se deben evitar los alimentos que produzcan acidez, se debe cenar al menos dos horas antes de acostarse y se debe comer en porciones pequeñas y frecuentes.
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En la tos asmática o equivalente a la asmática el tratamiento es el mismo que el del asma.
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El tratamiento del crup implica respirar aire húmedo, lo primero que se debe intentar es que el niño respire el vapor de una ducha caliente.
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Cuando la causa de la tos se debe a una infección, el tratamiento es el de la infección causal. Si la causa de la infección es viral, no se debe tratar con antibióticos. El empleo innecesario de antibióticos expone a los niños a los riesgos de reacciones alérgicas, a los efectos secundarios de los antibióticos y al desarrollo de bacterias resistentes a los mismos.
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En la tos de origen psicógeno pueden ser útiles los medicamentos para la tos, empleados de forma transitoria con un apoyo psicológico. Generalmente se utilizan derivados opiáceos, como la codeína, o antitusígenos no narcóticos, como dextrometorfano en niños mayores de 5 años. Estas medicinas no deben ser administradas a niños menores de esta edad.
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La mayoría de los pediatras está en contra de administrar medicinas de venta libre para la tos y el resfriado común a los niños. Los niños suelen mejorar por sí solos, con el tiempo. El empleo de vaporizadores puede hacer que se sientan mejor sin exponerles a los efectos secundarios de los medicamentos.
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En algunos casos, cuando el diagnóstico no está claro, puede intentarse un tratamiento de prueba. Solamente debe usarse si no se ha llegado a ningún diagnóstico claro o si la tos es muy molesta. Por ejemplo, si se sospecha tos como consecuencia de goteo nasal nocturno puede administrarse un antihistamínico asociado a un descongestivo nasal o un spray de bromuro de ipratropio. Si persiste la tos puede realizarse un intento de tratamiento de asma y de reflujo gastroesofágico de forma secuencial.
Remedios caseros para la tos
Las medicinas para la tos
(antihistamínicos y vasoconstrictores nasales para reducir el moqueo, supresores de la tos y mucolíticos) no deben administrarse a niños menores de 5 años. Como remedios caseros se puede limpiar y/o extraer los mocos de la nariz, a veces poniendo gotas de suero salino varios segundos antes de extraerlas y dar miel. Se debe dar media cucharada de té de miel en niños entre 2 y 5 años, una cucharada de té de miel en niños de entre 6 y 11 años y 2 cucharadas a los mayores de 12 años. No se debe dar miel a los menores de 1 año por riesgo de botulismo. No se debe fumar en los lugares donde haya niños.
Otras recomendaciones son dormir con la cabeza elevada para evitar el goteo nasal hacia la garganta y poner un humidificador en la habitación.
¿Cuándo acudir al pediatra?
Cuando la única manifestación clínica es la tos, se debe comprobar si se prolonga en el tiempo sin que exista causa aparente. Si esto ocurre se debe ir al pediatra.
Otros motivos para acudir al pediatra son la asociación a
dificultad respiratoria, dolor torácico, vómitos y dificultad para alimentarse, cuando interfiere de forma importante con la vida del niño y en los ataques de tos intensa, sobre todo en menores de 2 meses que no hayan recibido aún la vacuna de la tos ferina.
¿Cuándo se debe acudir a Urgencias?
No hay indicación de acudir a Urgencias simplemente por la presencia de tos, a no ser que se acompañe de dificultad respiratoria, paradas respiratorias u otros síntomas que hagan sospechar una enfermedad grave o que se sospeche la presencia de un cuerpo extraño en las vías respiratorias.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.