Diccionario de enfermedades

Tensión baja

La tensión baja se produce cuando la presión de la sangre en las arterias es insuficiente.

¿Qué es la tensión baja?


Se entiende que una persona padece de tensión baja o hipotensión cuando su presión arterial es significativamente menor a la habitual. Es decir, si esta se encuentra por debajo de los 90 milímetros de mercurio (mm Hg). Debido a ello, aumenta el riesgo de que el corazón, el cerebro u otros órganos no reciban la sangre suficiente.

Hay personas que tienen una presión arterial baja de forma habitual y constante. Otras, sin embargo, experimentan este problema de forma repentina, lo que puede ser un indicio de afecciones peligrosas como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

¿Cuáles son los síntomas de la tensión baja?


Una tensión baja no implica necesariamente otras patologías para el paciente. No obstante, sí aumenta el riesgo de padecer síntomas tales como:

  • Mareos o vértigos.
  • Desmayos.
  • Visión borrosa.
  • Sensación de cansancio.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de cuello.
  • Palpitaciones irregulares.

Tipos de tensión baja


Existe un amplio abanico de tipos de tensión baja. Entre los más comunes se encuentran:

  • Hipotensión grave. Es causado por una pérdida súbita de sangre (shock), una infección compleja, un ataque al corazón o una anafilaxia.
  • Hipotensión neurógena. Se produce cuando hay un mal funcionamiento del sistema nervioso. Está asociada a enfermedades como el párkinson o problemas en la médula espinal. 
  • Hipotensión ortostática. La presión cae cuando el afectado pasa de estar acostado a de pie. Suele durar apenas unos segundos.
  • Hipotensión mediada neuralmente. Ocurre cuando una persona ha estado de pie por mucho tiempo.

¿Cómo se diagnostica la tensión baja?


Generalmente, la tensión baja se detecta con una medición de la presión arterial. Esta se expresa mediante dos cifras: la sistólica, más alta; y la diastólica.

Dichos números registran la presión arterial en milímetros de mercurio (mm Hg). La mayor parte de la población adulta presenta un número inferior a 120/88 mm Hg, y se considera que la tensión es baja cuando de los 90/60mm Hg.

Al margen de la medición arterial, también se pueden realizar pruebas adicionales para determinar la causa subyacente de la hipotensión, como análisis de sangre o electrocardiogramas.

¿Qué provoca la tensión baja?


Si bien hay personas que simplemente presentan una presión arterial baja de forma habitual y sin que ello suponga un perjuicio para su salud, hay factores que pueden favorecer la aparición de la hipotensión.

  • Malnutrición.
  • Deshidratación (también la provocada por el alcohol).
  • Problemas cardíacos o endocrinos.
  • Efectos secundarios de medicamentos.

¿Cómo se trata la tensión baja?


No siempre es necesario tratar la tensión baja. De hecho, las personas que practican de forma habitual ejercicio suelen presentar una presión arterial más baja sin experimentar por ello problemas de salud.

No obstante, existen casos más graves de tensión baja que vienen acompañados de mareos, desmayos o dificultades para respirar. Estos pueden ser indicios de patologías peligrosas como infartos o trastornos endocrinos.

En casos de hipotensión grave se suelen administrar:

  • Sangre por vía intravenosa.
  • Medicamentos para aumentar la presión arterial.
  • Otros fármacos, como antibióticos.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.