Diccionario de enfermedades

Tabaquismo pasivo: riesgo para los niños

¿Cómo se puede evitar el tabaquismo pasivo?



¿Qué es el tabaquismo pasivo?


La inhalación pasiva de humo es el término empleado para definir el humo que respiran los no fumadores cuando otra persona está fumando.

El riesgo que supone la inhalación pasiva del humo del tabaco empezó a ser conocido hace 25 años. En el humo del tabaco hay más de 4000 productos químicos conocidos, de los cuales al menos 250 son nocivos y más de 50, cancerígenos.

El tabaquismo pasivo es responsable de una de cada 10 muertes relacionadas con el tabaco. En el año 2004, el 31 % de las muertes prematuras atribuibles al humo ajeno correspondió a niños.

El tabaco es la principal contaminación ambiental a la que se enfrentan los niños. Cerca del 40 % de los niños está expuesto habitualmente al humo del tabaco en sus hogares.

Está comprobado que la inhalación pasiva de humo de personas que fuman en la casa puede originar problemas de salud en los niños. El problema se agrava si fuman ambos padres.

Se calcula que la exposición a la que están sometidos los niños cuyos padres fuman en su presencia equivale al consumo de 4-10 cigarrillos/día, lo que equivaldría a 60-150 cigarrillos al año. Hay que tener además en cuenta, que los niños son más vulnerables al humo del tabaco porque su cuerpo está desarrollándose.



¿Cómo afecta la inhalación pasiva de humo en los niños?


La inhalación pasiva de humo en los niños aumenta las probabilidades de que estos niños desarrollen:
  • Síntomas respiratorios, como tos, mocos, y sibilancias (pitos).
  • Infecciones respiratorias, como bronquitis y neumonías.
  • Asma.
  • Crecimiento anormal de los pulmones en la infancia.
  • Infecciones de oído.
  • Pérdida de audición.
En su vida adulta, los niños que crecen inhalando humo de forma pasiva tienen más probabilidades de tener:
  • Asma.
  • Cáncer de pulmón. El riesgo de padecer un cáncer de pulmón por tabaquismo pasivo es un 20 % mayor en las mujeres y un 35 % en los hombres en comparación con no haber estado expuesto a este humo.
  • Otros tipos de cáncer.
  • Enfermedad coronaria. Los fumadores pasivos tienen un riesgo entre 25 % y 35 % veces mayor de sufrir un infarto de miocardio.
Además, los hijos de padres fumadores tienen entre una y media y dos veces más probabilidades de fumar ellos mismos en el futuro.

¿Cómo se puede evitar el tabaquismo pasivo?


La creación de ambientes libres de humo de tabaco es la única manera de proteger a las personas de los efectos dañinos del tabaquismo pasivo.

Desde que entraron en vigor las leyes antitabaco, que prohíben fumar en lugares públicos cerrados, el tabaquismo pasivo adquiere especial importancia en la vivienda familiar.

Cuando se fuma en un ambiente cerrado, las sustancias del humo ambiental del tabaco permanecen suspendidas en el ambiente y permanecen muchos días, o incluso semanas. Ventilar abriendo puertas y ventanas no es suficiente para eliminarlas. Al ventilar, el humo y el olor se van pero las sustancias quedan en suspensión pegadas a tapicerías, muebles, alfombras, ropa y cabello.

Para evitar el desarrollo de estos problemas es preciso que toda la casa y el coche se encuentren libres de humo. No es suficiente mantener una habitación libre de humo, fumar en casa solo cuando los niños no están presentes, ni utilizar un purificador de aire. Solo un ambiente totalmente libre de humo es una protección eficaz.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.