El consumo de tabaco durante el embarazo continúa siendo uno de los problemas acuciantes de salud pública en nuestra sociedad.
Las mujeres que fuman durante el embarazo y, en menor medida, las que no fuman pero están expuestas al humo, tienen
más probabilidades de sufrir complicaciones durante el embarazo y más dificultades para quedar embarazadas.
Efectos del tabaquismo en el embarazo
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Parto prematuro. Es el que se produce antes de la semana 37 de la gestación. Normalmente un embarazo dura unas 40 semanas, las cuales se cuentan a partir del primer día del último periodo menstrual de la mujer. Un parto prematuro, antes de la semana 37, puede ocasionar problemas graves al recién nacido.
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Problemas de placenta. Se ha observado que las placentas de las madres fumadoras suelen ser de mayor tamaño que las de las que no fuman. Se piensa que esto se debe a un intento para compensar la menor cantidad de oxígeno que llega al feto causada por el tabaquismo de la madre. Los principales problemas de la placenta son, la placenta previa y el desprendimiento prematuro de placenta. Ambos pueden causar hemorragias vaginales graves.
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Aborto espontáneo. Un aborto es espontáneo cuando termina de forma natural antes de cumplirse la semana 20 del mismo.
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Muerte fetal. La muerte fetal es cuando un bebé muere antes de nacer después de la semana 20 del embarazo. Está muy relacionada con la prematuridad que presentan los hijos de madres fumadoras.
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Embarazo ectópico. Es un embarazo fuera del útero. Su frecuencia es mayor en madres fumadoras.
Los trastornos que puede sufrir la embarazada fumadora están directamente relacionados con el número de cigarrillos consumidos.
¿Cómo afecta el consumo de tabaco al bebé?
Fumar durante el embarazo es
especialmente perjudicial para el feto en formación y para los niños menores de 18 meses. Cuando hay humo de tabaco en el ambiente, el bebé recibe menos oxígeno, aumenta la frecuencia de sus latidos cardiacos y se altera el crecimiento de sus pulmones. También se reduce la circulación sanguínea a través de la placenta por lo que recibe menos nutrientes.
La nicotina atraviesa fácilmente la placenta y su concentración en el feto puede ser hasta 15 veces más alta que en la madre. La nicotina se encuentra en la sangre fetal, en el líquido amniótico y en la leche materna.
Los bebés de madres fumadoras tienen más probabilidades de:
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Nacer prematuros o de bajo peso para la edad gestacional. Se ha observado que los hijos de madres fumadoras pesan, por término medio, entre 150 y 250 gr. menos que los hijos de madres no fumadoras. Los bebés prematuros o muy pequeños tienen más posibilidades de tener dificultades para alimentarse, dormir, respirar, ver y oír.
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Sufrir infecciones respiratorias (otitis, bronquitis, neumonías) y asma durante los 2 primeros años de vida.
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Morir de forma súbita sin una causa conocida ante de cumplir 1 año (muerte súbita del lactante). El riesgo de muerte súbita del lactante en hijos de madres fumadoras es el doble que en los hijos de madres no fumadoras.
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Padecer un síndrome de abstinencia a la nicotina al nacer, que se manifiesta en forma de irritabilidad.
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No recibir lactancia materna.
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Sufrir malformaciones congénitas como labio leporino, pie zambo, etc.
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Necesitar ingresos en el hospital.
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Tener problemas de aprendizaje y de comportamiento a largo plazo.
¿Qué puede ayudar a dejar de fumar durante el embarazo?
En la consulta prenatal se ofrecen consejos sobre la mejor manera de dejar de fumar. También pueden referir a la embarazada a unidades especializadas en este tema.
Algunos
consejos para dejar de fumar son:
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Decida qué día va a dejar de fumar. Cuanto antes sea, mejor para el bebé.
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Informe a su familia, amigos y conocidos que va a dejar de fumar.
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Si su pareja fuma, pídale que también lo deje. Así le resultará más fácil.
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Busque soluciones anticipadas para los momentos en que dejar de fumar vaya a ser más difícil.
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Elimine todos los cigarrillos y otros productos con tabaco que tenga en su domicilio, coche y lugar de trabajo.
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Es mejor dejar de fumar del todo que intentar dejarlo poco a poco.
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Recurra a su médico si cree que necesita ayuda para dejar de fumar.
Los beneficios de dejar de fumar son mayores cuanto antes se deje de fumar en el embarazo, aunque abandonar el hábito es beneficioso en cualquier momento.
Si resulta imposible dejar de fumar, fumar menos también puede resultar beneficioso.
Es muy aconsejable no volver a fumar una vez que haya nacido el bebé. Los bebés que permanecen en lugares donde hay humo de cigarrillos (fumadores pasivos) tienen más problemas de salud (resfriados, infecciones de oídos, etc.) que los que respiran aire sin humo. Dejar de fumar también previene el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer en la madre. Además es un buen ejemplo para que los hijos no fumen al crecer. Dejar de fumar siempre vale la pena, especialmente si lo que está en juego es la salud de nuestros hijos.
¿Se pueden tomar medicinas para dejar el tabaquismo estando embarazada?
Sí, pero siempre consultando con el médico. Dentro de las medicinas más frecuentemente utilizadas se encuentran los
tratamientos con nicotina: en forma de parches, pastillas, chicles, spray nasal, inhaladores, etc. Se utilizan para aliviar el síndrome de abstinencia; proporcionan niveles de nicotina más bajos que los del tabaco, no producen los efectos placenteros del tabaco y no contienen las sustancias del tabaco asociadas a la producción de cáncer.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.