Diccionario de enfermedades

Recomendaciones en pacientes con quemaduras leves

¿Cuál es el tratamiento de las quemaduras de primer y segundo grado?
Las quemaduras más habituales suelen ser las quemaduras de causa térmica (quemaduras solares o quemaduras por contacto con líquidos muy caliente, aceite hirviendo, electricidad) y las quemaduras de causa química (tóxicos, ácidos y corrosivos).  La mayoría ocurren en el ámbito doméstico o en el laboral y suelen ser leves. Su pronóstico, su tratamiento y la necesidad o no de ingreso hospitalario dependen del grado de la quemadura y de la cantidad de superficie corporal quemada.

En función de su gravedad, las quemaduras se clasifican en:
  • Quemaduras de primer grado. Afectan únicamente a la capa más externa de la piel. Son las típicas quemaduras solares. La piel se enrojece y duele sin que se formen ampollas. Al presionar sobre ellas, la piel se blanquea. Hacia el cuarto día de quemadura la piel se desprende (se pela). Suelen curar en 3-7 días sin producir cicatrices.
  • Quemaduras de segundo grado. Pueden ser superficiales y profundas.
  • Las superficiales suelen producirse al quemarse con el agua hirviendo o al contactar con objetos muy calientes. La piel se enrojece y adquiere un aspecto húmedo. Se forman ampollas muy dolorosas llenas de un líquido claro. La piel se blanquea al presionar sobre ella. Suelen tardar en curar entre 7 y 21 días sin producir cicatrices, aunque pueden producirse cambios en el color de la piel.
  • Las profundas suelen producirse al quemarse con aceite caliente o líquidos recién sacados del microondas. Se afectan los folículos del pelo o del vello, las glándulas de la piel y las fibras nerviosas por lo que suelen ser menos dolorosas. Su aspecto es seco o ligeramente húmedo con zonas como de cera. No se blanquean con la presión. Si se dejan cerrar espontáneamente suelen tardar entre 3 y 9 semanas en curar, generando con frecuencia cicatrices.
  • Quemaduras de tercer y cuarto grado. Se suelen producir por sustancias químicas, por electricidad, por fuego o por contacto prolongado con líquidos calientes. Destruyen todas las capas de la piel y suelen afectar al tejido que se encuentra debajo de la misma. Pueden ser muy dolorosas o no producir dolor si se lesionan los nervios. El aspecto de la piel es seco (como el cuero) y oscila de blanco a negro carbonizado. En general no se forman ampollas ni se blanquean con la presión. Sin cirugía, cierran con retracciones alrededor de los bordes de las heridas formando cicatrices extensas. No pueden cicatrizar completamente por sí solas.
Las quemaduras de primer grado y la mayoría de quemaduras de segundo grado pueden tratarse en el domicilio. Las quemaduras de segundo grado que afecten a una parte importante del cuerpo o que afecten a la cara, cuello, axilas, manos, pies, genitales o zonas de flexión de articulaciones deben ser siempre valoradas en el Hospital.

En general cualquier quemadura por una sustancia química debe ser valorada en el Hospital dado que puede ofrecer un aspecto mucho mejor del que realmente tiene.



¿Cuál es el tratamiento de las quemaduras leves de primer y segundo grado?


El tratamiento requiere:
  • En casos de quemaduras por tóxicos se deben retirar los productos contaminantes sólidos mediante cepillado suave o con una toalla o similar.
  • Refrescar la quemadura. Aplicar abundante agua corriente templada:
  • En caso de quemaduras térmicas (por fuego o por calor) aplicar chorro de  agua a baja presión entre 10 y 20° C durante 10 o 15 minutos (excepto si la quemadura es por electricidad) hasta que el dolor disminuya. También se puede sumergir en agua la zona quemada. No se debe aplicar hielo directamente sobre una quemadura ya que puede aumentar el grado de la lesión.
  • En caso de quemaduras químicas se debe proceder al lavado a chorro de baja presión con agua tibia durante al menos 30 minutos si se trata de una quemadura por ácidos, y 60 minutos si se trata de una quemadura por álcalis, procurando evitar el contacto con zonas corporales no afectadas. En general, el lavado debe mantenerse hasta que la persona afectada tenga sensación de alivio. El lavado a chorro con agua o con suero salino no es adecuado para algunos productos (cal viva, fenoles, metales elementales como sodio, potasio, magnesio, fósforo, litio, cesio y titanio, alquitrán, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico).
  • Es conveniente utilizar ropa ligera sobre la quemadura así como ducharse con agua fresca con frecuencia.
  • En las quemaduras por calor se pueden aplicar lociones que contengan aloe vera o pomadas específicas para quemaduras.
  • En las quemaduras de segundo grado no se deben reventar las ampollas ni aplicar ungüentos grasientos que podrían producir infecciones. Si las ampollas no se han abierto no es necesario colocar un vendaje. Si las ampollas se abren se debe aplicar un vendaje limpio, que no se adhiera a la piel, para evitar que se infecten. El vendaje debe estar holgado, no debe apretarse mucho para que no se pegue a la quemadura. No se debe tocar ninguna quemadura con nada que no sea un vendaje limpio.
  • Para aliviar el dolor se puede tomar paracetamol o ibuprofeno.
  • Es conveniente evitar exponer al sol o al frío la piel nueva que aparece tras la cicatrización.
  • Las quemaduras por ácidos o álcalis en los ojos requieren evaluación y tratamiento urgentes para prevenir la pérdida de visión. Mientras llega la ayuda, se debe lavar el ojo por irrigación de forma continuada.
  • En caso de quemaduras por químicos se debe identificar el producto causante de las quemaduras y contactar con el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (91 562 04 20 o 95 437 12 33)
  • Se debe consultar al médico si:
  • El dolor en la zona de la quemadura va en aumento, se acompaña de limitación de los movimientos o aparece adormecimiento.
  • Aparecen signos de infección (enrojecimiento, fiebre, aumento del dolor o supuración).
  • La vacunación contra el tétanos no está en regla.

Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.