El
prolapso rectal es la
salida del recto (la parte final del colon) a través del orificio anal. Aparece fundamentalmente en mujeres mayores de 60 años y suele acompañar a otras enfermedades que se asocian con debilidad del suelo de la pelvis, como el cistocele, el
rectocele o el
prolapso uterino.
Puede aparecer también en niños, siendo muy frecuente en niños con fibrosis quística. Todos los niños con prolapso rectal deben ser estudiados por si tuvieran una
fibrosis quística. Otras enfermedades raras que se asocian también con la presencia de prolapso rectal en niños son el
síndrome de Ehler-Danlos, el
hipotiroidismo congénito y la enfermedad de Hirschsprung.
¿Cuáles son las causas del prolapso rectal?
En general, el prolapso rectal se debe a un debilitamiento de los músculos de la pelvis. Esto es frecuente en mujeres de edad avanzada que han tenido varios partos por vía vaginal. El prolapso rectal es también más frecuente en mujeres obesas y en mujeres con estreñimiento. Existen 2 tipos de prolapso rectal:
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Prolapso mucoso. Únicamente sale por fuera del ano el reborde del recto. En los adultos suele asociarse a hemorroides. Es muy característico en niños menores de 2 años y no tiene ninguna importancia.
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Prolapso completo. Es mucho más importante, saliendo parte del intestino por el orificio anal. Al principio solo se sale al hacer fuerza para hacer de vientre, pero posteriormente puede llegar a salirse al ir caminando, o incluso puede estar todo el tiempo fuera del ano.
¿Qué síntomas produce el prolapso rectal?
La mayoría de los pacientes notan un bulto por fuera del ano y la ropa interior manchada de heces. Los pacientes pueden tener también sangrado por el recto.
El prolapso suele aparecer al hacer de vientre volviendo luego hacia el interior bien de forma espontánea o bien porque el paciente se lo introduzca manualmente al terminar. El prolapso rectal suele asociarse a estreñimiento y a incontinencia fecal (se escapan las heces sin querer).
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico del prolapso rectal se puede realizar poniendo un enema al paciente y observando que al hacer la deposición, parte del recto sale hacia afuera. Puede también realizarse una
cistoproctografía y una
colonoscopia, en este último caso para descartar que haya un pólipo o un cáncer de recto que sea el que favorezca la salida del recto.
¿Cuál es el tratamiento de un prolapso rectal?
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En niños el prolapso suele desaparecer solo.
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En adultos se recomienda:
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Evitar el estreñimiento con una dieta rica en fibra, abundantes líquidos, la reducción del peso, la realización de una serie de ejercicios dirigidos a endurecer la musculatura pélvica (ejercicios de Kegel) y evitando la tos y levantar cosas pesadas.
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En la mayoría de las ocasiones se requiere una intervención quirúrgica para solucionar el problema. La cirugía puede realizarse por vía abdominal (por la tripa) de forma tradicional o mediante laparoscopia, o por vía perineal (al lado del ano). Existen diversas técnicas quirúrgicas que deben ser discutidas con el cirujano que va a realizar la operación.
¿Cómo se puede tratar la irritación del ano?
En muchos pacientes con prolapso rectal puede haber irritación alrededor del ano. En estos casos se recomienda:
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Limpiar el ano y su alrededor con agua (sin jabón) o con toallitas húmedas tras cada deposición. El papel higiénico y el uso de jabones pueden irritar más la zona.
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Dejar secar al aire o con una toalla sin irritar la zona.
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Aplicar una crema hidratante que no irrite.
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Puede intentarse la utilización de polvos de talco para evitar las molestias en la zona.
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Utilizar ropa interior de algodón que no vaya muy apretada sobre la zona anal.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.