Diccionario de enfermedades

Pielonefritis

Infografía de unos riñones.

¿Qué es la pielonefritis?


La pielonefritis es una infección grave de los riñones provocada por microorganismos que ascienden por el tracto urinario desde la vejiga hasta el tejido funcional renal infectándolo y causando malestar. Estos microorganismos, por lo general bacterias, la E. Coli en la mayor parte de los casos, pero también Proteus, Klebsiella o Pseudomona.

Hasta hace pocos años se pensaba que la orina era estéril, pero los nefrólogos han consensuado que existe una microbiota que protege nuestro tracto urinario. En este sentido, las descompensaciones por factores externos o internos como la edad, sumadas en algunos casos al uso de antibióticos que afectan a esa microbiota, han hecho que las pielonefritis y otras infecciones urinarias sean más frecuentes a día de hoy.

Causas, síntomas y diagnóstico de la pielonefritis


Se han descrito tres vías de infección como causas de la pielonefritis: la vía ascendente, desde la uretra al interior, como las cistitis; por vía hematógena, en pacientes con problemas inmunitarios se pueden dar microembolismos sépticos que afectan al riñón; y por vía de invasión linfática, que se han descrito pocos casos en el mundo.

Los principales síntomas de una pielonefritis son los siguientes:
  • Fiebre alta, más de 39º durante más de dos días.
  • Escalofríos.
  • Taquicardia.
  • Vómitos.
  • Dolor en los riñones.
  • Dolor en el abdomen.
  • Ardor-dolor al orinar.
  • Aumento del número de veces que se necesita orinar, en ocasiones con color turbio o mal olor.
  • Presencia de sangre en la orina.
Además de estos síntomas, para diagnosticar la pielonefritis es necesario que el especialista médico realice una exploración y confirmar la infección con un análisis de sangre. En ocasiones también será necesario realizar una ecografía de los riñones o un TAC para comprobar si hay obstrucción renal.

Tipos de pielonefritis


Se dividen principalmente por su persistencia en el tiempo, aunque también se clasifican las pielonefritis por su nivel de complicación o por si afectan a un riñón o a los dos. Por lo general los tipos más comunes de pielonefritis son los tres siguientes:
  • Pielonefritis aguda: es la infección más común y suele darse como una infección secundaria de las vías urinarias. Lo más común es que sea una infección ascendente desde la uretra (en ocasiones por la colocación de sondas) aunque también puede darse la vía hematógena. Se pueden dar casos de pielonefritis complicada en pacientes inmunodeprimidos, embarazadas o diabéticos.
  • Pielonefritis crónica: se trata de una infección más grave que la aguda y que implica un factor congénito. Las pielonefritis son mucho más frecuentes en estos casos y se suelen deber a defectos de nacimiento que provocan reflujo vesico-ureteral que impiden el vaciado normal de la vejiga y los riñones. Es más frecuente que se diagnostique en niños, debido a su factor congénito, pero a veces se diagnostica de forma tardía, cuando ya hay daño avanzado en el riñón.
  • Pielonefritis enfisematosa: en este caso se trata de una infección necrótica que se caracteriza por la presencia de gases en los riñones provocados por bacterias. Estos casos son poco frecuentes y suelen afectar más a personas con diabetes. Se detectan cuando la pielonefritis no responde bien al tratamiento y se debe recurrir a tratamientos antibióticos agresivos o incluso al drenaje del riñón o su extirpación.

Tratamiento de la pielonefritis y cómo prevenirla


Para el tratamiento de todas las pielonefritis lo más común es utilizar estas tres vías de acción:
  1. Antibióticos para eliminar la infección bacteriana, en ocasiones con pautas de larga duración y control para evitar sobrecargar los riñones y provocar reacciones nefrotóxicas.
  2. Analgésicos y antitérmicos con el objetivo de bajar la fiebre y paliar los dolores que provoca esta enfermedad.
  3. Sueros para mantener en todo momento hidratado al paciente y acelerar la llegada del antibiótico a los riñones donde se concentran las bacterias que provocan la infección.
Como hemos comentado, las pielonefritis en muchas ocasiones vienen precedidas por cistitis comunes que no son tratadas a tiempo. Es por ello muy importante abordar con rapidez cualquier caso de cistitis para evitar el agravamiento de la infección del tracto urinario y prevenir una pielonefritis. En algunos casos de repetición se pueden utilizar antibióticos de forma preventiva y en las embarazadas son importantes los análisis de orina para detectar infecciones aun cuando estas sean asintomáticas.

Complicaciones de la pielonefritis


En caso de un diagnóstico tardío o de no responder a los tratamientos habituales, las complicaciones más frecuentes de las pielonefritis son las que destacamos a continuación:
  • Pielonefritis bacteriana focal y abscesos renales: la bacteriana focal es el paso previo a un absceso renal. Se detecta más en niños y en mujeres que toman anticonceptivos orales. Los síntomas son muy similares a los de una pielonefritis aguda pero en este caso se presentan todos de forma más agresiva y no disminuyen lo suficiente con el tratamiento antibiótico convencional. Estas pielonefritis suelen requerir de tratamiento antibiótico más potente y durante más días (21 por norma general). En el caso de llegar a completarse el absceso la complicación se agrava aún más ya que puede provocar insuficiencia respiratoria e inestabilidad hemodinámica. Además del antibiótico prolongado estos casos requieren de drenaje quirúrgico e incluso extirpación del riñón afectado.
  • Necrosis papilar: se producen lesiones graves que provocan sangre en la orina además de intensos dolores que pueden llegar a confundirse con los de un cólico nefrítico. En estos casos, muere el tejido de los segmentos distales de las pirámides renales y se diagnostica mediante un TAC Multicorte. La necrosis papilar se da en casos de pielonefritis graves en personas con diabetes y en personas con trasplante renal.
  • Pielonefritis Xantogranulomatosa: el riñón sufre una inflamación crónica que sustituye su tejido funcional por macrófagos cargados de lípidos. Los síntomas son progresivos y difíciles de diferenciar de otras pielonefritis y en muchos casos solo se diagnostica cuando se ha tenido que recurrir a extraer el riñón afectado y se ha analizado éste en el laboratorio. De hecho, la extracción del riñón es el único tratamiento efectivo contra este tipo de pielonefritis.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.