Diccionario de enfermedades

Otitis

¿Cómo se diagnostica la otitis?
Una otitis es una infección de los oídos. Existen 2 formas claramente distintas de otitis:
  • Otitis externa. La infección se localiza en el canal auditivo externo, la zona entre el tímpano y la salida del canal auditivo a nivel de la oreja. Suele deberse a la presencia de humedad o suciedad en la zona.
  • Otitis media. La infección se localiza en el interior del oído, más allá del tímpano. Suele ser consecuencia de la llegada de gérmenes a través de la trompa de Eustaquio, un canal que comunica la garganta con el oído medio. Los catarros de vías superiores, la sinusitis, las anginas o las vegetaciones pueden taponar dicho canal y favorecer la llegada de gérmenes produciendo una otitis media.

¿Cuáles son las causas de la otitis?


Las causas de las otitis son:
  • Otitis externa. Puede ser de varios tipos:
  • Infección localizada en forma de furúnculo (grano infectado). Suele afectar a la zona de los pelos del interior de la oreja, en la parte más externa del conducto auditivo.
  • Otitis externa difusa aguda u otitis del nadador. Se trata de una infección de todo el conducto auditivo externo. Para adquirirla no es imprescindible haber nadado y la favorecen la humedad y el calor. El germen responsable suele ser una bacteria llamada Pseudomona aeruginosa.
  • Otitis externa crónica. Se debe a la presencia de una irritación crónica del conducto auditivo, generalmente por la presencia de una otitis media que ha perforado el tímpano y produce una secreción continua de pus que irrita al canal externo, o por la inserción de bastoncillos para limpiar el canal auditivo.
  • Otitis externa invasiva, también llamada necrotizante o maligna. Es una forma rara y muy grave, que puede llevar a la muerte, y que aparece en ancianos diabéticos u otras personas con alteraciones en sus defensas. Suele deberse a Pseudomona aeruginosa.
  • Otitis media. Puede ser:
  • Otitis media aguda. Se debe a la entrada de gérmenes procedentes de la nariz o de la faringe en el oído medio. Típicamente aparece tras una infección respiratoria, generalmente por virus. La infección puede ser por los mismos virus o debida a una complicación bacteriana.
  • Otitis media serosa. Consiste en la presencia de líquido en el oído medio sin asociarse a síntomas de otitis aguda. A veces es una alteración que se observa tras una otitis media aguda. Puede producir disminución de la audición, lo que en niños puede dar lugar a trastornos del aprendizaje.
  • Otitis media crónica. Se caracteriza por la supuración continua por el oído asociada a una perforación del tímpano.


¿Qué síntomas produce la infección?


Los síntomas característicos de las otitis son:
  • Las otitis externas agudas producen inicialmente picor local que posteriormente se transforma en dolor intenso. El dolor se agudiza al empujar el trago (zona cartilaginosa de la oreja situada por delante del canal auditivo) hacia adentro. El canal se encuentra enrojecido por dentro y, en ocasiones, puede eliminarse pus.
  • Las otitis externas crónicas se caracterizan fundamentalmente por picor más que por dolor, observándose un canal auditivo enrojecido. Debe diferenciarse de otras enfermedades que producen síntomas similares, como la dermatitis atópica, la dermatitis seborreica, la psoriasis, etc.
  • La otitis externa invasiva suele manifestarse como picor, dolor, enrojecimiento del canal auditivo y secreción purulenta durante meses, lo que lleva a sospechar en una otitis externa crónica. El dolor es superior a los hallazgos que se observan al explorar el oído. Puede complicarse con una infección del hueso occipital (osteomielitis occipital) o con una meningitis.
  • Las otitis de oído medio agudas producen un intenso dolor de oídos, pudiéndose asociar fiebre, disminución de la audición y emisión de líquido por el canal auditivo. Con frecuencia pueden asociarse pitidos en los oídos y vértigo. Se denomina otitis media aguda recurrente si se producen más de 3 episodios de otitis en 6 meses o más de 4 en 12 meses.
  • La otitis media serosa puede producir disminución de la audición, lo que puede llevar a trastornos del lenguaje y del aprendizaje en niños.
  • Otitis media crónica. Además de supuración crónica por el oído, suele asociarse a algún defecto de la audición. La presencia de una perforación crónica del tímpano puede favorecer el desarrollo de un colesteatoma al penetrar células del canal auditivo externo hacia el interior del oído medio. Estas células se van envolviendo con queratina y forman una especie de piedra, un colesteatoma.

¿Cómo se diagnostica?


El diagnóstico de la otitis externa es clínico, pudiéndose observar enrojecimiento del canal auditivo o emisión de pus al realizar una otoscopia, es decir, al mirar el canal auditivo con un aparato especial (otoscopio) consistente en una lupa con luz.

El diagnóstico de la otitis media requiere demostrar líquido en el oído medio que se sospecha al observar mediante otoscopia que el tímpano no se mueve al golpearle con aire (otoscopia neumática). También puede verse el tímpano enrojecido o incluso perforado.

¿Cuál es el tratamiento de la otitis?


El tratamiento depende del tipo de otitis.

En general en todas las otitis se recomienda tratamiento con analgésicos o anti-inflamatorios para calmar el dolor y reducir la inflamación:
  • Otitis externa:
  • Furunculosis (grano infectado). Suelen ser producidas por un germen llamado Stafilococo aureus y se tratan con un antibiótico específico para ese microorganismo por vía oral. En ocasiones puede ser necesario drenar si existe un absceso (colección de pus).
  • Otitis aguda difusa externa (otitis del nadador). Se debe lavar bien el canal auditivo para favorecer la acción de los medicamentos. Para ello se utilizan soluciones de suero salino hipertónico o mezclas de alcohol con ácido acético. El tratamiento se realiza con antibióticos administrados directamente en gotas en el interior del canal auditivo (por ejemplo ciprofloxacino en gotas). En ocasiones, si la inflamación es muy importante, pueden administrarse gotas de corticoides. Los antibióticos por boca no están indicados.
  • Otitis externa crónica. El tratamiento consiste en identificar y evitar el agente irritante responsable, aunque a veces la curación es difícil.
  • La otitis invasiva requiere tratamiento con antibióticos intravenosos de forma prolongada.
  • Otitis media:
  • En la otitis media aguda la indicación de tratamiento antibiótico de inicio es discutida. En general siempre se recomienda dar antibióticos en niños menores de 6 meses o a cualquier edad si existe fiebre, perforación timpánica, enfermedad de ambos oídos a la vez o si el paciente tiene las defensas bajas. En niños de entre 6 meses y 2 años existe también indicación de tratamiento si se demuestra líquido en el oído medio o hay síntomas agudos intensos, como dolor importante o vértigo. En el resto de situaciones se recomienda esperar administrando anti-inflamatorios y valorar iniciar antibióticos si la enfermedad persiste después de 48 a 72 horas. En casos graves puede estar indicado realizar una timpanocentesis, es decir, perforar el tímpano para que salga el pus del interior del oído medio. En los casos de otitis media recurrente se debe valorar colocar tubos de timpanostomía (tubos a través del tímpano), extirpar las anginas o extirpar las vegetaciones.
  • Otitis media serosa. En la mayoría de ocasiones el líquido desaparece de forma espontánea en unos meses sin necesidad de ningún tratamiento. Si hay líquido en ambos oídos durante más de 3 meses junto con pérdida de audición, hay indicación de tratamiento antibiótico o colocación de tubos de timpanostomía.
  • Otitis media crónica. El tratamiento es quirúrgico.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.