La
osteoporosis es una enfermedad muy frecuente que afecta sobre todo a las mujeres después de la menopausia. Consiste en la
pérdida progresiva de la masa ósea, tanto de su contenido mineral (descalcificación) como del tejido óseo, lo cual conduce a una mayor facilidad para que se produzcan fracturas.
¿Por qué se produce la osteoporosis?
La pérdida de hueso es un proceso natural que aparece con la edad. Cuando esta pérdida es mayor de la que correspondería para la edad del paciente hablamos de osteoporosis.
Se han descubierto diversos
factores que favorecen su desarrollo y que facilitan las fracturas:
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La edad avanzada.
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El sexo femenino.
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La presencia de familiares con fracturas.
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El peso escaso.
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El tabaquismo.
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El consumo de alcohol.
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Una escasa actividad física de forma temporal (hospitalizaciones o encamamiento prolongado) o mantenida en el tiempo (sedentarismo).
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Un consumo bajo de calcio.
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El déficit de estrógenos, por ejemplo tras una menopausia precoz.
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Numerosas enfermedades, muchas de origen endocrinológico o enfermedades de la sangre.
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La toma de diversos medicamentos, dentro de los cuales se encuentra la utilización crónica de corticoides y algunos antiepilépticos.
Otros factores se asocian con un mayor riesgo de fracturas al facilitar las caídas como:
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Una mala visión.
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La presencia de deterioro cognitivo o demencia.
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La inestabilidad al caminar.
El riesgo de fractura de una determinada persona puede conocerse de acuerdo a una ecuación que recoge diferentes factores de riesgo
http://www.sheffield.ac.uk/FRAX/tool.jsp?lang=sp
¿Qué síntomas produce la enfermedad?
La osteoporosis cursa con una mayor frecuencia de
fracturas de huesos, bien espontáneas (sin golpes, caídas ni traumatismos) o bien tras caídas.
Los huesos más afectados son las vértebras y la cadera, aunque hay predisposición a que se rompa cualquier hueso del cuerpo
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En general los
huesos mas afectados son las vértebras y la cadera, si bien hay predisposición para que se rompa cualquier hueso del cuerpo. La enfermedad no produce ninguna sintomatología salvo la derivada de las fracturas.
Los aplastamientos vertebrales se caracterizan por un intenso dolor en la espalda que aumenta con los movimientos. Sin embargo en muchas ocasiones son asintomáticos y se descubren de forma casual al hacerse una radiografía. Los aplastamientos, si son múltiples, pueden llevar a que disminuya la estatura, a desarrollar una curvatura de la espalda hacia delante (cifosis), a disminuir la capacidad pulmonar y a producir dolores crónicos de espalda.
La
fractura de cadera es una complicación frecuente en los pacientes con osteoporosis. Se asocia a un riesgo elevado de complicaciones y de deterioro de la situación física de la persona que la padece.
¿Qué personas deben ser estudiadas por si tuvieran osteoporosis?
El grupo de estudios preventivos americano recomienda realizar una
densitometría ósea (DEXA) para valorar la presencia de osteoporosis en:
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Todas las mujeres mayores de 65 años. Nueve de cada 100 mujeres de esta edad sin factores de riesgo para el desarrollo de osteoporosis, presentarán una fractura como consecuencia de dicha enfermedad durante los siguientes 10 años.
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Mujeres postmenopáusicas menores de 65 años pero con un riesgo de osteoporosis similar al de mujeres mayores de 65 años. Para ello recomiendan calcular el riesgo de osteoporosis http://www.sheffield.ac.uk/FRAX/tool.jsp?lang=sp y, en función del mismo, realizar o no un DEXA. Algunas guías recomiendan realizar el estudio en mujeres menores de 65 años que ya hayan tenido la menopausia y que tengan al menos 1 factor de riesgo para su desarrollo.
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Personas que ya hayan tenido una fractura como consecuencia de la osteoporosis.
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Personas que tengan enfermedades o sigan tratamientos que causen osteoporosis, aunque su riesgo estimado de osteoporosis no sea alto.
¿Cómo se diagnostica la presencia de osteoporosis?
El diagnóstico de osteoporosis se realiza mediante la realización de una
densitometría ósea (DEXA). Se suele medir la cantidad de masa ósea en las vértebras de la zona lumbar, en la cabeza del fémur o en el total de la cadera:
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T-score. Compara el resultado de la prueba con el de una población de personas sanas y jóvenes de igual sexo y raza. Cuando la cantidad de hueso en cualquiera de las localizaciones previas es comparativamente muy inferior (un valor superior a 2,5 desviaciones estándar o T-score <-2,5) se puede hablar de osteoporosis. Pérdidas menores de masa ósea (T-score entre < 1 y -2,5) indican una baja densidad ósea, existiendo un mayor riesgo para desarrollar osteoporosis en el futuro.
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Z-score. Compara el resultado de la prueba con el de una población de igual edad, sexo y raza.
La densitometría ósea debe repetirse tras unos años en función de los resultados obtenidos. Las personas con una importante pérdida de masa ósea y factores de riesgo para continuar perdiendo masa ósea, deben repetirse la prueba cada 2 años. Las personas con una prueba normal y sin factores de riesgo deben repetirla después de 10 o 15 años.
Otras técnicas para medir el grado de osteoporosis como la ecografía o la tomografía computarizada, no están tan avaladas como la DEXA.
En todo paciente con osteoporosis se deben realizar
análisis de sangre y de orina para descartar enfermedades que producen pérdida de la masa ósea.
¿Cuál es el tratamiento de la osteoporosis?
En general, el tratamiento se recomienda en mujeres postmenopaúsicas, o en varones mayores de 50 años, que hayan tenido una fractura vertebral o una fractura de cadera, o que tengan un T-score menor o igual a -2,5. También puede ser considerado en mujeres postmenopáusicas con un T-score entre -1 y -2,5 pero con factores de riesgo asociados (un familiar con fractura de cadera, bajo peso, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, tratamiento con corticoides o artritis reumatoide). El tratamiento en mujeres premenopáusicas, aunque tengan pérdida de hueso, no está claramente definido. El tratamiento consiste en:
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Eliminar todos los factores de riesgo que se asocian con osteoporosis, entre los que se encuentran el consumo de tabaco, el consumo de alcohol y los tratamientos prolongados con cortisona (si se puede).
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Mantener una actividad física continuada, evitando periodos prolongados de inmovilización. Además se deben prevenir las caídas, evitando las medicinas que produzcan adormecimiento o que se asocien con trastornos de la marcha o con la necesidad de levantarse frecuentemente por la noche.
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Realizar una alimentación rica en calcio, sobre todo en leche y sus derivados, alimentos enriquecidos en calcio y pescados. A pesar de seguir una dieta adecuada se suelen también prescribir suplementos de calcio y de vitamina D dado que no suelen producir efectos adversos y que han demostrado reducir el riesgo de fracturas.
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Los estrógenos administrados tras la menopausia (tratamiento hormonal sustitutivo oral o en parches) previenen la pérdida de masa ósea y reducen la tasa de fracturas. Son útiles si se administran cuando la menopausia ha sido reciente. Se ha observado que la utilización de estos tratamientos puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de cáncer de mama por lo que su recomendación se ha reducido de forma significativa en los últimos años. Actualmente se recomiendan en mujeres con menopausia prematura.
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Los bifosfonatos, alendronato (Fosamax®), risendronato (Actonel®), ibandronato (Boniva®) y ácido zoledrónico (Reclast®), son el tratamiento de primera línea para la osteoporosis. Están aprobados tanto para su prevención como para su tratamiento. Los bifosfonatos enlentecen la destrucción del hueso. Los tratamientos con bifosfonatos orales han demostrado su eficacia y su seguridad a largo plazo y son más baratos que el ácido zoledrónico, que puede administrarse intravenoso una única vez al año. Los bifosfonatos orales se deben tomar en ayunas con un gran vaso de agua, y luego permanecer de pie o sentado durante 30 o 60 minutos en función del medicamento que se utilice. Si no se siguen estas recomendaciones pueden aparecer molestias en el estómago.
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Los moduladores selectivos de la respuesta estrogénica (raloxifeno y tamoxifeno) mejoran la masa ósea y reducen la tasa de fracturas. A su vez protegen frente al cáncer de mama invasivo sin que, aparentemente, aumenten las complicaciones cardiovasculares. Se puede recomendar su uso en mujeres con osteoporosis que no puedan tolerar el tratamiento con bifosfonatos.
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Actualmente otros tratamientos, como la calcitonina, el flúor o la PTH son poco utilizados en el tratamiento de la osteoporosis. La PTH se utiliza en personas con osteoporosis grave que no pueden tolerar los bifosfonatos o que presentan una nueva fractura mientras reciben bifosfonatos.
¿Cómo se evalúa la eficacia del tratamiento de la osteoporosis?
En general se recomienda realizar
densitometrías cada 2 años a los pacientes tratados por osteoporosis. Si se produce una pérdida continuada de masa ósea puede estar indicado el cambio de medicación. En algunas situaciones pueden recomendarse análisis de sangre que evalúen marcadores de destrucción de hueso.
¿Puede prevenirse la osteoporosis y las fracturas?
La osteoporosis puede prevenirse evitando los factores de riesgo previamente referidos:
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Dieta. El consumo de calcio y vitamina D a lo largo de la vida adulta se asocia con el riesgo de desarrollar osteoporosis a edades avanzadas, de ahí la importancia de mantener una alimentación rica en calcio a lo largo de toda la vida. Se recomienda un consumo de calcio de 1000 o 1200 mg diarios, bien en forma de alimentos o como suplementos. No es aconsejable realizar consumo superiores a 2000 mg al día. El calcio se encuentra fundamentalmente en la leche y sus derivados y en vegetales de hoja verde. Se recomienda consumir diariamente un mínimo de 800 UI de vitamina D. Esta vitamina se encuentra en la yema de huevo, el queso y los pescados azules. Si su consumo no fuera suficiente, deben utilizarse suplementos vitamínicos.
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Ejercicio. El ejercicio aumenta la cantidad de hueso y reduce el riesgo de caídas. Debe hacerse ejercicio físico un mínimo de 30 minutos diarios, 3 veces a la semana. El beneficio del ejercicio desaparece poco tiempo después de haberlo abandonado, por lo que se debe ser constante en su realización.
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Tabaco. El tabaco favorece el desarrollo de osteoporosis, por lo que debe abandonarse.
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Medicamentos. Se debe evitar el uso prolongado de medicaciones que puedan reducir la cantidad de hueso, como los corticoides, la heparina y algunos antiepilépticos.
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Prevención de caídas. Se deben de evitar aquellas circunstancias que puedan favorecer las caídas:
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Retirar las alfombras de la casa que se muevan con facilidad.
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Retirar los cables que puedan favorecer el tropiezo.
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Mantener un adecuado alumbrado de la casa y del acceso a la misma.
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Evitar caminar por superficies resbaladizas como zonas recién enceradas, zonas con hielo o recién mojadas.
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Evitar caminar solo por zonas donde no se esté familiarizado.
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Evitar los medicamentos que puedan producir somnolencia o torpor mental.
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Hacer revisiones oftalmológicas periódicas para mantener una adecuada capacidad visual.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.