¿Qué es un golpe de calor?
Se habla de
golpe de calor para referirse al trastorno causado por un exceso de calor corporal. En esta situación, que se produce con más frecuencia durante los meses de verano, se llega a un estado de
fracaso termorregulatorio en la que el cuerpo alcanza
temperaturas superiores a los 40 grados centígrados. De no prestarse de forma urgente el tratamiento adecuado, el golpe de calor puede producir un
fallo multiorgánico que produzca el fallecimiento del paciente.
Golpe de calor: síntomas más frecuentes
Antes de llegar al colapso y la pérdida de consciencia, una serie de síntomas acompaña al golpe de calor. Entre ellos el más destacado es la fiebre alta, hasta el punto de superar los 40ª. La lista completa de síntomas del golpe de calor se compone de:
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Fiebre alta, superior a 40º C.
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Dolor de cabeza intenso.
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Alteración a nivel mental (confusión, irritabilidad, alucinaciones…).
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Náuseas y vómitos.
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Sequedad en la piel y ausencia de sudor.
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Taquicardia.
En ocasiones, el golpe de calor es inmediato, especialmente en casos de exposición prolongada a temperaturas muy elevadas. No obstante, en general se inicia con un periodo de 24-48 en el que los síntomas principales, junto a otros como la debilidad, se van manifestando. Una vez llegados al punto de máxima intensidad del trastorno una de las complicaciones más graves es la insuficiencia renal por deshidratación.
¿Qué causa un golpe de calor?
La aparición de un golpe de calor es la consecuencia de un fracaso en la capacidad del cuerpo para regular su temperatura. En ese sentido, los elementos que contribuyen a la pérdida de calor son la sudoración o el aumento de frecuencia cardiaca, entre otros. Estos mecanismos, sin embargo, pueden no ser suficientes por aspectos internos o ambientales. Llegado a este punto, hay dos causas principales para desencadenar un golpe de calor:
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Exposición prolongada a un grado de calor muy elevado que deriva en un aumento de la temperatura corporal. Con más afectación entre personas mayores y pacientes crónicos, también se produce con más frecuencia cuando el nivel de humedad es alta.
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Golpe de calor por esfuerzo como consecuencia de una actividad física intensa en un ambiente caluroso, sobre todo si la persona no está acostumbrada.
En cualquiera de los dos casos, la crisis termorreguladora se puede producir por estar demasiado cubierto de ropa, lo que evita que el sudor se evapore con facilidad; por deshidratación al no beber suficiente agua; o por motivos de otro tipo como el consumo de alcohol.
Qué hacer ante un golpe de calor
En el caso de presenciar un golpe de calor, lo más importante es dar
aviso inmediato al servicio de Emergencias. Mientras llegan, es recomendable llevar a cabo las siguientes acciones:
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Llevar a la persona afectada a un lugar fresco en posición semisentada para favorecer su respiración.
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Intentar que beba agua, pero en pequeñas cantidades.
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Quitar ropa.
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Abanicar o usar un ventilador.
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Aplicar paños con agua fría en frente, nuca y cuello.
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Ante un desmayo, tumbar con las piernas flexionadas.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.