-
La glucosa es un monosacárido y uno de los carbohidratos más importantes en la biología. Se trata de una hexosa -un tipo de azúcar de seis carbonos- y, en concreto, una aldohexosa, debido a su presencia en el grupo funcional aldehído en su estructura molecular. "La glucosa es una de las principales fuentes de energía para las células de los organismos vivos", ha destacado la miembro del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Cristina Tejera.
A nivel metabólico, la glucosa es clave para la glicólisis, conjunto de reacciones químicas por las que se descomponen algunos azúcares en el interior de la célula y se genera energía. Además, es un precursor para la síntesis de otras moléculas importantes, como glucógeno, ácidos grasos y aminoácidos no esenciales. La regulación de su concentración en sangre es crucial para la homeostasis -equilibrio de todos los sistemas del cuerpo humano para la supervivencia- y se controla mediante hormonas como la insulina y el glucagón.
La toma de alimentos es la principal fuente de glucosa para el ser humano. En concreto, una dieta rica en hidratos de carbono favorece a una mejor obtención de este tipo de azúcar.
¿Cómo se regula la glucosa?
La regulación de la glucosa se lleva a cabo principalmente a través de la acción coordinada de hormonas pancreáticas -insulina y glucagón-, además de otros factores hormonales y tejidos periféricos. "El equilibrio es crítico para el funcionamiento adecuado de las células y para prevenir condiciones patológicas", ha remarcado Tejera.
El mantenimiento de la glucosa en sangre dentro de rangos fisiológicos se logra mediante un sistema de retroalimentación negativa. Cuando los niveles de glucosa aumentan, se secreta insulina para reducir la glucemia -presencia de glucosa en sangre-. Pero, cuando estos son bajos, se libera glucagón para elevar este tipo de azúcar en el torrente sanguíneo. Este sistema asegura el suministro continuo de glucosa a las células, especialmente al cerebro.
Además de las variaciones de insulina y glucagón, la experta de la SEEN ha destacado que existen otros factores hormonales que afectan al proceso regulador. Por ejemplo, la adrenalina o noradrenalina elevan la glucosa en sangre, al igual que la hormona del crecimiento y el cortisol.
¿Qué supone una mala regulación de la glucosa?
La mala gestión de la glucosa puede tener implicaciones clínicas severas y afectar a los distinto sistemas en el cuerpo. Estas disfunciones pueden manifestarse en condiciones agudas y crónicas que alteran el metabolismo y la homeostasis general del organismo. Las principales patologías relacionadas con la regulación ineficaz de este tipo de azúcar son:
-
Diabetes: Enfermedad crónica por la que no se genera suficiente insulina y se mantienen niveles altos de azúcar en sangre. Esta puede ocasionar complicaciones en ojos, riñones, nervios y cerebro, a la vez que deribar en problemas cardiovasculares o arteriales.
-
Hipoglucemia: Niveles bajos de glucosa en sangre producidos por una sobredosificación de la insulina, medicación hipoglucemiante, ejercicio excesivo, ayuno prolongado o hiperproducción endógena de insulina patológica -insulinoma-. Esta puede provocar alteración psicomotora y cognitiva, convulsiones, coma, taquicardia, temblores o ansiedad, además de ser causa potencial de mortalidad.
-
Resistencia a la insulina: Condición en la que los tejidos diana responden de manera insuficiente a la acción de esta hormona. Las implicaciones incluyen obesidad central, displemia, hipertensión, riesgo de diabetes tipo 2 -la más peligrosa- o de enfermedad cardiovascular e inflamación crónica de bajo grado.
En caso de no controlarse corporalmente los niveles de glucosa, el paciente se debe someter a intervenciones farmacológicas, tanto insulínicas como no insulínicas. Además, tendrá que modificar su estilo de vida mediante una dieta más saludable y la realización de actividad física regular. La monitorización de la glucemia es obligatoria y tendrá que emplear distintas herramientas para ello, a la par que no dejar de recibir formación para mantener la cantidad de glucosa en sangre controlada y prevenir complicaciones asociadas a esta disfunción metabólica.
Medición de la glucosa en sangre
La medición de la glucosa en sangre es fundamental para el diagnóstico y manejo de distintas patologías. Se realiza principalmente para:
-
Diagnóstico de diabetes: mediante pruebas como la glucosa plasmática en ayunas, test de sobrecargo de glucosa y HbA1c.
-
Monitorización del control glucémico: Evaluar la eficacia del tratamiento a través del ajuste de insulina y medicamentos hipoglucemiantes para mantener niveles de glucosa en un rango objetivo.
-
Prevención de complicaciones: Detectar y prevenir complicaciones agudas como la cetoacidosis diabética y la hipoglucemia, así como complicaciones crónicas.
-
Evaluación de respuesta a intervenciones terapéuticas en diabetes: Monitorizar la respuesta a cambios en dieta, ejercicio y tratamiento para optimizar el control glucémico.
Para conseguir estos objetivos, se emplean distintas técnicas:
-
Glucemia en ayunas: Determina los niveles de azúcar en sangre tras un ayuno mínimo de ocho horas. Es la primera prueba que se realiza para diagnosticar los trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono, especialmente la diabetes mellitus y las hipoglucemias
-
Glucemia postprandial: Se trata de una evaluación realizada tras comer, cuando los niveles de glucosa en sangre se eleven ligeramente durante las dos primeras horas. El nivel de glucosa en sangre tras las comidas (glucemia postprandial) no debe superar los 160 mg/dL a los 60-90 minutos después de comer, y después volver a valores normales a las 3 horas.
-
Glucemia aleatoria o al azar: Mide la cantidad de glucosa en una muestra de sangre en cualquier momento del día, independientemente de cuándo se ha comido por última vez. En personas sanas, los niveles de glucosa en sangre no varían de forma significativa durante el día. Es por ello que, grandes oscilaciones de la glucosa pueden indicar que hay un problema. Niveles de glucemia aleatoria mayores o iguales a 200 mg/dL (11,1 mmol/L) pueden indicar la existencia de diabetes.
-
Test de sobrecarga oral de glucosa: Se realiza en algunas personas para saber si son diabéticas o no y para evaluar el riesgo de desarrollar diabetes en el futuro. Para hacerlo se administra, en ayunas, una bebida que contiene 75g de glucosa y se determina la glucosa en sangre antes, a la hora y a las dos horas. Esta prueba se suele realizar para diagnosticar la diabetes que se produce durante el embarazo (diabetes gestacional).
-
Hemoglobina glicosilada (HbA1C): Mide la cantidad de azúcar adherido a los glóbulos rojos. Puede utilizarse para el diagnóstico de la diabetes. También indica el control de la diabetes en los últimos dos o tres meses y si es necesario cambiar el tratamiento.
-
Otros métodos: A nivel diario, se emplea la glucemia capilar mediante punción digital y el uso de un glucómetro que emplea métodos enzimáticos. Asimismo, se puede utilizar la monitorización de glucosa intersticial mediante sensores y la medición de cuerpos cetónicos -habituales en diabetes mellitus e inanición- a nivel capilar u orina.
¿Qué se tiene que hacer antes de realizar una prueba de medición de glucosa?
Por norma general, las muestras suelen ser obtenidas de una vena del brazo. Además, el paciente debe comentar al médico todos los medicamentos, productos a base de hierbas, vitaminas y suplementos que está tomando. A partir de ahí, las técnicas de medición cuentan con determinadas características:
-
Glucemia en ayunas: Para su realización no se debe comer ni beber nada que no sea agua desde ocho horas antes de la extracción de la muestra de sangre. A los diabéticos se les puede pedir que esperen a la toma de su medicación o inyección de la insulina de la mañana. También se les puede realizar una glucemia aleatoria que no requiere el ayuno.
-
Glucemia postprandial: La extracción de las muestras de sangre se debe llevar a cabo a las dos horas exactas de haber comido.
-
Glucemia aleatoria y hemoglobina glicosilada: Ninguna de las dos requiere una preparación especial ni ayuno previo.
-
Test de sobrecarga oral a la glucosa: Se debe seguir una dieta especial los tres días anteriores a la realización de la misma. No se debe comer, beber, fumar o realizar ejercicio vigoroso al menos 10 horas antes de la extracción de la primera muestra de sangre.
Resultados de un análisis de glucosa preprandial en sangre
Los niveles adecuados de glucosa en sangre varían según el tipo de prueba y las condiciones del paciente, por lo que el facultativo debe tener en cuenta el historial clínico del paciente. Primero se indicarán los valores habituales en las pruebas que se realizan antes de la ingesta de alimentos (preprandial):
Glucemia en ayunas:
1. En personas sanas, la glucosa debe encontrarse entre los 70 mg/dL y los 100 mg/dL.
2. En casos de prediabetes, los valores están entre los 100 y los 125 mg/dL.
3. Las personas con más de 126 mg/dL -detectadas en dos ocasiones separadas, según Tejera- padecen de diabetes.
Prueba de sobrecarga oral a la glucosa (persona no gestante):
1. En personas sanas, la glucosa debe estar es menos de 100 mg/dL.
2. En prediabéticos, los valores están entre los 100 y los 125 mg/dL.
3. Una persona con más de 200 mg/dL -en dos ocasiones distintas-, independientemente de la hora de con ingesta, padecerá diabetes.
Glucosa capilar (objetivos personalizados según el paciente). Sin embargo, en términos generales, se consideran normales:
1. Sociedad Americana de Diabetes: En ayunas, 90-130 mg/dL.
2. SEEN: En ayunas, menos de 110 mg/dL.
3. Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos: En ayunas, menos de 110 mg/dL.
Resultados de un análisis de glucosa postprandial en sangre
En el caso de las pruebas que se llevan a cabo después de comer (postprandial), estos son los niveles adecuados y excesivos:
Prueba de sobrecarga oral a la glucosa (persona no gestante):
4. En personas sanas que han comido hace dos horas, el valor debería estar en menos de 140 mg/dL.
5. En prediabéticos, si se ha ingerido comida dos horas antes, entre los 140 y los 199 mg/dL.
6. Una persona con más de 200 mg/dL -en dos ocasiones distintas-, independientemente de la hora de con ingesta, padecerá diabetes.
Glucosa capilar (objetivos personalizados según el paciente). Sin embargo, en términos generales, se consideran normales:
4. Sociedad Americana de Diabetes: En postprandial, menos de 180 mg/dL.
5. SEEN: En postprandial, menos de 180 mg/dL.
6. Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos: En postprandial, menos de 140 mg/dL.
Glucemia postprandial:
-
Hasta 50 años: Glucemia menos de 140 mg/dL.
-
Entre 50 y 60 años: Glucemia menos de 150 mg/dL.
-
Mayores de 60 años: Glucemia menos de160 mg/dL.
Resultados de un análisis de glucosa en sangre en otras pruebas
En el resto de test, los resultados serían los siguientes:
Hemoglobina Glicosilada (HbA1c):
-
Normal: Menos de 5.7 por ciento de glucosa en sangre.
-
Prediabetes: Entre el 5.7- 6.4 por ciento.
-
Diabetes: Por encima del 6.5 por ciento, confirmado en al menos dos ocasiones separadas.
Monitorización continua de glucosa (sensor):
-
Rango normal de tiempo en rango: Normoglucemia: 70-140 mg/dL
-
Rango para personas con diabetes: Mantener la glucosa entre 70-180 mg/dL al menos el 70 por ciento del tiempo. No obstante, los objetivos son personalizados.
Glucemia aleatoria:
Los valores dependen de la cantidad de alimento ingerido en la última comida. En general, oscilan entre 80 y 120 mg/dL antes de comer o al levantarse por la mañana y 100 y 140 mg/dL al acostarse.
Resultados de un análisis de glucosa en sangre en caso de hipoglucemia
En el caso de la hipoglucemia, la Sociedad Americana de Diabetes establece los siguientes valores:
-
Nivel 1: Entre 54 y 70 mg/dL.
-
Nivel 2: Menos de 54 mg/dL.
-
Nivel 3: Glucemia baja por alteración del estado mental/físico de la persona que lo padece.
Hay que destacar que hay personas sanas con niveles por debajo de los 70 mg/dL. Los facultativos deben prestar atención cuando este déficit va acompañado de síntomas.
¿Qué hay tras la hiperglucemia?
Cuando los niveles de glucosa en sangre están por encima de los 126 mg/dL en dos ocasiones distintas, se considera que una persona sufre hiperglucemia. "Resulta de una completa interacción entre en la producción y acción de insulina, aumentos en la producción de glucosa hepática, disfunciones hormonales, factores externos como medicamentos y condiciones fisiológicas, y errores en el manejo de la diabetes", ha apuntado la experta de SEEN.
Como ha señalado Tejera, la diabetes es la causa principal de la hiperglucemia primaria. No obstante, en hiperglucemia secundaria, puede provenir de una amplia gama de patologías:
-
Enfermedad pancreática: pancreatitis, infiltración pancreática, traumatismo pancreático...
-
Trastornos endocrinos: acromegalia, síndrome de Cushing, tirotoxicosis, feocromocitoma, hiperaldosteronismo, glucagonoma, somatostatina...
-
Fármacos y tóxicos: glucocorticoides, diuréticos tiazídicos, β-adrenérgicos, fenitoína, anticonceptivos orales, opiáceos, quinina, éter, cafeína...
-
Otros: Insuficiencia renal crónica, hepatopatía crónica, infecciones, estrés, traumatismos craneales, infarto de miocardio, embarazo, acantosis nigricans, síndrome de Down, síndrome de Klinefelter, porfirias...
En ambos casos, la hiperglucemia está asociada a una serie de complicaciones:
-
Efectos Agudos: Poliuria, polidipsia, pérdida de peso y riesgo de descompensación cetósica (cetoacidosis diabética, situación hiperosmolarno cetósica).
-
Efectos Crónicos: Daño microvascular (retinopatía diabética, nefropatía diabética y neuropatía diabética); Daño macrovascular (Aumento del riesgo de enfermedades cardiovascular, incluidas enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y enfermedad arterial periférica). También está detrás del pie diabético, disfunción eréctil, problemas de fertilidad, enfermedad hepática metabólica…
-
Impacto Metabólico: Alteraciones en el metabolismo lipídico y en la homeostasis de algunos electrolitos.
¿Qué hay tras la hipoglucemia?
Las personas que se encuentran por debajo de los 45 mg/dL de glucosa en sangre suelen ser pacientes con hipoglucemia. "Suele venir causada por causada por una variedad de factores que incluyen exceso de insulina, ingesta insuficiente de glucosa, ejercicio excesivo, alteraciones en el metabolismo hepático, desregulación hormonal, consumo de alcohol y condiciones médicas subyacentes", ha enumerado Tejera. Asimismo, la diarrea, los vómitos, la sepsis bacteriana, la malaria, el síndrome de Reye o los tumores encefálicos pueden desencadenar este mal. También la desnutrición extrema o la malabsorción.
Entre las consecuencias de la hipoglucemia están:
Efectos neurológicos: Puede causar temblores, sudoración excesiva, palpitaciones, hambre intensa y ansiedad. A medida que la glucosa en sangre disminuye, puede haber confusión, dificultad para concentrarse, irritabilidad, y descoordinación motora. En casos graves, puede llevar a pérdida de conciencia, convulsiones o coma.
La glucosa es un monosacárido y uno de los carbohidratos más importantes en la biología. Se trata de una hexosa -un tipo de azúcar de seis carbonos- y, en concreto, una aldohexosa, debido a su presencia en el grupo funcional aldehído en su estructura molecular. "La glucosa es una de las principales fuentes de energía para las células de los organismos vivos", ha destacado la miembro del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Cristina Tejera.
A nivel metabólico, la glucosa es clave para la glicólisis, conjunto de reacciones químicas por las que se descomponen algunos azúcares en el interior de la célula y se genera energía. Además, es un precursor para la síntesis de otras moléculas importantes, como glucógeno, ácidos grasos y aminoácidos no esenciales. La regulación de su concentración en sangre es crucial para la homeostasis -equilibrio de todos los sistemas del cuerpo humano para la supervivencia- y se controla mediante hormonas como la insulina y el glucagón.
La toma de alimentos es la principal fuente de glucosa para el ser humano. En concreto, una dieta rica en hidratos de carbono favorece a una mejor obtención de este tipo de azúcar.
¿Cómo se regula la glucosa?
La regulación de la glucosa se lleva a cabo principalmente a través de la acción coordinada de hormonas pancreáticas -insulina y glucagón-, además de otros factores hormonales y tejidos periféricos. "El equilibrio es crítico para el funcionamiento adecuado de las células y para prevenir condiciones patológicas", ha remarcado Tejera.
El mantenimiento de la glucosa en sangre dentro de rangos fisiológicos se logra mediante un sistema de retroalimentación negativa. Cuando los niveles de glucosa aumentan, se secreta insulina para reducir la glucemia -presencia de glucosa en sangre-. Pero, cuando estos son bajos, se libera glucagón para elevar este tipo de azúcar en el torrente sanguíneo. Este sistema asegura el suministro continuo de glucosa a las células, especialmente al cerebro.
Además de las variaciones de insulina y glucagón, la experta de la SEEN ha destacado que existen otros factores hormonales que afectan al proceso regulador. Por ejemplo, la adrenalina o noradrenalina elevan la glucosa en sangre, al igual que la hormona del crecimiento y el cortisol.
¿Qué supone una mala regulación de la glucosa?
La mala gestión de la glucosa puede tener implicaciones clínicas severas y afectar a los distinto sistemas en el cuerpo. Estas disfunciones pueden manifestarse en condiciones agudas y crónicas que alteran el metabolismo y la homeostasis general del organismo. Las principales patologías relacionadas con la regulación ineficaz de este tipo de azúcar son:
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Diabetes: Enfermedad crónica por la que no se genera suficiente insulina y se mantienen niveles altos de azúcar en sangre. Esta puede ocasionar complicaciones en ojos, riñones, nervios y cerebro, a la vez que deribar en problemas cardiovasculares o arteriales.
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Hipoglucemia: Niveles bajos de glucosa en sangre producidos por una sobredosificación de la insulina, medicación hipoglucemiante, ejercicio excesivo, ayuno prolongado o hiperproducción endógena de insulina patológica -insulinoma-. Esta puede provocar alteración psicomotora y cognitiva, convulsiones, coma, taquicardia, temblores o ansiedad, además de ser causa potencial de mortalidad.
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Resistencia a la insulina: Condición en la que los tejidos diana responden de manera insuficiente a la acción de esta hormona. Las implicaciones incluyen obesidad central, displemia, hipertensión, riesgo de diabetes tipo 2 -la más peligrosa- o de enfermedad cardiovascular e inflamación crónica de bajo grado.
En caso de no controlarse corporalmente los niveles de glucosa, el paciente se debe someter a intervenciones farmacológicas, tanto insulínicas como no insulínicas. Además, tendrá que modificar su estilo de vida mediante una dieta más saludable y la realización de actividad física regular. La monitorización de la glucemia es obligatoria y tendrá que emplear distintas herramientas para ello, a la par que no dejar de recibir formación para mantener la cantidad de glucosa en sangre controlada y prevenir complicaciones asociadas a esta disfunción metabólica.
¿Cómo se mide la glucosa en sangre?
La medición de la glucosa en sangre es fundamental para el diagnóstico y manejo de distintas patologías. Se realiza principalmente para:
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Diagnóstico de diabetes: mediante pruebas como la glucosa plasmática en ayunas, test de sobrecargo de glucosa y HbA1c.
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Monitorización del control glucémico: Evaluar la eficacia del tratamiento a través del ajuste de insulina y medicamentos hipoglucemiantes para mantener niveles de glucosa en un rango objetivo.
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Prevención de complicaciones: Detectar y prevenir complicaciones agudas como la cetoacidosis diabética y la hipoglucemia, así como complicaciones crónicas.
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Evaluación de respuesta a intervenciones terapéuticas en diabetes: Monitorizar la respuesta a cambios en dieta, ejercicio y tratamiento para optimizar el control glucémico.
Para conseguir estos objetivos, se emplean distintas técnicas:
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Glucemia en ayunas: Determina los niveles de azúcar en sangre tras un ayuno mínimo de ocho horas. Es la primera prueba que se realiza para diagnosticar los trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono, especialmente la diabetes mellitus y las hipoglucemias
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Glucemia postprandial: Se trata de una evaluación realizada tras comer, cuando los niveles de glucosa en sangre se eleven ligeramente durante las dos primeras horas. El nivel de glucosa en sangre tras las comidas (glucemia postprandial) no debe superar los 160 mg/dL a los 60-90 minutos después de comer, y después volver a valores normales a las 3 horas.
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Glucemia aleatoria o al azar: Mide la cantidad de glucosa en una muestra de sangre en cualquier momento del día, independientemente de cuándo se ha comido por última vez. En personas sanas, los niveles de glucosa en sangre no varían de forma significativa durante el día. Es por ello que, grandes oscilaciones de la glucosa pueden indicar que hay un problema. Niveles de glucemia aleatoria mayores o iguales a 200 mg/dL (11,1 mmol/L) pueden indicar la existencia de diabetes.
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Test de sobrecarga oral de glucosa: Se realiza en algunas personas para saber si son diabéticas o no y para evaluar el riesgo de desarrollar diabetes en el futuro. Para hacerlo se administra, en ayunas, una bebida que contiene 75g de glucosa y se determina la glucosa en sangre antes, a la hora y a las dos horas. Esta prueba se suele realizar para diagnosticar la diabetes que se produce durante el embarazo (diabetes gestacional).
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Hemoglobina glicosilada (HbA1C): Mide la cantidad de azúcar adherido a los glóbulos rojos. Puede utilizarse para el diagnóstico de la diabetes. También indica el control de la diabetes en los últimos dos o tres meses y si es necesario cambiar el tratamiento.
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Otros métodos: A nivel diario, se emplea la glucemia capilar mediante punción digital y el uso de un glucómetro que emplea métodos enzimáticos. Asimismo, se puede utilizar la monitorización de glucosa intersticial mediante sensores y la medición de cuerpos cetónicos -habituales en diabetes mellitus e inanición- a nivel capilar u orina.
¿Qué se tiene que hacer antes de realizar una prueba de medición de glucosa?
Por norma general, las muestras suelen ser obtenidas de una vena del brazo. Además, el paciente debe comentar al médico todos los medicamentos, productos a base de hierbas, vitaminas y suplementos que está tomando. A partir de ahí, las técnicas de medición cuentan con determinadas características:
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Glucemia en ayunas: Para su realización no se debe comer ni beber nada que no sea agua desde ocho horas antes de la extracción de la muestra de sangre. A los diabéticos se les puede pedir que esperen a la toma de su medicación o inyección de la insulina de la mañana. También se les puede realizar una glucemia aleatoria que no requiere el ayuno.
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Glucemia postprandial: La extracción de las muestras de sangre se debe llevar a cabo a las dos horas exactas de haber comido.
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Glucemia aleatoria y hemoglobina glicosilada: Ninguna de las dos requiere una preparación especial ni ayuno previo.
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Test de sobrecarga oral a la glucosa: Se debe seguir una dieta especial los tres días anteriores a la realización de la misma. No se debe comer, beber, fumar o realizar ejercicio vigoroso al menos 10 horas antes de la extracción de la primera muestra de sangre.
Resultados de un análisis de glucosa preprandial en sangre
Los niveles adecuados de glucosa en sangre varían según el tipo de prueba y las condiciones del paciente, por lo que el facultativo debe tener en cuenta el historial clínico del paciente. Primero se indicarán los valores habituales en las pruebas que se realizan antes de la ingesta de alimentos (preprandial):
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En personas sanas, la glucosa debe encontrarse entre los 70 mg/dL y los 100 mg/dL.
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En casos de prediabetes, los valores están entre los 100 y los 125 mg/dL.
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Las personas con más de 126 mg/dL -detectadas en dos ocasiones separadas, según Tejera- padecen de diabetes.
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Prueba de sobrecarga oral a la glucosa (persona no gestante):
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En personas sanas, la glucosa debe estar es menos de 100 mg/dL.
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En prediabéticos, los valores están entre los 100 y los 125 mg/dL.
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Una persona con más de 200 mg/dL -en dos ocasiones distintas-, independientemente de la hora de con ingesta, padecerá diabetes.
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Glucosa capilar (objetivos personalizados según el paciente). Sin embargo, en términos generales, se consideran normales:
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Sociedad Americana de Diabetes: En ayunas, 90-130 mg/dL.
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SEEN: En ayunas, menos de 110 mg/dL.
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Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos: En ayunas, menos de 110 mg/dL.
Resultados de un análisis de glucosa postprandial en sangre
En el caso de las pruebas que se llevan a cabo después de comer (postprandial), estos son los niveles adecuados y excesivos:
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Prueba de sobrecarga oral a la glucosa (persona no gestante):
-
En personas sanas que han comido hace dos horas, el valor debería estar en menos de 140 mg/dL.
-
En prediabéticos, si se ha ingerido comida dos horas antes, entre los 140 y los 199 mg/dL.
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Una persona con más de 200 mg/dL -en dos ocasiones distintas-, independientemente de la hora de con ingesta, padecerá diabetes.
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Glucosa capilar (objetivos personalizados según el paciente). Sin embargo, en términos generales, se consideran normales:
-
Sociedad Americana de Diabetes: En postprandial, menos de 180 mg/dL.
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SEEN: En postprandial, menos de 180 mg/dL.
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Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos: En postprandial, menos de 140 mg/dL.
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Hasta 50 años: Glucemia menos de 140 mg/dL.
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Entre 50 y 60 años: Glucemia menos de 150 mg/dL.
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Mayores de 60 años: Glucemia menos de160 mg/dL.
Resultados de un análisis de glucosa en sangre en otras pruebas
En el resto de test, los resultados serían los siguientes:
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Hemoglobina Glicosilada (HbA1c):
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Normal: Menos de 5.7 por ciento de glucosa en sangre.
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Prediabetes: Entre el 5.7- 6.4 por ciento.
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Diabetes: Por encima del 6.5 por ciento, confirmado en al menos dos ocasiones separadas.
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Monitorización continua de glucosa (sensor):
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Rango normal de tiempo en rango: Normoglucemia: 70-140 mg/dL
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Rango para personas con diabetes: Mantener la glucosa entre 70-180 mg/dL al menos el 70 por ciento del tiempo. No obstante, los objetivos son personalizados.
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Los valores dependen de la cantidad de alimento ingerido en la última comida. En general, oscilan entre 80 y 120 mg/dL antes de comer o al levantarse por la mañana y 100 y 140 mg/dL al acostarse.
Resultados de un análisis de glucosa en sangre en caso de hipoglucemia
En el caso de la hipoglucemia, la Sociedad Americana de Diabetes establece los siguientes valores:
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Nivel 1: Entre 54 y 70 mg/dL.
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Nivel 2: Menos de 54 mg/dL.
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Nivel 3: Glucemia baja por alteración del estado mental/físico de la persona que lo padece.
Hay que destacar que hay personas sanas con niveles por debajo de los 70 mg/dL. Los facultativos deben prestar atención cuando este déficit va acompañado de síntomas.
¿Qué hay tras la hiperglucemia?
Cuando los niveles de glucosa en sangre están por encima de los 126 mg/dL en dos ocasiones distintas, se considera que una persona sufre hiperglucemia. "Resulta de una completa interacción entre en la producción y
acción de insulina, aumentos en la producción de glucosa hepática, disfunciones hormonales, factores externos como medicamentos y condiciones fisiológicas, y errores en el manejo de la diabetes", ha apuntado la experta de SEEN.
Como ha señalado Tejera, la diabetes es la causa principal de la hiperglucemia primaria. No obstante, en hiperglucemia secundaria, puede provenir de una amplia gama de patologías:
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Enfermedad pancreática: pancreatitis, infiltración pancreática, traumatismo pancreático...
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Trastornos endocrinos: acromegalia, síndrome de Cushing, tirotoxicosis, feocromocitoma, hiperaldosteronismo, glucagonoma, somatostatina...
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Fármacos y tóxicos: glucocorticoides, diuréticos tiazídicos, β-adrenérgicos, fenitoína, anticonceptivos orales, opiáceos, quinina, éter, cafeína...
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Otros: Insuficiencia renal crónica, hepatopatía crónica, infecciones, estrés, traumatismos craneales, infarto de miocardio, embarazo, acantosis nigricans, síndrome de Down, síndrome de Klinefelter, porfirias...
En ambos casos, la hiperglucemia está asociada a una serie de complicaciones:
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Efectos Agudos: Poliuria, polidipsia, pérdida de peso y riesgo de descompensación cetósica (cetoacidosis diabética, situación hiperosmolarno cetósica).
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Efectos Crónicos: Daño microvascular (retinopatía diabética, nefropatía diabética y neuropatía diabética); Daño macrovascular (Aumento del riesgo de enfermedades cardiovascular, incluidas enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y enfermedad arterial periférica). También está detrás del pie diabético, disfunción eréctil, problemas de fertilidad, enfermedad hepática metabólica…
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Impacto Metabólico: Alteraciones en el metabolismo lipídico y en la homeostasis de algunos electrolitos.
¿Qué hay tras la hipoglucemia?
Las personas que se encuentran por debajo de los 45 mg/dL de glucosa en sangre suelen ser pacientes con hipoglucemia. "Suele venir causada por causada por una variedad de factores que incluyen exceso de insulina, ingesta insuficiente de glucosa, ejercicio excesivo, alteraciones en el metabolismo hepático, desregulación hormonal, consumo de alcohol y condiciones médicas subyacentes", ha enumerado Tejera. Asimismo, la diarrea, los vómitos, la sepsis bacteriana, la malaria, el síndrome de Reye o los tumores encefálicos pueden desencadenar este mal. También la desnutrición extrema o la malabsorción.
Entre las consecuencias de la hipoglucemia están:
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Efectos neurológicos: Puede causar temblores, sudoración excesiva, palpitaciones, hambre intensa y ansiedad. A medida que la glucosa en sangre disminuye, puede haber confusión, dificultad para concentrarse, irritabilidad, y descoordinación motora. En casos graves, puede llevar a pérdida de conciencia, convulsiones o coma.
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Efectos cardiovasculares: La hipoglucemia severa puede afectar el sistema cardiovascular y por ende aumentar el riesgo de arritmias cardíacas debido a alteraciones en los electrolitos y cambios en la excitabilidad cardíaca.
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Daño neurológico a largo plazo: Episodios repetidos de hipoglucemia severa pueden provocar deterioro cognitivo y afectar la memoria.
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Impacto en la Calidad de Vida: La preocupación por la hipoglucemia y el manejo constante de los niveles de glucosa pueden afectar negativamente la calidad de vida y el bienestar emocional de los pacientes. La hipoglucemia severa puede afectar el sistema cardiovascular y por ende aumentar el riesgo de arritmias cardíacas debido a alteraciones en los electrolitos y cambios en la excitabilidad cardíaca.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.