¿Qué es una gasometría?
Una
gasometría sirve para conocer las cantidades de oxígeno (pO2) y dióxido de carbono (pCO2) que viajan por la sangre, la saturación de oxígeno de la sangre y el pH de la misma, es decir su grado de acidez.
Dado que la sangre arterial es la sangre oxigenada, la que trasporta el oxígeno desde el corazón y los pulmones hacia el resto del cuerpo, y que la sangre venosa es la que viene de vuelta hacia el corazón y los pulmones para recargarse de oxígeno, se entiende que hay diferencias muy importantes en la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono entre ambos tipos de sangre. La cantidad de oxígeno que nos interesa es la de la sangre arterial, para ver si se está llevando un buen aporte de oxígeno a todo el cuerpo.
¿En qué consiste la gasometría?
Una gasometría consiste en obtener sangre desde una arteria. Habitualmente la sangre es extraída mediante un pinchazo en la
arteria radial que se encuentra en la muñeca. La sangre arterial puede también ser obtenida en otras arterias, como la arteria braquial, en la flexura del codo, o la arteria femoral, en la ingle.
¿Cuándo se solicita una gasometría?
Una gasometría se solicita cuando se necesita conocer las cantidades de oxígeno y de dióxido de carbono que están siendo transportadas por la sangre hacia todo el cuerpo. Es una determinación que generalmente nos indica el funcionamiento de los pulmones y del corazón.
Se solicita cuando existe sensación de falta de aire
(disnea), cuando el paciente tiene mucha somnolencia, para descartar que se esté reteniendo CO2, en situaciones en las que se quiera saber si la sangre tiene más tendencia a estar ácida (acidosis) o alcalina
(alcalosis) y en otras circunstancias.
¿Cómo debe prepararse el paciente para una gasometría?
No se requiere una preparación especial para la realización de una gasometría. No tiene que hacerse en ayunas.
Para que puedan interpretarse bien los resultados, es importante que el paciente haya estado respirando aire con la misma cantidad de oxígeno (bien sea aire ambiente u oxígeno, pero siempre a la misma concentración) durante los 30 minutos previos.
Contraindicaciones
Los pacientes en tratamiento con medicinas que hacen más líquida la sangre (anticoagulantes) deben presionar el lugar de inyección durante un tiempo prolongado (mayor que en los análisis de sangre habituales que se obtienen de una vena) para evitar que se formen hematomas (moratones).
¿Cómo se hace una gasometría?
El paciente coloca su brazo hacia arriba. El médico o la enfermera limpia la zona con alcohol y palpa el latido para localizar la arteria. Posteriormente introduce una aguja, de un tamaño normal, para extraer la sangre. La sangre sale de forma espontánea dado que la presión dentro de una arteria es muy superior a la de una vena (el lugar desde donde normalmente se obtiene la sangre en los análisis). Tras obtener la sangre se comprime unos 2 minutos con una gasa. La obtención de una gasometría es algo más dolorosa que la obtención de un análisis normal de sangre. En ocasiones la sangre obtenida no es sangre de arteria sino de vena y hay que repetir el análisis.
Efectos adversos
No suelen existir efectos adversos. Existe un mayor riesgo de sangrado en el lugar del pinchazo o de
hematoma (moratón) que en un análisis normal desde una vena porque la sangre sale con más fuerza desde las arterias.
¿Existe algún cuidado posterior a la gasometría?
No, salvo apretar la zona de la inyección algo más de tiempo que si se tratara de una análisis normal. Se recomienda apretar 2 minutos, o más si el paciente recibe tratamiento con medicinas que dificultan la coagulación de la sangre.
¿Cómo se interpreta la gasometría?
Se determina el
pH (acidez de la sangre), la pO2 y la pCO2. El pH debe estar entre 7,35 y 7,45. Por debajo de 7,35 se dice que existe acidosis y por encima de 7,45 alcalosis. La acidosis y alcalosis aparecen en diversas enfermedades. La concentración normal de oxígeno en sangre (pO2) debe situarse por encima de 75 mmHg. Valores por debajo de 60 mmHg indican insuficiencia respiratoria. La pCO2 debe estar por debajo de 45 mmHg. Cifras superiores indican retención de dióxido de carbono
(hipercapnia). La saturación de oxígeno de la sangre debe ser superior al 94%.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.