Diccionario de enfermedades

Esquizofrenia

¿Cuál es su pronóstico de la esquizofrenia?
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que se caracteriza por alteraciones a nivel de la percepción de la realidad (el paciente no sabe discernir entre lo que es real y lo que es imaginado), en las relaciones afectivas, la actividad social, el lenguaje, el pensamiento y la voluntad. Los pacientes suelen tener problemas en su relación con la familia, los amigos, el colegio, la actividad laboral y, en general, en su relación global con otras personas.

El comienzo de la enfermedad suele iniciarse tras la adolescencia o en la juventud y suele ser progresivo, aunque a veces el inicio es brusco. La esquizofrenia afecta a 8 de cada 1000 personas de la población. La enfermedad no tiene cura pero puede controlarse con tratamiento adecuado.

Causas de la esquizofrenia


Las causas de la esquizofrenia son desconocidas. Se han identificado diversas alteraciones neurobiológicas y cognitivas (déficit de atención y alteraciones en el procesamiento de la información), que favorecerían el desarrollo de la enfermedad cuando se produjeran diversas situaciones precipitantes.

Dichas alteraciones, que harían al paciente vulnerable para padecer la enfermedad, podrían tener una causa genética o programada desde el nacimiento. En este sentido se han identificado diversos factores que se asocian con mayor riesgo de padecerla:
  • Factores genéticos (hereditarios).
  • Edad avanzada de los padres en el momento del nacimiento del paciente.
  • Alteraciones tempranas en el desarrollo.
Estas alteraciones de nacimiento podrían favorecer el desarrollo posterior de esquizofrenia de forma espontánea o, en ocasiones, ante la presencia de determinadas situaciones precipitantes, como el consumo de marihuana o la aparición de situaciones especialmente estresantes.

Síntomas de la esquizofrenia


Los síntomas de la esquizofrenia son muy variados. Estos síntomas pueden controlarse con el tratamiento pero posteriormente pueden volver a reaparecer, lo que se denomina evolución en brotes. Los síntomas pueden ser:
  • Síntomas positivos (positivos indica que son síntomas que no se observan en personas sin esquizofrenia):
  • Ideas delirantes. Consisten en ideas repetitivas y sin sentido, no basadas en hecho reales o ciertos. Por ejemplo, los pacientes pueden pensar que alguien está manipulando su mente, sus sentimientos o sus acciones, pueden creer que son Dios o el demonio, pueden pensar que alguien les persigue, que quieren matarle o que conspiran contra él.
  • Alucinaciones. Consiste en la percepción de cosas que no son reales. Pueden ser visuales, auditivas u olfativas. El paciente ve cosas, escucha cosas o huele cosas que realmente no existen.
  • Catatonia. El paciente se queda quieto en la misma posición durante tiempos prolongados.
  • Síntomas de desorganización. Demuestran la incapacidad del paciente para pensar con claridad o responder adecuadamente. Entre ellos se encuentran el saltar bruscamente de un pensamiento a otro, la utilización de palabras o frases sin sentido, el escribir cosas sin sentido, la imposibilidad de tomar decisiones o de prestar atención, o los movimientos anormales y repetitivos.
  • Síntomas negativos (indican la ausencia de un comportamiento normal) como:
  • Alteraciones de la concentración.
  • Falta de interés por las cosas (abulia). Se acompaña de abandono personal y falta de higiene.
  • Falta de expresividad. Incluye un lenguaje lento o movimientos lentos.
  • Incapacidad para mostrar afecto.
  • Aislamiento familiar y social.

Tipos de esquizofrenia 


La esquizofrenia se divide en 4 tipos:

Esquizofrenia catatónica

Los pacientes suelen presentarse con una disminución de su actividad, negativismo (no quieren hacer nada), repetición de palabras que dice otra persona (ecolalia) y/o repetición de los movimientos o acciones que realiza otra persona (ecopraxia). Suelen estar inmóviles e indiferentes al mundo de su alrededor. A veces realizan movimientos o acciones repetitivas sin sentido.

Esquizofrenia paranoica

Los pacientes tienen una preocupación especial por una determinada idea delirante. Piensan que son perseguidos o que alguien quiere hacerles daño. Su lenguaje, emociones e incluso su pensamiento pueden, sin embargo, llevar un curso normal.

Esquizofrenia desorganizada

Predomina un lenguaje y un comportamiento desorganizado y confuso, con una relación superficial con los demás. Pueden tener problemas para llevar a cabo una rutina diaria normal.

Esquizofrenia residual

En estos pacientes predomina la sintomatología negativa y apenas quedan ya ideas delirantes, alucinaciones o alteraciones motoras.

También puede dividirse en:
  • Esquizofrenia con predominio de síntomas positivos. Los síntomas positivos no significa que sean buenos, sino que indican que son síntomas que no ocurren en personas sin esquizofrenia. Muchos de ellos están relacionados con un aumento de la actividad. Predominan las alucinaciones y el delirio. Suele iniciarse de forma brusca y su pronóstico y tratamiento es mejor.
  • Esquizofrenia con predominio de síntomas negativos. Los pacientes presentan mayor apatía, abulia y aislamiento social. Suele tener un comienzo lento, su pronóstico es peor y responde peor al tratamiento.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad?


No existe ninguna prueba concreta (análisis o radiografía) para realizar su diagnóstico. El diagnóstico de esquizofrenia requiere de la presencia durante al menos un mes, de 2 o más síntomas de los siguientes, siempre tras haber excluido el consumo de drogas o de medicamentos que puedan producir síntomas similares:
  • Ideas delirantes.
  • Alucinaciones.
  • Lenguaje desorganizado o incoherente.
  • Conducta catatónica o desorganizada.
  • Síntomas negativos, como falta de interés por todo lo que le rodea (abulia) y falta de concentración.
Como consecuencia de estas alteraciones, se produce una disrupción de las relaciones sociales que conduce al aislamiento y a conflictos sociolaborales.

La esquizofrenia debe distinguirse del:
  • Trastorno esquizofreniforme. Existen los mismos síntomas que en la esquizofrenia pero no se han mantenido durante el tiempo requerido para el diagnóstico (más de un mes).
  • Trastorno esquizoafectivo. Los pacientes presentan síntomas de esquizofrenia y periodos separados de alteraciones del ánimo.

¿Es hereditaria?


La esquizofrenia es más frecuente en familiares de pacientes con la enfermedad, lo que sugiere un componente genético. Si ambos padres están afectados las probabilidades de que un hijo la herede son del 40%.

¿Puede prevenirse?


La esquizofrenia no puede prevenirse, aunque sí pueden prevenirse los brotes sucesivos si se toma adecuadamente el tratamiento.

¿Cuál es su pronóstico de la esquizofrenia?


La enfermedad se comporta de forma muy variable de unas personas a otras. Algunas personas tienen un único episodio a lo largo de su vida, otras tienen varios episodios pero pueden llevar una vida completamente normal entre los mismos, y otros mantienen alteraciones graves de forma continua. En general el pronóstico de la esquizofrenia es malo, pudiendo llevar progresivamente al aislamiento social y a la distorsión grave de la realidad.

En general dicho pronóstico depende de la respuesta al tratamiento con antipsicóticos. Una pequeña parte de los pacientes responde adecuadamente y únicamente tiene un brote en su vida. Sin embargo la mayoría tienen un control irregular. Hasta un 10 por ciento de los pacientes se suicidan.

Tratamiento para la esquizofrenia 


El tratamiento de la esquizofrenia está dirigido a controlar los síntomas y a evitar la aparición posterior de nuevos brotes. El tratamiento requiere un enfoque multifactorial e integral, psicológico, farmacológico y familiar. El tratamiento de soporte debe ir dirigido tanto al paciente como a su familia.

Medicamentos para la esquizofrenia


El tratamiento de primera elección son los medicamentos, que se llaman antipsicóticos (o neurolépticos). Son utilizados tanto para tratar un episodio agudo como para el mantenimiento crónico de la enfermedad.

Son eficaces para el manejo de las alucinaciones e ideas delirantes independientemente de cuál sea su causa. Su eficacia es, sin embargo, escasa para el tratamiento de los síntomas negativos, donde los antipsicóticos más nuevos (antipsicóticos atípicos) parecen tener una eficacia discretamente mayor.

Los antipsicóticos son eficaces en el 70 por ciento de los pacientes que se presentan con un primer episodio, ejerciendo un efecto beneficioso en horas o días, aunque en ocasiones pueden pasar varias semanas hasta que el brote agudo esté controlado. En general se suele mantener el tratamiento de forma crónica dado que las recaídas son muy frecuentes a los pocos meses de suspender la medicación. Puede, sin embargo, ser necesario reducir la dosis para permitir la reintegración del paciente en su vida social y laboral. El inicio temprano del tratamiento se ha asociado a una mejor evolución de la enfermedad.

Dada la distinta respuesta a los diferentes medicamentos y la frecuente aparición de efectos adversos, es habitual probar diversos antipsicóticos y diversas dosis hasta encontrar la adecuada, dado que los antipsicóticos difieren en su potencia y efectos adversos. Los efectos adversos más frecuentes son la rigidez, la somnolencia y la producción de movimientos anormales denominados distonías.

Otros tratamientos 

  • Si el paciente presenta ansiedad que no revierte con el tratamiento antipsicótico, puede ser conveniente añadir algún tranquilizante al tratamiento (benzodiacepinas). A veces puede estar indicado añadir un antidepresivo si se produce depresión después del brote agudo.
  • El tratamiento electroconvulsivo puede, en ocasiones, ser una alternativa al tratamiento con fármacos antipsicóticos. Se trata de la colocación de diferentes cables en la cabeza (electrodos) y, con anestesia, proceder a realizar una serie de descargas eléctricas que liberan múltiples sustancias cerebrales y producen convulsiones. Actualmente su utilización está muy limitada, aunque este tratamiento puede estar especialmente indicado en pacientes catatónicos que no responden al tratamiento con antipsicóticos o cuando el riesgo de suicidio sea muy elevado.
Además de los tratamientos previos es necesario realizar:
  • Psicoterapia.
  • Estrategias psicoeducativas que mantengan la adherencia al tratamiento y permitan reconocer los síntomas de recaídas.
  • Medidas de rehabilitación ocupacionales y psicosociales.

Otras recomendaciones ante la esquizofrenia

  • Enfermedad cardiovascular. Los pacientes con esquizofrenia tienen con frecuencia múltiples factores de riesgo cardiovascular, como el consumo de tabaco, la obesidad, hipertensión arterial o colesterol elevado. Por este motivo, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio, es alto. El médico debe decidir si existe indicación para recibir medicamentos dirigidos al control de dichos factores de riesgo.
  • Dieta y alcohol. Se debe seguir una dieta saludable, pobre en grasa de origen animal y rica en frutas y verduras, para reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares. La dieta debe tener un contenido calórico dirigido a mantener un peso ideal. El consumo de alcohol está contraindicado en los pacientes con esquizofrenia, por la propia enfermedad y por sus efectos negativos al combinarse con el tratamiento.
  • Embarazo. Si una mujer con esquizofrenia desea quedarse embarazada debe hablarlo con su médico. La mayoría de las mujeres deben continuar tomando medicamentos, pero puede ser necesario cambiar el tipo de medicina para no hacer daño al bebe.
  • Conducción. Los pacientes con enfermedades psiquiátricas tienen accidentes de tráfico con más frecuencia que la población general. Ello es debido a la propia enfermedad y a los potenciales efectos adversos de los medicamentos utilizados para su tratamiento. Los pacientes con esquizofrenia solo pueden conducir con un informe favorable del psiquiatra cuya validez máxima es de un año.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.